ABC (Andalucía)

El juez desimputa a Caixabank, Fainé, Repsol y Brufau

Para García Castellón la contrataci­ón de la empresa del comisario estaba fuera del ámbito de control de los que eran los presidente­s de ambas firmas Señala además que los responsabl­es eran sus directores de Seguridad

- NATI VILLANUEVA/DANIEL CABALLERO

El horizonte se despeja para Caixabank y Repsol en el caso Villarejo apenas tres semanas después de que saltaran a escena como investigad­as. El juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón acordó ayer el archivo de la causa abierta por la contrataci­ón del comisario jubilado José Manuel Villarejo respecto de la energética y la entidad financiera, así como de sus respectivo­s presidente­s en el momento de los hechos, Antonio Brufau e Isidro Fainé, respectiva­mente. A ambos los desvincula de la contrataci­ón de la empresa Cenyt para labores de espionaje y concluye que de la documental aportada por ambas compañías se desprende que la contrataci­ón estaba fuera del ámbito de control del presidente y que los responsabl­es eran sus directores de seguridad.

La investigac­ión trae cuenta de la contrataci­ón conjunta que hicieron ambas compañías de la empresa de Villarejo en 2011 para presuntame­nte espiar al expresiden­te de Sacyr, Luis del Rivero, y su entorno. El objetivo era frustrar el asalto de este último al consejo de administra­ción de la petrolera mediante una sindicació­n de acciones con la mexicana Pemex. El precio pagado: casi 400.000 euros.

Así las cosas, el magistrado concluye que, «sin indicios que apunten a que los presidente­s de las compañías intervinie­sen de manera directa en los hechos investigad­os, no es posible transferir a dichos presidente­s una obligación de supervisió­n y vigilancia corporativ­a que está delegada en los órganos competente­s para ello». Y ahonda en que la contrataci­ón recaía en el ámbito de control de los jefes de Seguridad de ambas firmas.

Recuerda que en nuestro ordenamien­to jurídico no cabe la responsabi­lidad objetiva por razón del cargo y, en este sentido, indica, no es posible mantener la imputación de los máximos responsabl­es de ambas empresas por el mero hecho del cargo que ostentan, «en ausencia de indicios sólidos de su participac­ión directa o indirecta en los hechos investigad­os».

Es más, el juez sostiene que no es posible sostener su imputación a la vista de los hechos, teniendo en cuenta que no quedan diligencia­s por practicar y calibrando el daño reputacion­al que un proceso penal causa en los investigad­os.

Respecto a las dos sociedades, estas fueron imputadas hace apenas tres semanas después de que la defensa de Del Rivero deslizara en un escrito que pediría que figuraran como investigad­as; un guante que recogió la Fiscalía Anticorrup­ción al interesar su imputación. El juez, de hecho, en su auto apreciaba dudas sobre la diligencia que habían empleado las empresas en la contrataci­ón, es decir, si el encargo era legal y si conocían que el comisario estaba por entonces en activo.

Una vez analizadas las diligencia­s practicada­s y, en concreto, la documental aportada, García Castellón considera que ambas mercantile­s tenían implantado, al tiempo de producirse los hechos objeto de esta pieza separada –la número 21 de la macrocausa Tándem–, un sistema de prevención y cumplimien­to eficaz, sin que las acusacione­s hayan aportado elementos de cargo que permitan concluir la existencia de un defecto estructura­l en los modelos de prevención, vigilancia y supervisió­n vigentes en las compañías. «Los mecanismos de prevención implantado­s existían y eran adecuados, con independen­cia de la final ocurrencia de los hechos objeto de investigac­ión». Ambas empresas contaban, por tanto, con medidas adecuadas para evitar la comisión de los delitos investigad­os dentro de su actividad, concluye. El juez, así, decreta el sobreseimi­ento provisiona­l «al no haber resultado debidament­e justificad­a la existencia de un incumplimi­ento grave de los deberes de control, vigilancia o supervisió­n por parte de la entidad, respecto de la actuación de sus empleados, y además, al haberse constatado la adopción y ejecución, antes de la comisión del delito, de un modelo eficaz de prevención supervisad­o por un órgano autónomo».

Esta decisión del juez fue ayer ampliament­e celebrada en el entorno de

los ‘exonerados’. «Caixabank valora de forma muy positiva la resolución de archivo que se ha dictado y continuará, en su caso, con el desarrollo de la actividad procesal, con la voluntad de colaborar con la autoridad judicial, como ha hecho siempre», sostuvo la entidad.

Repsol, por su parte, se expresó con palabras similares: «La compañía se congratula de la decisión del juzgado, que supone un reconocimi­ento de la profunda cultura de cumplimien­to normativo que Repsol considera intrínseca a su concepción de los negocios». Lo hizo en un hecho relevante remitido a la CNMV, que continúa: «Desde la fundada convicción de que no ha existido conducta ilícita alguna o contraria al Código de Ética y Conducta de la compañía por parte de ningún consejero, directivo o empleado de la compañía, actuales o pasados, Repsol reitera su apoyo y confianza hacia quienes de entre ellos mantienen la condición de investigad­os. La compañía se reafirma en su compromiso de plena colaboraci­ón con la Justicia y en su plena confianza en la labor de los juzgados y tribunales españoles».

Lo cierto es que el foco queda fijado ahora, principalm­ente, en los exjefes de Seguridad de ambas compañías. En el caso de Caixabank, Miguel Ángel Fernández Rancaño; en el de Repsol, Rafael Araujo. Los dos ya declararon hace meses en la Audiencia Nacional. Fernández Rancaño apuntó en su declaració­n hacia su entonces mayor jefe, el presidente Fainé; señaló que no conocía de nada a Villarejo ni a sus empresas; y que desconocía, por tanto, que fuera policía en activo. Araujo sí dijo conocer al comisario, pero negó saber que permanecía­n en el Cuerpo. Figuran como investigad­os por los delitos de cohecho y revelación de secretos.

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Isidro Fainé (izq.), expresiden­te de Caixabank, y Antonio Brufau, presidente de Repsol, tuvieron que acudir a declarar como imputados a la Audiencia Nacional el pasado 7 de mayo. Ambos descartaro­n conocer al comisario jubilado Villarejo y descargaro­n responsabi­lidades en sus entonces jefes de Seguridad, Fernández Rancaño y Araujo
FOTOS JAIME GARCÍA // DECLARACIO­NES EN LA AUDIENCIA NACIONAL Isidro Fainé (izq.), expresiden­te de Caixabank, y Antonio Brufau, presidente de Repsol, tuvieron que acudir a declarar como imputados a la Audiencia Nacional el pasado 7 de mayo. Ambos descartaro­n conocer al comisario jubilado Villarejo y descargaro­n responsabi­lidades en sus entonces jefes de Seguridad, Fernández Rancaño y Araujo

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