Joseph Mercola El mayor altavoz de bulos sobre Covid del mundo
Ha aprovechado la pandemia para lucrarse económicamente con la difusión de mensajes antivacuna y para la Casa Blanca es el ‘desinformador’ negacionista con mayor alcance virtual
Sus publicaciones comienzan con una pregunta aparentemente inofensiva para dar paso a afirmaciones como que las vacunas frente al Covid-19 son «un fraude médico» o que el pinchazo «altera la codificación genética, convirtiendo al inmunizado en una fábrica de proteínas sin interruptor de apagado». El autor es Joseph Mercola, un osteópata de aspecto bondadoso y verbo pernicioso que ha sido catalogado como el mayor difusor de bulos sobre el coronavirus del mundo.
Su discurso es fácilmente refutable, pero lo comparten cientos de miles de personas –militancia negacionista incluida– desde el principio de la pandemia.
Es un vocero de teorías no avaladas científicamente y, para más inri, se lucra económicamente con su difusión. La FDA le acusó en febrero de haber promovido «engañosamente» la venta de complementos vitamínicos publicitados como un escudo imperturbable frente a la enfermedad, según ‘The New York Times’.
Con más de 1,7 millones de seguidores en Facebook y unos 700.000 entre Twitter y YouTube, ocupa el podio en el listado de ‘La docena de la desinformación’ que la Casa Blanca cita a menudo. Una especie de lista negra elaborada por el Centro para Contrarrestar el Odio Digital de Estados Unidos en la que figuran los responsables del 65 por ciento de las informaciones imprecisas que se publican sobre el virus. Mercola, que en 2017 reconoció que tenía un patrimonio superior a 100 millones de dólares, está en el ojo del huracán mediático, con los contagios cada vez más desbocados y la variante Delta campando a sus anchas. Más del 97 por ciento de los hospitalizados por coronavirus no están vacunados, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos. En este contexto, el presidente Joe Biden ha cargado contra las falsedades que se publican ‘online’, alegando que son bulos como los reproducidos por Mercola los culpables de un creciente escepticismo en torno a los sueros.
Pero la popularidad de este médico viene de lejos. En la década de los 90, Mercola abrió su propio sitio web y en 2015 publicó un ‘best seller’ en el que defendía la expulsión de los cereales de la dieta. Otro de sus momentos de mayor apogeo en las redes lo alcanzó con sus artículos sobre los centros de bronceado: defendió que reducían las probabilidades de contraer cáncer y empezó a vender máquinas de rayos UVA.
Su ‘modus operandi’ no ha variado desde los 90: «Capitaliza periodos de incertidumbre como la pandemia para hacer crecer su movimiento», dice Kolina Koltai, investigadora de la Universidad de Washington especializada en teorías de la conspiración en la red.
A pesar de que en 2017 tuvo que indemnizar con casi tres millones de dólares a los compradores de ‘camas solares’ a los que estafó, sus negocios le dieron el dinero suficiente como para crear varias sociedades en Florida y Filipinas y contratatar a una plantilla numerosa. Sus empleados se dedican a aprovechar la actualidad sobre el Covid-19 para esparcir mensajes negacionistas que traducen a doce idiomas. «Mercola es el pionero del activismo antivacunas», sentencia Koltai. Un avezado maestro de la manipulación que, con un tono alejado de la radicalidad, «logra que un negacionista no se sienta como un marginado».
Manipulador Lanza preguntas aparentemente inocuas que se traducen a doce idiomas y se viralizan en redes