Los inversores piden garantías a Calviño
Sánchez cierra el chiringuito por vacaciones y dice que ha cumplido. La economía, destrozada; las empresas, mendigando fondos de Europa; los inversores, con billete de ida, y los separatistas campando a sus anchas. La España de Sánchez se asemeja mucho a un Estado fallido, un barranco que espera la llegada del otoño
TOCA elegir. Recuperación o crispación. Lo ha dicho el presidente Sánchez, que de lo primero no sabe nada, y de lo segundo, un rato largo. La economía, a bote pronto, parece avalar la recuperación. Crecer, estamos creciendo, aunque hacerlo desde un nivel de menos diez, lo facilita bastante. y, ¡ojo! rebotar no es crecer. Mientras, los augurios y las recomendaciones que vienen de instituciones internas y externas de relevancia y prestigio –como el Banco de España, la Airef, o el FMI e incluso de la propia Bruselas o de la OCDE, que siguen pidiendo prudencia y mejor no lanzar las campanas al vuelo–, más bien constatan que seguiremos crispados porque hay luz al final del túnel a corto pero con las largas la cosa se torna algo oscura. Si todo se fía a los fondos –coinciden–, mal vamos. Pues... gato con guantes no caza ratones, mejor seguir remangados. Que para cada tarea hay que contar con los medios necesarios y no pretender refinamientos impropios e inútiles si no sabemos, más aún cuando no se está acostumbrado a ellos. Y a todo esto... ¡con el techo de gasto y el reparto arbitrario de fondos a las comunidades autónomas hemos topado!
Ahora bien, del lado de las empresas –los resultados de algunas, incluso récord–, se puede intuir que están haciendo sus deberes en pos de la recuperación, ajustando vía crispación, con recorte de costes, sobre todo de empleo –más bien, desempleo– y la mayoría con la mirada puesta en el exterior y en la vuelta al dividendo, que hay que tener contento al accionista y buscarse las habichuelas fuera, porque dentro, piensan, pintan bastos.
¡Valiente paradigma! El Gobierno mirándose el ombligo, contentando a los suyos y a otros adláteres, y poniendo trabas al inversor extranjero, mientras los jefes del Ibex y de alguna compañía más, oteando más allá de nuestras fronteras que es donde hay vida. Y encima el ‘presi’ resiliente nos casca: «Estamos cumpliendo». Cuenta que, en tan solo un año y medio de legislatura, casi la totalidad de compromisos se han iniciado y uno de cada tres ya está cumplido. ¡Lo dirá por las cesiones a los independentistas, a las CC.AA. que le apoyarán sus presupuestos a cambio de más fondos que a otras que no le apoyan, y por los cargos a dedo para los del PSC! Al resto que nos vaya dando el aire si eso.
Ahora que la cosa doméstica, eso sí, ¡viento en popa! De hecho, va todo tan bien y es tan socialista y ‘progre’ que su señora esposa ha estado estos días fuera buscando cole para su ‘peque’. Por Bruselas han sido vistas ambas, quizás con el consejo bajo el brazo de la más europea del Gabinete socialista, la vicepresidenta Nadia Calviño. La primera dama, dando ejemplo, que para eso está, siendo consecuente con los postulados y el sentir del partido. Y mientras el resto de ciudadanos debe optar por la educación pública, la familia Sánchez hace uso de la ley contra la libertad de elección del Gobierno –es decir contra la concertada–, y elige lo que le da la gana. Eso sí, pagando con su nómina del
Estado. Lógica, no ya socialcomunista, que también, más bien ‘sanchista’. Esa que estuvo aireando en tierras americanas, de donde no se trajo más que asombro y más facturas de uso del dichoso Falcon, que nos está costando un riñón.
Allí, los analistas financieros y los grandes medios, que escudriñan con minuciosidad los indicadores de actividad económica de España –para decidir si siguen o no con su pasta aquí– le trasladaron a SuperSánchez que a ellos les sale la foto distinta a la que les estaba dibujando él. Para los Blackrock, JP Morgan, Goldman Sachs, Soros Fund Management, Bloomberg... me dicen que el análisis es el de un país gripado, donde el consumo privado –el termómetro definitivo– no será capaz de alcanzar niveles pre-Covid a pesar de la reactivación tras la apertura, por las menores restricciones, por la vacunación masiva y ante las vacaciones y el gasto que se augura. ¿Por qué tan diferentes versiones? El Gobierno ha confiado todo a la llegada de los fondos europeos en una suerte de enorme Plan E, sin proyectos industriales que los sustenten detrás. Al final, es el país del tente mientras cobro, mientras cobran unos pocos –ya veremos cómo y cuándo– para que Sánchez se llene la boca de una recuperación que no vislumbra los brotes verdes porque vive en un permanente otoño. ¡Ay, el otoño que se nos viene encima!
Un apunte más al respecto: tras la visita exprés de Sánchez a EE.UU., algunos fondos norteamericanos tenedores de bonos españoles llamaron alarmados a sus operadores en España para preguntar por las contradicciones simultáneas en el seno del Gobierno de coalición. Pulso Pedro Sánchez-Yolanda Díaz: atraer inversores con certidumbre y seguridad jurídica o subir impuestos... ¿a quién atender y/o creer? Mensaje a los suyos: ante la duda, ¡nos vamos y a otra cosa! que hay más países. De momento, se volvió sin compromiso alguno de inversión, a buen entendedor...
Lo dicho. Sánchez dice que cierra el curso cumpliendo. Y lo ‘redigo’, será con los que quieren convertir España en un Estado fallido. Muy cumplidor. Palabra de Sánchez. Gobierno de España.
Yo, por cierto, elijo recuperación, pero este señor me crispa.