Dressel acepta el reto de los seis oros
Logra su primer oro individual en unos Juegos, el segundo en Tokio, y apunta a lograr alcanzar su objetivo
La natación masculina ha señalado a Caeleb Dressel como su referencia, como su estrella, en Tokio, y el estadounidense ha aceptado el honor y el reto. Para ello, Dressel ha apostado por soñar con seis medallas de oro. Un desafío que no llega a la época de Phelps, pero que le puede igualar con otro héroe de la memoria colectiva como fue Mark Spitz. No es fácil alcanzar el objetivo para un nadador que había llegado a Tokio con solo dos medallas de oro en su haber, y ambas en relevos. Pero Caeleb Dressel es el actual dominador del panorama mundial porque ha sumado trece títulos planetarios después de Río. En Japón ya suma dos oros y ayer, por fin, logró su primer título individual en los Juegos en una de las pruebas reina del programa, los 100 metros libre.
Para ganar tuvo que emplearse a fondo y batir el récord olímpico con una marca de 40.02, a un paso de romper la barrera de los 47 y a 11 centésimas de la plusmarca mundial. Se esperaba una gran rivalidad, porque las sensaciones de Kliment Kolesnikov en semifinales habían sido muy positivas y de un campeón olímpico como Kyle Chalmers se puede esperar siempre lo mejor. Dressel, fiel a su estilo, salió disparado en el primer largo. Kolesnikov, a su lado, apostó por aguantar el mano a mano y eso fue la tumba del ruso, que en el largo de vuelta fue incapaz de superar al estadounidense. Dressel parecía tener todo bajo control, pero por las calles exteriores ha llegado el remate de Chalmers. El australiano fue el mejor en los metros finales, pero se quedó a seis centésimas de revalidar su título, en una de las llegadas más ajustadas de la final de 100 metros libre, al estilo de la de Atlanta 1996 cuando Alexander Popov ganó con 7 centésimas sobre Gary Hall.
Los gritos de «USA, USA» retumbaban en las gradas casi vacías del Centro Acuático, donde los compañeros hacen las veces de animadores de aquellos que están compitiendo. Dressel ya ha dado el primer paso hacia la gloria olímpica. Por delante le quedan otros dos retos individuales, los 100 metros mariposa y el esprint más puro, los 50 metros libre, así como otros dos relevos. El camino es largo, pero el estadounidense dio un importante golpe sobre la mesa ante unos rivales que habían cuestionado deportivamente su dominio y que vieron a un Dressel convencido de sus posibilidades y dispuesto a instaurar su reinado en la piscina de Tokio.
Récord del mundo
La jornada matinal fue brillante en cuanto al nivel de las finales, con un récord del mundo y hasta tres récords olímpicos. La mejor marca planetaria llegó al cierre de la mañana. El equipo femenino de China, con un crono de 7.40.33, destrozó en más de un segundo la marca del 4x200 libre en poder de Australia desde 2019 (7.41.50). Yang Juxuan, Tang Muhan, Zhang Yufei y Li Bingjie formaron el cuarteto que dio a China el oro y la marca, pese al titánico esfuerzo de Kathie Ledecky en la última posta del relevo estadounidense, que estuvo muy cerca de dar caza a su rival. 40 centésimas le sobraron y a Australia, 96. Es decir, tres países nadando por debajo del récord del mundo.
En cuanto a plusmarcas olímpicas, a la de Caeleb Dressel hay que sumar el que logró el australiano Zak Stubblety-Cook en 200 metros braza y la china Zhang Yufei en 200 metros mariposa. Stubblety-Cook apareció en los metros finales para apartar de la gloria olímpica a dos europeos que ya se veían en lo más alto, el holandés Kanninga y el finlandés Mattsson. Y si el australiano fue el gran vencedor y permite a su país mantener el mano a mano con Estados Unidos por el liderato de la piscina, el gran perdedor fue el ruso Anton Chupkov. Dos veces campeón mundial y europeo y bronce en Río, se ha quedado sin pisar el podio en Tokio. Cayó en semifinales en 100 metros y ayer fue cuarto, muy por debajo de su potencial.
Zhang Yufei tomó el relevo de Mireia Belmonte como campeona olímpica de los 200 metros mariposa con una exhibición que la llevó a un crono de 2.03.86 y dejando a segundo y medio a sus principales rivales. Y en 800 metros, el estadounidense Robert Finke dejó sin premio a su esfuerzo al italiano Gregorio Paltinetri, campeón olímpico en Río en 1.500 metros y que dominó la final desde la salida hasta el momento decisivo, donde fue superado por Finke.