Hollywood is coming «U
Hollywood ya vino a España hace medio siglo, para filmar películas del Oeste
STED sabe –hablaba por teléfono con un asesor de la Casa Blanca sobre la entrevista que Reagan había accedido concederme– que el presidente de los Estados Unidos no responde a preguntas sobre política doméstica». La conversación había discurrido como entre colegas, pero para decir esto la voz se tensó, seguida de un silencio que exigía aclaración. «Of course», era lo indicado, y cerramos fecha y hora, que hubo que cambiar un par de veces. Me ha venido a la memoria ante las andanzas de nuestro presidente en Estados Unidos, donde se ha hartado de hablar de la política no sólo norteamericana, sino también española. Como si hubiera consultado a uno de esos asesores que guían sus pasos. «¿Cuáles son los mayores enemigos de Biden?». Y el currante hubiese contestado sin vacilar: «Trump en casa y China fuera». Fue lo que hizo nada más bajar del avión. A China la califico de «rival sistémico de España» (también son ganas de buscarse complicaciones) y de Biden dijo que «su llegada al poder fueron buenas noticias», lo que significaba una patada indirecta a Trump. Si con ello quería ganarse que Biden le invitase, pinchaba en hueso. A los norteamericanos no les gusta que los extranjeros critiquen a sus gobernantes. Para eso están ellos. Así que se tuvo que contentar con verse con los mánager de grandes fondos de inversión, que acudieron al olor de los 140.000 millones de euros que Bruselas ha prometido a España. Que están tanto o más enterados que él de la situación económica de nuestro país lo demostraron las preguntas que le hicieron sobre el intento de su ministra del ramo de cepillarse la legislación laboral de Rajoy y sobre las nuevas leyes de vivienda, que afectan a la mayoría de esos fondos, apodadazos «buitres», que pueden sufrir serias pérdidas. Sin inmutarse, Sánchez alejó temores e incluso les habló de una inversión privada adicional de 500.000 millones de euros. ¿De dónde va a sacarlos? Que al mismo tiempo se hartara de criticar a la oposición por negarse a renovar instituciones como el CGPJ no abonaba la idea de un Estado sólido, ni parecía importarle. Pero suele ocurrir a individuos que, de no gustarte sus ideas, te dan otras, como Groucho Marx, pero en serio.
Aparte de reservar la traca final para Silicon Valley, la meca de la informática y los viajes espaciales, donde se siente más a gusto, ¡tan lejos de España!, y a Hollywood, donde anunció su venida a España. Olvidando que Hollywood ya vino a España hace medio siglo, para filmar películas del oeste, no sólo en Almería, sino también para que las actrices más bellas se enamoraran de toreros (no sabemos si a efectos publicitarios) y pillaran cogorzas de campeonato, éstas reales. En fin, nuestro presidente no pierde el tiempo por esos mundos de Dios o del diablo, mientras aquí el Covid no se va, sino que se queda y la gente adelanta las vacaciones, por lo que pueda pasar. La culpa de todo la tienen el PP y Vox, ‘of course’.