COBRE LAS CRUCES PONE A ESPAÑA A LA VANGUARDIA MINERA GLOBAL
Una tecnología extrapolable a otras minas
LO QUE HACE ÚNICO ESTE PROYECTO ES LA CAPACIDAD DE RECUPERAR Y REFINAR LOS CUATRO MINERALES DE LA ZONA: COBRE, PLOMO, ZINC Y PLATA
El nuevo proyecto que la multinacional canadiense First Quantum Minerals va a desarrollar en su mina de Sevilla, en la Faja Pirítica Ibérica, supone un avance que es único en el mundo: rentabilizar con medios sostenibles la explotación de yacimientos polimetálicos
La mina de Cobre Las Cruces se encuentra en el extremo oriental de la Faja Pirítica Ibérica, que atraviesa el sur de Portugal, prácticamente desde su costa occidental, y se extiende en España por las provincias de Badajoz, Huelva y Sevilla. En esta última, tocando los términos municipales de Gerena, Guillena y Salteras, se halla el depósito de mineral que se ha venido explotando desde el año 2009, un yacimiento a cielo abierto cuyas reservas se encuentran ya agotadas, y que ha producido a lo largo de doce años 670.000 toneladas de cátodos de cobre de la mayor pureza (99,99%) en la planta hidrometalúrgica construida junto a la mina. Con una inversión de 1.100 millones de euros, la creación de 700 empleos directos, unos 1.500 indirectos, y una cadena auxiliar de medio millar de empresas subcontratistas que trabajan a diario en el complejo, Cobre Las Cruces (CLC) fue pionera en el nuevo resurgir minero de la Faja Pirítica tras décadas de decadencia y ha impulsado la industrialización de una comarca rural de economía básicamente agropecuaria.
Esta inversión industrial, una de las mayores de iniciativa privada realizada en Andalucía en las tres últimas décadas, fue además un salvavidas económico para la zona, que amortiguó y hasta neutralizó la anterior recesión. Ahora, la compañía, propiedad 100% de la multinacional canadiense First Quantum Minerals (FQM), ha lanzado un segundo proyecto para explotar un nuevo yacimiento polimetálico de cobre, plomo, plata y zinc, situado debajo del actual, esta vez mediante minería subterránea, que prolongará la vida de la mina otros 14 años.
En paralelo, este proyecto, denominado PMR (siglas en inglés de Poly Metallurgical Refinery) lleva asociada una refinería polimetalúrgica que aporta un nuevo salto tecnológico, con innovaciones inventadas y patentadas a nivel mundial por CLC. Una industria a muy largo plazo ya que, además de procesar el mineral propio, implementa una tecnología de mucho interés para las otras minas que florecen en la Faja Pirítica Ibérica ya que permite mejorar significativamente la recuperación de los metales.
En la Faja Pirítica andaluza lo que realmente predomina es un mineral polimetálico que tiene los cuatro citados (cobre, plomo, zinc y plata). «Ser capaces de recuperar y refinar los cuatro es lo que realmente hace único este proyecto y lo que genera un salto de innovación que puede tener un impacto muy grande en toda la Faja Pirítica porque de esta tecnología se podrán beneficiar otras
instalaciones mineras», explica Juan Pedro Soler, director general de CLC.
La planta de CLC es única en el mundo gracias a su sistema de tratamiento basado en la vía hidrometalúrgica. Este método, frente a la alternativa tradicional pirometalúrgica, es decir, de fusión del mineral en una fundición, elimina el transporte a fundiciones externas y las emisiones de CO2 a la atmósfera.
Next Generation
El llamado PMR es uno de los proyectos andaluces más potentes presentados a los fondos Next Generation de la Unión Europea y ya ha sido declarado de interés estratégico por el Gobierno regional. Los cuatro metales que se van a extraer en CLC son decisivos para el gran objetivo europeo de transición energética y digitalización. Se trata de metales clave para la electrificación, las energías renovables, el vehículo eléctrico o las baterías de almacenamiento energético. Permitirán suministrar a la industria europea materias primas vitales para la transición energética y digital, y reducir la dependencia de mercados externos, como China.
Como ejemplos, un vehículo eléctrico precisa cuatro veces más cobre que uno de combustión convencional; un megavatio de energía solar necesita en torno a cinco toneladas de cobre y un megavatio de energía eólica marina, en torno a diez. El zinc y el plomo también son sumamente importantes para el almacenamiento de energías renovables, y la plata, aparte de ser un metal precioso, es muy valioso en electrónica y tecnologías digitales.
«Estamos convencidos de que el proyecto por completo se encuadra perfectamente dentro de los líneas maestras que han definido la UE y el Gobierno de España. El proyecto es tractor económico, genera mucho empleo y promueve empresas en nuestro ámbito, un entorno rural como es la comarca norte de la provincia de Sevilla que hasta que CLC llegó tenía una actividad más agropecuaria y hoy en día se ha ido transformando a una actividad más industrial; y pretendemos seguir lanzando ese desarrollo», explica Juan Pedro Soler. «Además, es una industria sostenible, basada en energías renovables, tecnológicamente puntera y con grandes rasgos de innovación. Y Europa tiene la necesidad imperiosa de contar con una cadena de suministros de metales estratégicos que sean sostenibles», recalca.
Energías renovables
El nuevo proyecto se abastecerá de energías renovables, tanto en la planta industrial como en las operaciones de transporte del mineral. En materia ambiental, se ha calculado una huella de carbono (emisiones CO2) un 90% inferior comparada con la cadena de producción de metal convencional, contribuyendo así al objetivo de descarbonización de la economía.
Así, PMR avanza también