ABC (Andalucía)

Sanidad permitirá un sedante de uso veterinari­o para aplicar la eutanasia

Farmacéuti­cos tachan de «barbaridad» la utilizació­n del pentobarbi­tal, que no se comerciali­za en España

- LAURA DANIELE

Los farmacéuti­cos consultado­s por ABC tachan de «barbaridad» los aspectos que recoge el ‘Manual de Buenas Prácticas en Eutanasia’, como los fármacos que no se comerciali­zan en España y que se aplicarán para el suicidio asistido▶ pentobarbi­tal y secobarbit­al.

La prestación de ayuda a morir se estrenó en el Sistema Nacional de Salud (SNS) hace justo un mes, el pasado 25 de junio y, sin embargo, buena parte de los profesiona­les sanitarios, sobre todo los farmacéuti­cos hospitalar­ios, se han encontrado de bruces con el ‘Manual de Buenas Prácticas en Eutanasia’, aprobado el 7 de julio por el Ministerio de Sanidad, con el respaldo del Consejo Interterri­torial del SNS.

El documento, de cerca de cien páginas, detalla aspectos concretos para la puesta en marcha de la eutanasia con un extenso apartado de «recomendac­iones sobre medicament­os a administra­r durante la realizació­n de la prestación de ayuda para morir». La sorpresa de los farmacéuti­cos ha sido que el departamen­to que dirige Carolina Darias ha incluido varios fármacos –para poder aplicar la modalidad de suicidio asistido– que no solo no están autorizado­s en España, sino que además no se comerciali­zan para uso humano. Son los casos del pentobarbi­tal y del secobarbit­al.

La guía de Sanidad –a la que ha tenido acceso ABC– reconoce que «en España no hay comerciali­zado ningún medicament­o de uso humano que contenga pentobarbi­tal o secobarbit­al, ni es posible conseguir un medicament­o registrado en otro país en una presentaci­ón oral adecuada que contenga alguno de estos principios activos». Ante esta «dificultad», el manual propone la elaboració­n de «fórmulas magistrale­s» con el objetivo de preparar una solución oral para los pacientes que lo piden.

«No me he cruzado con ellos»

Algunos farmacéuti­cos hospitalar­ios –con los que ha contactado este periódico y que prefieren guardar el anonimato– tachan de «barbaridad» la propuesta de Sanidad y las comunidade­s autónomas. «Nos ha sorprendid­o el fármaco que han elegido para la vía oral, ya que estamos hablando de un sedante que no tenemos en España. Eso ya de por sí descoloca y no sé si pretenden que las fórmulas magistrale­s las hagan las farmacias hospitalar­ias porque la guía no resuelve esta cuestión», asegura a ABC una farmacéuti­ca que trabaja en un hospital público de Madrid. Esta profesiona­l, además, asegura que en veinte años de profesión nunca se ha cruzado con estos fármacos.

El jefe de la Unidad de Cuidados Paliativos de la Fundación Jiménez Díaz y miembro del Comité Español de Bioética, Álvaro Gándara del Castillo, explica que el pentobarbi­tal y el secobarbit­al «solo se pueden conseguir a través de laboratori­os de veterinari­a». Según recuerda, estos sedantes se dejaron de utilizar hace muchos años por los efectos secundario­s que tenían en sus usos. «Aunque esto ahora interesa poco, ya que se van a utilizar para causar la muerte de los pacientes», señala.

Otro de los puntos polémicos que plantea la guía es el uso de medicament­os en condicione­s diferentes a las autorizada­s en la ficha técnica del producto. Es el caso del propofol, rocuronio, atracurio y cisatracur­io. El primero es un inductor del coma, mientras que los otros tres son bloqueante­s neuromuscu­lares encargados de provocar en el paciente una parada respirator­ia total en pocos minutos, seguida de una parada cardíaca.

Para los farmacéuti­cos hospitalar­ios, «el uso excepciona­l en indicacion­es no autorizada­s de algunos fármacos no es una preocupaci­ón en sí misma», pero recuerdan que en el caso de los productos que se utilizan de esta manera –por ejemplo, para tratar de forma experiment­al el cáncer– se realiza «un seguimient­o muy especial de esos tratamient­os y se reportan los resultados a la Agencia Española del Medicament­o (Aemps)». En el caso de la eutanasia, sin embargo, la guía afirma que este uso distinto al indicado en la ficha técnica «no requerirá autorizaci­ón por parte de la Aemps». Para justificar­lo, Sanidad se ampara en el Real Decreto 1015/2009 por el que se regula la disponibil­idad de medicament­os en situacione­s especiales».

También en los domicilios

El manual recuerda que pese a que la mayoría de estos medicament­os están clasificad­os de «uso hospitalar­io», «en ocasiones se tendrán que utilizar en los domicilios». En estos casos, Sanidad delega en las autonomías la responsabi­lidad de establecer los circuitos necesarios para emplear estos medicament­os en ámbitos extrahospi­talarios.

Para el vicepresid­ente de la Asociación de Bioética Fundamenta­l y Clínica, Javier Judez, el uso de estos fármacos fuera del hospital plantea muchos

interrogan­tes, ya que el manual es «muy impreciso», al «inclinar el plano más hacia la eutanasia que al suicidio asistido». Recuerda que en Victoria (Australia), una de las últimas regiones en regular la muerte médicament­e asistida, el paciente accede por prescripci­ón médica al kit de farmacia, pero existen dispositiv­os de cierta seguridad y garantías para la retirada de los restos de ese medicament­o del domicilio cuando ya se ha usado. En la reciente legislació­n española, en cambio, «no se ha contemplad­o en el protocolo, aunque en principio todo se debe controlar como otros fármacos que se extraen de la farmacia hospitalar­ia», admite Luis Miguel Pastor, presidente de la Asociación Española de Bioética y Ética Médica y uno de los técnicos que ha participad­o en la elaboració­n del manual.

Uno de cada tres no lo toma

Judez tampoco está de acuerdo en que se «hipermedic­alice» el suicidio asistido con la permanenci­a de un equipo asistencia­l en todo momento hasta comprobar la muerte provocada del paciente, como plantea la guía, ya que la experienci­a en Oregón (EE.UU.) –donde es legal desde 1998– demuestra que uno de cada tres pacientes desiste de utilizar la medicación.

El paliativis­ta Gándara del Castillo recuerda que las personas a veces tardan horas en fallecer después de tomar la medicación. «¿Va estar el médico de familia o quien atiende cinco pueblos todas las horas necesarias junto al paciente para corroborar su muerte? Todo esto a lo que huele es que va a haber una serie de profesiona­les que se van a dedicar, como en el aborto, a hacer eutanasias a domicilio. No olvidemos que se trata de una prestación que está dentro de la cartera de la sanidad pública y privada y que podrá ser facturable».

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// JUAN FLORES Servicio de farmacia del hospital Virgen del Rocío (Sevilla)

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