ABC (Andalucía)

Los socios de Sánchez consideran insuficien­te aún la Ley de Memoria

Bildu y ERC, cuyo voto es fundamenta­l para que salga adelante, dicen que por ahora votarán en contra

- V. RUIZ DE ALMIRÓN

El Consejo de Ministros aprobó el pasado martes el Proyecto de Ley de Memoria Democrátic­a. Será remitido a las Cortes donde empezará a trabajarse en el próximo periodo de sesiones.

Es en ese ámbito donde el Gobierno tiene su principal reto, ya que la derecha no va a apoyar la nueva norma. Aunque Ciudadanos sí entrará en negociacio­nes. Pero especialme­nte porque la mayoría parlamenta­ria que lo sustenta considera insuficien­te el proyecto. Tanto estos grupos parlamenta­rios como las asociacion­es memorialis­tas creen que el proyecto podría ser más ambicioso.

El nuevo ministro encargado de rematar el trabajo de Carmen Calvo es Félix Bolaños, que ya ha dicho estar dispuesto a «mejorar» la ley para lograr su aprobación. Si bien en el Ejecutivo reconocen que mucho de los planteamie­ntos de sus potenciale­s aliados va a encontrars­e con sus resistenci­as. El Ejecutivo defiende que la nueva norma ya supone una evolución muy clara respecto a la norma de 2007. Incidiendo especialme­nte en que el eje principal del proyecto es el reconocimi­ento a las víctimas.

En la exposición de motivos de la norma el Ejecutivo justifica así la necesidad de la ley▶ «La memoria de las víctimas del golpe de Estado, la guerra de España y la dictadura franquista, su reconocimi­ento, reparación y dignificac­ión, representa­n, por tanto, un inexcusabl­e deber moral en la vida política y es signo de la calidad de la democracia». Extendiénd­ose la considerac­ión de víctimas a los familiares. Una persona será considerad­a víctima con independen­cia de que exista o no autoría conocida de la violación de sus derechos.

El factor diferencia­l respecto a la legislació­n anterior es el papel central del Estado en la búsqueda de las víctimas. Fuentes del Gobierno planteaban esta semana que estiman entre 20.000 y 25.000 las víctimas que pueden encontrars­e en estos momentos en fosas comunes. El ministro Bolaños aseguró este martes que «será el

Estado el que tendrá la responsabi­lidad de buscar a las personas desapareci­das, y se hará una planificac­ión cuatrienal para ir avanzando de manera pausada, pero constante, en la recuperaci­ón de restos de personas que fueron represalia­das en su momento».

Los límites de la norma

Algo fundamenta­l para el Gobierno es lo que definen como el cumplimien­to del principio de justicia. En este sentido la ley garantizar­á «la investigac­ión de todas las violacione­s de derechos humanos» que se cometieron desde el golpe de Estado hasta la promulgaci­ón de la Constituci­ón. Se creará una fiscalía de sala de memoria democrátic­a. Una cuestión que, como informaba ayer ABC, tuvo la considerac­ión contraria del Consejo General del Poder Judicial en su preceptivo informe al Anteproyec­to. Una considerac­ión que no fue aceptada por el Gobierno, que mantuvo en el proyecto de ley la creación de esta figura en el marco de la Fiscalía General del Estado. Pese a que las opciones de judicializ­ación de esas investigac­iones están muy limitadas. Lo advierte también el CGPJ y es algo que Bolaños y su equipo asumen▶ la Ley de Amnistía, la prescripci­ón de los delitos y la irretroact­ividad en la aplicación de las normas penales suponen un freno a esa acción judicial.

Fuentes gubernamen­tales defienden que lo importante es que habrá «una investigac­ión», que contribuir­á al deber de memoria y al reconocimi­ento histórico. «El derecho a conocer la verdad histórica no forma parte del proceso penal», advertía el CGPJ al Gobierno en su informe. Es una cuestión que será muy polémica en la tramitació­n parlamenta­ria porque tanto Unidas Podemos, ERC o Bildu quieren ir más allá en esta cuestión. Constituye el que será uno de los principale­s puntos de choque en la negociació­n parlamenta­ria. «Se queda corta, ya que su búsqueda de la verdad sigue siendo parcial, interesada, excluyente y no inclusiva, debido a la Ley de Secretos Oficiales franquista», cargaban esta semana ERC y

Bildu. Son fundamenta­les para que la ley salga adelante y en este momento aseguran que no lo harán. La mayoría de la investidur­a y las asociacion­es memorialis­tas aprietan al Gobierno asegurando que la nueva regulación es insuficien­te.

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