«Los jóvenes beben por un problema de comunicación»
Asegura que el 54% de los padres saben que sus hijos beben, «pero hacen la vista gorda»
√ «Los deportistas que arrastran masas deben concienciar de que se puede disfrutar y celebrar sin alcohol»
Para Silvia Jato, directora de Relaciones Institucionales de Fundación Alcohol y Sociedad (FAS), es necesario transmitir a los menores de 18 años el mensaje de ‘alcohol cero’, puesto que la ley no permite que lo hagan antes y porque no les corresponde. «Es dañino, les crea una falsa sensación de relación social que, en realidad, es inexistente y después se dan cuenta de que fallan con sus amistades porque al desinhibirse hicieron cosas mal y tuvieron un comportamiento falso. Para evitar esos fracasos personales es necesario contarles desde pequeños los riesgos.
—¿Cuáles son los principales errores de los padres al hablar con ellos del consumo de alcohol?
—En primer lugar, la demonización. No se les puede decir un ‘no’ drástico porque se consigue el efecto contrario. Hay que trabajar más la comunicación con los hijos y explicarles bien todo lo que supone ingerir alcohol. Pensamos que son autosuficientes en conocimiento de muchas cosas, sobre todo ahora, porque están metidos en redes sociales, pero hay temas que los padres siempre deben abordar con ellos como el alcohol, las drogas, el sexo... Y, sobre todo, escucharlos, conocer su parecer, qué opinan... Los padres no deben tener miedo de abordar de estos asuntos.
—Como madre de tres hijos adolescentes, ¿cuál ha sido la forma de conectar con ellos al hablar de los riesgos del alcohol?
—Primero, hay que predicar con el ejemplo y hacer un consumo responsable delante de ellos porque, de lo contrario, nos imitarán. También me he preocupado de conocer su entorno. Los amigos juegan un papel importante y saco estos temas cuando están juntos. Uno te cuenta una cosa y otros añaden más puntos de vista. Se sueltan y te vas enterando de lo que saben y de lo que no. Eso sí, el último en hablar es tu hijo porque no le queda más remedio para no quedar mal delante de sus amigos.
—El 48% de los menores consumen alcohol con el permiso de sus padres. ¿Es una buena medida?
—No es positivo. Durante años se ha institucionalizado el alcohol y se sigue haciendo. El 54% de los padres son conocedores de que sus hijos beben y lo permiten o hacen la vista gorda porque piensan que ellos también lo hicieron en su día. Ese pensamiento es el que hay que eliminar. Hace años, por ejemplo, en el pueblo se incitaba a que bebieran: ‘¿no bebe el niño?’ Si en aquel momento se cometieron esas imprudencias fue por falta de información, ahora no se quiere perjudicar a los hijos porque conocemos los riesgos. Es momento de romper barreras.
—¿Por qué beben los jóvenes?
—Porque tienen un problema de comunicación y no hay, en muchas ocasiones, un ocio alternativo. En cuanto se han levantado las restricciones de la pandemia hemos visto cómo se han disparado los botellones, han acudido a ellos pensando que es la mejor manera de divertirse. Hace falta mostrarles otras alternativas y, sobre todo que, por ejemplo, deportistas que arrastran masas demuestren que se puede disfrutar y celebrar sin excesos de alcohol.