ABC (Andalucía)

Oyarzabal libra a España de un susto

Un gol del realista a falta de diez minutos pone líder a la selección

- ASER FALAGÁN

¿Saben aquel de egipcio, el australian­o y el español? Pues que casi gana el argentino. En esto del fútbol la posesión es contingent­e, pero el gol es necesario y, por si alguien no lo sabe, en la España de Luis Enrique y De la Fuente es verdadera devoción lo que hay por el balón. A veces la veneración no es suficiente en el fútbol prosaico que transita España ante equipos muy ordenadito­s que se le cierran con disciplina soviética. Ayer la inspiració­n de Asensio y la cabeza de Oyarzabal evitaron el desastre y España conserva intactas sus opciones de ser campeona olímpica, pero debe reflexiona­r.

Lo primero que quedó claro es que el fiasco ante Egipto ya tiene damnificad­os. Asensio y Miranda se fueron al banquillo y Mikel Merino, a la grada. La decisión le señala, máxime cuando ya había una baja en el centro del campo por la lesión de Ceballos. En conclusión, entre los tres ejes de España solo el incombusti­ble Pedri repetía, un veterano con solo 18 años.

Con la entrada de Cucurella en el lateral De la Fuente buscaba la mayor profundida­d del catalán, mientras que en el centro del campo entraron Zubimendi y un futbolista con más presencia en ataque como Soler, autor del gol en el único ensayo general ante Japón, mientras que a Puado le tocó la difícil papeleta de suplir a un Asensio gris ante Egipto. La victoria de Argentina apenas una hora antes frente a los africanos había llevado la buena o la mala noticia a la previa, según se mire, pero el caso es que a España le bastaba un triunfo por la mínima para colocarse como líder de grupo. Justo eso fue lo que obtuvo.

De Egipto se habían aprendido lecciones. La primera, presionar más arriba. La segunda, mantener la posesión y no renunciar a las largas circulacio­nes, pero buscando la espalda a la defensa. Se le supone más calidad a la selección, pero lo de conducir no está en su manual de estilo. La verticalid­ad sí, porque a los quince minutos un centro en profundida­d de Pedri demostraba que esa podía ser la forma de hacer daño, aunque Carlos Soler no llegara a conectar. Y también los disparos lejanos en busca de la segunda jugada, como la que encontró el propio Pedri en el 19 para forzar la primera parada de Glover justo antes de que Oyarzabal estrellara el balón contra el poste. Era otra España. Una que muerde en la zona de tres cuartos. Y era la misma. La que no marca.

Dani Olmo decidió volver al plan inicial y buscar el desmarque en el área pequeña de Soler, al que el remate se le marchó fuera. Al descanso una España que lo había probado todo, porque jugar juega, y bien, se iba con otro triste empate a nada, que dice el tópico, y una sola verdadera parada de Glover como escaso saldo. La segunda parte fue un buen remake de la primera aderezado por la conducción de Bryan Gil y un pequeño homenaje al partido frente a Egipto. España ganó por calidad, aunque no estuvo tan lejos de que la mandaran al rincón de pensar. La valentía tuvo premio al fin, en el minuto 80, Asensio se rehabilita­ba para habilitar a Oyarzabal y facilitar que el donostiarr­a batiera a Glover de cabeza.

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// EFE Oyarzabal celebra el único tanto de ayer ante Australia

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