Yo no nací en septiembre
Yo nací en septiembre. Lo pone en mi carné de identidad, también en mi pasaporte y en la tarjeta de la Seguridad Social. Mi madre, que de esto sabe, siempre me ha dicho que nací en septiembre. Incluso me da detalles: aquel día hacía muchísimo calor y ella rompió aguas cuando estaba regando los geranios del patio. De pequeño, en mi habitación, había un cuadro con una cigüeña que llevaba un bebé. En el certificado se leía claramente que ese bebé era yo y que la fecha de entrega había sido el 2 de septiembre. Mi cumpleaños. Cuando trabajo ese día, procuro llevar al periódico unas botellas de vino y unas ristras de chorizos para celebrarlo. Nadie ha protestado nunca.
Para los japoneses, sin embargo, yo no nací en septiembre. Cuando pongo mi fecha de nacimiento en una solicitud para los Juegos Olímpicos, me sale un aviso desafiante, como si hubiera entrado al sistema un temible impostor. Luego se me bloquea. No sé por qué sucede; quizá alguien de la policía secreta haya visto mi foto en la acreditación y haya dicho.
«En septiembre dice, menudo cabrón. No se lo cree ni él. Este ha tenido que nacer en febrero por lo menos». Así funciona la burocracia informática un día alguien pone un 2 en vez de un 9 y de pronto aquello se convierte en una inscripción en mármol.
Cuando me di cuenta de lo que pasaba, traté de corregirlo. Escribí cientos de correos a la organización. Un mes después me contestó escuetamente una señorita. «Es que aquí pone un 2». Le repliqué inmediatamente, le pedí rectificarlo. Silencio. Llamé a un número de teléfono. Siempre estaba comunicando. Me hubiera gustado tener a alguien enfrente, alguien de verdad, algún señor Yamamoto o Takanasi, para decirle lo de mi pasaporte, lo de mi madre y los geranios, lo de la cigüeña, para mandarle unos chorizos incluso.
Pero a veces hay que saber rendirse. Ahora, cuando relleno formularios, trato de recordar cuándo he nacido en febrero y cuándo en septiembre. No siempre acierto. Ayer puse en el test de saliva mi nombre, mi número de acreditación y mi fecha de nacimiento real..., y no me han llegado los resultados. Me temo lo peor. Quién me manda a mí haber nacido en septiembre.