Bocados de biodiversidad
Marca Reserva de la Biosfera: desarrollo local, fomento de la biodiversidad y lucha contra el cambio climático
Paisajes de mar y montaña se suceden a lo largo de las casi 117.000 hectáreas que conforman la Reserva de la Biosfera Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo, que recibió el distintivo de la Unesco en 2013. Un territorio cercano a la ciudad de A Coruña que alberga una gran riqueza natural y biodiversidad que conviven en armonía con las prácticas tradicionales y culturales del territorio. En este espacio protegido, segunda Reserva de la Biosfera (RB) por extensión de Galicia, las rías son una de sus singularidades. Profundos entrantes en la costa, generados por las inundaciones de relieves en un valle fluvial que albergan una gran riqueza de especies de fauna y flora, algunas con aprovechamiento marisquero.
Pero además de sus tesoros naturales presenta otra singularidad: los productos de su tierra han sido pioneros en formar parte de la marca de Red de Reservas de Biosfera Españolas. «La marca Reserva de Biosfera Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo nació con el objetivo de promover y defender la calidad, garantía y origen de los productos del área de la Reserva, obtenidos a partir de un saber hacer responsable y respetuoso con la naturaleza», explica Jorge Blanco, gerente de este espacio quien deja claro: «Consideramos la alimentación una herramienta para luchar y mitigar el cambio climático».
Valores más que nutricionales
Y de esta iniciativa que dio lugar a la marca propia de la reserva gallega pasaron a la de Marca de Calidad Reservas de la Biosfera Españolas, que coordina el Organismo Autónomo Parques Nacionales. «En ella se aúnan muchos valores que ayudan a conservar el paisaje, a potenciar la biodiversidad y, en definitiva, a mantener el medio rural vivo para lo que, además, queremos crear una alianza con la ciudad», explica Blanco. Para formar parte de ella se exigen unos requisitos de buen comportamiento ambiental, de protección del hábitat o de utilización de variedades locales, algo por lo que están apostando algunos productores.
«La marca nos permite diferenciar los productos locales que, recolectados en su momento óptimo de maduración, son más sabrosos y sanos. El modelo de producción de los últimos 30 o 40 años ha roto el vínculo entre territorio y consumidor. A pesar de que nos damos cuenta de las enormes ventajas de los productos de proximidad, no resulta fácil cambiar el modelo alimenpresas tario. Hay que acostumbrarse, por ejemplo, a que los kiwis, las manzanas o las cerezas se cosechan en una fecha determinada del año, pero resulta más sencillo ir al supermercado, donde vemos todo de colores, y comprar manzanas fuera de temporada, que vienen de Sudamérica, con un impacto ambiental muy grande», explica este experto.
Quesos, vinos, mermelada, hortalizas, frutas, patatas... provenientes de casi una treintena de productores con un denominador común la promoción de la biodiversidad y la lucha contra el cambio climático en el territorio. Un Plan Alimentario ligado a valores de sostenibilidad que promociona la producción, comercialización y consumo local para impulsar el desarrollo económico y social del territorio, que ha sido premiado por la Unesco. No en vano, este proyecto está impulsando la creación de cada vez más pequeñas emvinculadas a la producción alimentaria con variedades locales. Y para ello, prestan asesoramiento a personas emprendedoras y cuentan con dos viveros para proyectos vinculados con las actividades agrarias.
Restaurantes de la Biosfera
Además, han puesto en marcha los «EcoComedores de la Biosfera», con el que animan al consumo de productos ecológicos de temporada y cercanía en los centros escolares. Así, hace ya seis años que la Asociación Marinas-Betanzos diseñó un Plan Alimentario con el apoyo de Fundación Biodiversidad y la Medida LEADER para potenciar la creación de «empleo verde» con nuevos productores ecológicos. Y aquella experiencia piloto de consumo ecológico local ha crecido hasta aglutinar a una docena de escuelas, con las que se llega a más de 2.000 escolares.
Pero por si todo lo anterior fuera poco y como la implicación es para esta asociación una cosa de 360 grados, también han puesto en marcha la iniciativa «Restaurantes de la Biosfera». Así, aquellos establecimientos que cumplen una serie de requisitos relacionados con la buena gestión ambiental y sobre todo la utilización de materias primas del territorio pueden obtener este distintivo que, a día de hoy, ostentan un total de dieciséis restaurantes con los que, además, han realizado la campaña «Recetas de la Biosfera», con la que degustar la biodiversidad gallega con el mayor respeto.