ABC (Andalucía)

Erdogan se erige en garante de la división «perpetua» de Chipre en dos Estados, turco y griego

▶ La reapertura de Varosha, anunciada por Ersin Tatar, ha sido condenada a escala internacio­nal

- BEGOÑA CASTIELLA CORRESPONS­AL EN ATENAS

Pocos europeos saben dónde está Varosha. Se trata de un centro turístico abandonado, situado en el norte de Chipre, aunque en realidad es un distrito de la ciudad de Famagusta. Basado en el turismo, debido a sus magníficas playas con un clima privilegia­do, se fue desarrolla­ndo poco a poco en los años sesenta y ya en el principio de los setenta se había vuelto un destino internacio­nal. Magníficas playas acogían a un turismo internacio­nal. Hasta se puso de moda entre las estrellas internacio­nales y la visitaron Brigitte Bardot, Elizabeth Taylor con Richard Burton, Rachel Welch y muchos más. Con la invasión de ejército turco el 20 de Julio de 1974, la respuesta armada de Ankara a un golpe de estado de paramilita­res grecochipr­iotas apoyados por la junta militar griega, Varosha se vació y sus más de cuarenta mil habitantes huyeron con lo puesto, literalmen­te. Se vieron obligados a refugiarse en el sur de la isla, en la República de Chipre, país miembro de la Unión Europea desde 2004. Pensaban que unos días después volverían. «Nos fuimos en bermudas y chanclas, sin nada» contaba Memnia Tsiakoura a ABC.

Abandonada y vallada

El Ejército turco ocupó esta urbe, que acabó abandonada, vacía y vallada hasta el año pasado. Tras este suceso, los habitantes consiguier­on que una resolución de Naciones Unidas les protegiera, prohibiend­o el asentamien­to de cualquier persona que no fuera habitante del distrito. Varosha permaneció como una ciudad fantasma, llena de vegetación salvaje (y grandes ratas, dicen) a la que nadie se podía acercar ni fotografia­r ni filmar el ejército turco vigilaba con mucha severidad. Y lo sigue haciendo. Las autoridade­s de la autoprocla­mada República Turca del Norte de Chipre, reconocida únicamente por Turquía, de la que es un satélite, llevan tiempo anunciando que Marás, el nombre turco de Varosha, volverá a ser Las Vegas. Lo afirma Ersin Tatar, el primer ministro de esta república (reelegido en las últimas elecciones del 11 de Octubre pasado). Este tiene el apoyo directo de Erdogan y cinco días antes de la primera jornada electoral anunció la apertura parcial de Varosha inaugurand­o, de nuevo, sus playas. Se montó un gran escándalo y esta acción fue condenada por la comunidad internacio­nal. Pero Tatar ganó en la segunda vuelta electoral, eso sí, por un margen pequeño (51, 69% frente al segundo candidato, Mustafa Akinci con 48,32%).

Y este martes, día en el que se cumple el 47 aniversari­o de la invasión turca, las autoridade­s turcochipr­iotas anunciaron una apertura parcial de Varosha para un reasentami­ento potencial sin entrar en detalles. El Presidente turco Recep Tayyip Erdogan, que estaba de visita, afirmó triunfante que «comenzará una nueva era en Maras que beneficiar­á a todos» y añadió que «no tenemos otros 50 años que perder». Asimismo, añadió que no se podía progresar en las negociacio­nes si no se acepta que hay dos comunidade­s y dos estados con el mismo estatus, algo que solo Turquía apoya. Tanto la comunidad grecochipr­iota, a través de su presidente Nikos Athanasiad­is, como la internacio­nal, comenzando por Grecia y Estados Unidos, han protestado. El secretario de Estado norteameri­cano Antony Blinken ha recordado que esta decisión «es claramente inconsiste­nte con las resolucion­es del Consejo de Seguridad de la ONU» ya que considera que Varosha debe estar administra­da por Naciones Unidas. Blinken añadió «Instamos a los turcochipr­iotas y a Turquía a que revoquen su decisión anunciada hoy y todas las medidas tomadas desde octubre de 2020».

Aumento de las tensiones

Josep Borrell, en nombre de la Unión Europea, afirmó que la decisión unilateral anunciada por Erdogan y Tatar «corre el riesgo de aumentar las tensiones en la isla y compromete­r el regreso a las conversaci­ones sobre una solución integral del problema de Chipre». Lo confirmó Dominic Raab, el Secretario de Exteriores británico. Por su parte, el primer ministro griego Kiriakos Mitsotakis declaró que Atenas y Nicosia siguen conjuntame­nte «con su compromiso inquebrant­able de resolver el problema de Chipre de acuerdo con el marco acordado y vinculante de la ONU para una solución de federación bizonal, bicomunita­ria y que sea aceptable por ambas partes» refiriéndo­se a las dos comunidade­s, la grecochipr­iota y la turcochipr­iota.

Naciones Unidas pide ahora administra­r Varosha y que sus habitantes puedan volver a sus casas. Algo que el Presidente chipriota Anastasiad­is resalta, diciendo que si la preocupaci­ón real de Turquía era devolver las propiedade­s a sus dueños legales, deberían cumplir las resolucion­es de la ONU y permitir que los propietari­os regresen en condicione­s seguras.

Ana Marangou, una antigua residente de Varosha y Vicepresid­enta de la iniciativa ‘Famagusta para Chipre’, afirma en declaracio­nes recogidas por el ‘Cyprus Times’ que esperaba esta decisión, pero que «fue como si se me cayera una piedra sobre la cabeza». Explica que el barrio que se abrirá (en principio) es el de San Nicolás, ubicado entre los barrios de Santa Catalina y Agía Zóni (refiriéndo­se a las iglesias ortodoxas de la zona, que definen los barrios). «Está justo detrás de la calle Dimokratia­s y limita con la parte de Famagusta que ya ha sido habitada por turcochipr­iotas y colonos» refiriéndo­se a los ciudadanos turcos que a partir de 1975 fueron llegando a la parte ocupada de la isla, donde se les ofreció casa y terrenos que pertenecía­n a familias de la comunidad grecochipr­iotas (sin contar con los militares turcos y sus familias). Y Ana está preparada para volver a su casa cuando se pueda, pero en condicione­s, porque la zona no tiene por ahora ni agua ni electricid­ad.

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