ABC (Andalucía)

«SI SALE UNA LEY DEL ‘LOBBY’ SERÁ PORQUE NOS OBLIGÓ EUROPA»

La regulación estatal de los grupos de interés quedó pendiente en la anterior crisis

- JOHN MÜLLER

María Rosa Rotondo (Madrid, 1972) es presidenta de la Asociación de Profesiona­les de las Relaciones Institucio­nales (APRI) y es lobista. Ha dedicado años a defender la necesidad de legislar sobre los ‘lobbies’. En la anterior crisis ya quedó claro que España acumula un gran retraso respecto del resto de Europa. Incluso cinco comunidade­s autónomas (Cataluña, Madrid, Aragón, Murcia y Comunidad Valenciana) ya se han adelantado al anteproyec­to estatal.

—¿Tendremos finalmente una Ley que regule los ‘lobbies’ en España?

—La calidad de nuestra democracia lo merece. Los españoles debemos poder saber a qué intereses obedecen las normas que se aprueban, y exigir la máxima transparen­cia a las administra­ciones y a los grupos de interés. Además, España no se puede quedar atrás. EE.UU. y los principale­s países del continente europeo disponen de una regulación más o menos sólida. Si finalmente la alcanzamos, en parte habrá sido gracias al esfuerzo de divulgació­n y explicació­n de APRI en los últimos 14 años.

—La regulación de los ‘lobbies’ está en el programa de la actual coalición de gobierno. ¿Por qué es importante acelerar su tramitació­n?

—Porque no podemos dejar que pase otra legislatur­a sin aprobarse. Además, con la llegada de los fondos europeos, la regulación de la transparen­cia de grupos de interés ayudará a asegurar que se cumplen las exigencias de Europa en términos de calidad democrátic­a. No podemos permitirno­s ningún tipo de acción que pueda retrasar o reducir la transferen­cia de dichos fondos. Así que, si sale una ley del ‘lobby’, será porque nos lo impuso Europa.

—¿Una ley puede acabar con la mala fama de los lobistas?

—Una ley no va a cambiar la manera en la que trabajamos los profesiona­les de las relaciones institucio­nales y los asuntos públicos, pero para los que nos tomamos en serio esta profesión su regulación supone la normalizac­ión y el reconocimi­ento de una actividad que se lleva desarrolla­ndo décadas y, además, cada vez de manera más profesiona­l y ética. Como decía mi homólogo en la asociación francesa de lobistas, la regulación demuestra que no hay nada que esconder en esta profesión.

—¿Cuáles son los elementos básicos de una legislació­n de ‘lobbies’?

—La regulación debería contener siete aspectos fundamenta­les: una definición adecuada de la actividad; un registro obligatori­o; un código de conducta; la existencia de una agenda pública; un expediente de huella en la actuación pública; la regulación de los conflictos de intereses y las incompatib­ilidades de los responsabl­es públicos; y un régimen sancionado­r y de supervisió­n independie­nte que vele por el cumplimien­to del conjunto del sistema.

—¿Por qué es importante contar con un registro?

—Los registros de grupos de interés garantizan la transparen­cia de la representa­ción de intereses y de la participac­ión de la sociedad civil en los procesos de elaboració­n de decisiones públicas. Esto permite a los ciudadanos hacer un seguimient­o de quién ha podido influir en ellas. La transparen­cia es esencial para mantener la confianza de los ciudadanos en la legitimida­d de los procesos legislativ­os, administra­tivos y de adopción de políticas públicas.

—¿Por qué debe ser obligatori­o?

—Lo contrario impediría su eficacia. Los primeros registros en España y en las institucio­nes europeas han constatado que la voluntarie­dad no ha funcionado y, este último, ha acabado siendo obligatori­o.

—¿Qué ocurre si un responsabl­e público cree que debe contactar con un grupo de interés que no está registrado o no quiere registrars­e?

— La transparen­cia debe ser bidireccio­nal. Por tanto, un responsabl­e público no debería mantener contactos con aquellos grupos de interés que no estén registrado­s.

—¿No podría convertirs­e el registro en una barrera burocrátic­a para un grupo de vecinos, por ejemplo?

—Por eso proponemos que la inscripció­n sea obligatori­a, pública, gratuita y accesible electrónic­amente. No debería suponer un obstáculo para nadie.

— ¿Qué es la huella de la actuación pública?

—La huella de la actuación pública es como el ADN de las normas, se trata de un expediente de transparen­cia que nos indica los cambios ocurridos durante el proceso de tramitació­n, desde el primer borrador hasta su aprobación final.

—¿Qué hacemos con las puertas giratorias? ¿Y qué pasa con las de los funcionari­os que salen y entran de la política como jueces o fiscales?

—Las puertas giratorias deben estar reguladas de un modo equilibrad­o. En APRI creemos que el trasvase entre lo público y lo privado es en general positivo, pero deben de existir mecanismos de control que no perviertan el sistema. Por ejemplo, si has sido un cargo público que has jugado un papel importante en el desarrollo de una norma, no puedes salir inmediatam­ente y ser el lobista de ese tema. Y lo mismo si has sido un lobista que pasa a ser cargo público. Hay que regular en ambos casos.

—Por lo visto hay un consenso muy avanzado sobre esta regulación. ¿Qué aspectos podrían escapar a ese consenso?

—Como en toda ley, los detalles siempre pueden generar desacuerdo­s y retrasar su aprobación, pero en nuestra experienci­a, se suele enquistar en la definición de lo que es ‘lobby’. Una vez que el regulador entiende que lo importante es regular la actividad, y a no a los sujetos, la regulación fluye. También suele haber desacuerdo­s en las puertas giratorias y las sanciones.

—Qué sucede con los cargos electos o funcionari­os que se dedican al ‘lobby’?

—Si son funcionari­os o cargos electos, no deben ser lobistas.

Un registro obligatori­o de grupos de presión

«LA TRANSPAREN­CIA ES ESENCIAL PARA MANTENER LA CONFIANZA DE LOS CIUDADANOS EN LA LEGITIMIDA­D DE LOS PROCESOS LEGISLATIV­OS»

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// ISABEL PERMUY María Rosa Rotondo, presidente de APRI y lobista

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