Deuda pública
Grandes titulares en las últimas semanas sobre el incremento de la deuda pública. No solo en España sino en el conjunto de Europa. Y es así.
Por primera vez en su historia la deuda pública de la zona euro es mayor que el conjunto de su PIB. El incremento en el último año ha sido notable como consecuencia de todas las políticas fiscales que se han puesto en marcha y por la contracción del PIB –hay que recordar que el endeudamiento se mide como ratio del nivel absoluto de la deuda con respecto al PIB–.
Ahora, para analizar como de sostenible es la deuda es mejor no quedarse solo con los grandes titulares y los ranking por países, son muy jugosos pero no sirven para entrar en el fondo de la cuestión. La sostenibilidad de la deuda depende mucho más de cuanto cuesta esa deuda al año. Hoy el coste de la deuda acumulada en España está en mínimos históricos. Aunque pueda resultar paradójico, resulta que cuando más endeudados hemos estado es cuando menos nos cuesta esa deuda. Hoy el coste del stock de deuda es del 1,6%. Llevándolo al extremo, la deuda actual nos cuesta lo mismo que lo que nos costaría si estuviéramos cumpliendo con el tope fijado en Mastrich –60% de deuda sobre PIB– a los tipos medios de antes de la crisis –superiores al 4%–.
Esto es como consecuencia de que el coste medio de la deuda emitida, por ejemplo, este año es del 0%. Al reino de España hoy no se le exige pagar nada por endeudarse. Este titular lógicamente no ha salido por ninguna parte.
Además probablemente en los próximos año el escenario actual de tipos nominales por debajo de la inflación –esto es lo que se define como tipos de interés reales negativos– va a provocar que solo por el efecto del paso del tiempo los ratios de endeudamiento mejoren. Incluso cuando empiecen a subir los tipos, algo que no se espera en un tiempo, la sostenibilidad de la deuda no se va a ver comprometida dado el punto tan extremo de partida en los tipos de referencia.
Así las cosas, los temores de mucho agorero de salón sobre una eminente crisis de deuda están fuera de lugar. Hay tiempo en los próximos años para ir reconduciendo las cuentas públicas. Hoy la prioridad tiene que continuar siendo volver a la velocidad de crucero cuanto antes porque eso precisamente va a ser la mejor ayuda para encauzar el problema. Eso y una mayor tolerancia con la inflación como la que empieza a demostrar el BCE.