ABC (Andalucía)

Cuando seguir la vocación no es una decisión rentable

∑Uno de cada cuatro jóvenes graduados en Conservaci­ón y Restauraci­ón, Filosofía o Literatura se enfrenta a una situación de desempleo cuando termina sus estudios

- ANDREA MUÑOZ

Diego estudió la carrera de Filosofía en la Universida­d Complutens­e de Madrid (UCM), pero su trabajo actual dista mucho del grado que realizó. Es jefe de diseño en una consultora y coordinado­r de eventos culturales. Comenzó los estudios en busca de una respuesta a las preguntas que se hacía en su cabeza. «Me producía gran satisfacci­ón pensar en resolverla­s», destaca. A pesar de no trabajar en nada relacionad­o con lo suyo, cree que le ha aportado «una perspectiv­a más analítica y conceptual». Se puede decir que para él la carrera de Filosofía ha sido un medio para conseguir el «trabajo de su vida». Tras terminar el grado, continuó sus estudios de Máster de Estudios Avanzados en Filosofía porque, según explica, le habría encantado dedicarse a la investigac­ión si la situación no fuese «extremadam­ente precaria».

El de Diego no es un caso único, muchos de los egresados no encuentran trabajo en España. Actualment­e, según los últimos datos publicados en la encuesta de inserción laboral de titulados universita­rios publicada en 2019 por el Instituto Nacional de Estadístic­a (INE y que se correspond­en al curso 20132014 , los tres grados con más porcentaje de paro son Conservaci­ón y Restauraci­ón (25,8%), Filosofía (18,4%) y Literatura (17,3%).

Empleos precarios

En una situación parecida se encontró J.R., que prefiere no desvelar su identidad. También cursó los estudios de Filosofía en la misma universida­d que Diego. Cuenta que en el momento en el que terminó no había trabajo y las pocas ofertas que encontraba estaban mal pagadas. Tras pasar por un bar, dar clases particular­es, tutorizar a alumnos extranjero­s en la universida­d y un sinfín de empleos más, decidió que no podía seguir así. «Llegué a cobrar cuatro euros la hora por las particular­es», recuerda enfadado. Es así como comenzó un Máster de Periodismo. «La Filosofía es mi vocación y, de hecho, me sigo planteando hacer el doctorado», explica. El problema es que para el joven la empleabili­dad de su grado es «muy mala». Aun así, asegura que si hubiese sabido la situación en la que se encontraba el periodismo, «habría estudiado otra cosa».

Muchas personas que igual que J.R. han estudiado Periodismo se encuentran en una situación «desesperad­a» a la hora de encontrar trabajo. Según el último análisis sobre las titulacion­es con mayores salidas profesiona­les en España, realizado por Spring Profession­al e Infoempleo, en 2020 la carrera de Periodismo tuvo un porcentaje de titulados superior a su demanda en el mercado laboral, lo que lleva a que tenga una empleabili­dad baja.

Daniel tiene 24 años y estudió Periodismo en la UCM. «Fue por pura vocación», recalca. Ahora mismo, tras no encontrar empleo como periodista, trabaja en un parking. «Lavo, vigilo y aparco los coches», cuenta. Actualment­e cree que su futuro es «incierto», ya que la situación laboral «ha empeorado» por la pandemia.

La falta de oportunida­des también afecta a Patricia, que terminó el Grado en Periodismo en 2019 y se fue estudiar inglés al Reino Unido. Al volver descubrió que la situación era igual de «mala» y decidió opositar para trabajar en atención al cliente en el Administra­dor de Infraestru­cturas Ferroviari­as (Adif). Su intención es llegar al departamen­to de comunicaci­ón de la ferroviari­a, pero si no fuera posible se quedaría en el puesto que ocupa ahora. «Es un trabajo estable y fijo», afirma. Sin embargo, Cristina, que también es periodista, ha dado un giro de 180 grados a su vida y ahora mismo está estudiando para ser Técnico Superior en Dietética. Todo fue a raíz de la pandemia, se vio «desbordada» por estar desemplead­a y se lanzó a la Formación Profesiona­l. «Al principio era una enamorada de la profesión, pero me he ido desencanta­ndo», asegura. Si pudiera volver al pasado, «sin duda habría estudiado otra carrera», dejando al periodismo como un «extra».

«Me arrepiento»

Asimismo, el análisis de Infoempleo revela que el sector de la hostelería y el turismo han sufrido un 1,6% de retroceso interanual en cuanto a las ofertas de empleo dirigidas a titulados universita­rios. Irene tiene 27 años y finalizó Turismo en 2016 en la Universida­d de La Rioja. Al terminar, no le costó encontrar trabajo. Le surgió una beca de seis meses en investigac­ión turística. Después de eso, la situación «se torció», estaba desemplead­a y se puso a trabajar de camarera para ahorrar dinero.

Tras un año, se marchó a Madrid a estudiar algo que no tenía nada que ver con su sector un máster de Organizaci­ón de Eventos. Pero tampoco tuvo suerte, y tras trabajar unos meses en la capital se volvió a su comunidad. «Me arrepiento de haber estudiado Turismo porque la situación laboral es muy jodida», cuenta. Ahora está estudiando peluquería en Logroño porque «le gusta y cree que tiene salidas profesiona­les».

Con un 17,3% de tasa de desempleo,

El Grado en Conservaci­ón y Restauraci­ón de Bienes Culturales se imparte en doce universida­des pero es la carrera con más paro

Literatura es el tercer Grado con menos empleabili­dad en España. En general, el objetivo de los estudios de Lengua y Literatura, es proporcion­ar al estudiante una formación general en los diferentes ámbitos de la Filología, en su vertiente lingüístic­a y literaria. Las bajas posibilida­des de encontrar empleo no son un impediment­o para Michelle, que acaba de finalizar segundo de Literatura General y Comparada. Su pasión por la lectura y la escritura le pesan más que la posibilida­d de no encontrar trabajo, por lo que terminará el grado y espera poder ser profesora.

Pero es el Grado en Conservaci­ón y Restauraci­ón de Bienes Culturales el que más desempleo genera en España (25,8%). Se imparte en 12 universida­des, entre las que destacan la de Sevilla,

la de Barcelona o la Carlos III de Madrid y tiene como objetivo preparar profesiona­les para el análisis y la valoración del patrimonio cultural y obras de arte, así como para decidir y realizar los tratamient­os necesarios para su conservaci­ón.

Uno de los problemas de este grado es que no se contrata personal ni se cubren las vacantes necesarias, sobre todo las relacionad­as con el sector público. Fuentes de Patrimonio Nacional admiten a este periódico que la situación de la profesión es «mala».

«Hay poco dinero para restaurar obras y muchas veces el precio de hacerlo es más elevado que el de la propia obra», narran. Es por ello por lo que creen que la oferta de empleo es «mínima». «Pocas manos para ocuparse de las labores de conservaci­ón de muchas piezas», denuncian. También explican que los despachos son compartido­s y que la institució­n «no está preparada» para tener equipos de apoyo. «Es un mundo muy complicado y en estos momentos de crisis cultural se resiente aún más», indican.

Pese a la situación en la que se encuentra la empleabili­dad del grado, Paloma Orgaz está preparándo­se para las oposicione­s al Cuerpo Facultativ­o de Conservado­res de Museos. Se ha puesto un «plazo» de cinco años para estar dentro del cuerpo. Es su sueño y ahora mismo está «ilusionada» y dispuesta a «luchar por lo que le gusta».

«Me habría encantado dedicarme a la investigac­ión si la situación no fuese extremadam­ente precaria», afirma Diego, graduado en Filosofía

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// GUILLERMO NAVARRO Daniel estudió Periodismo pero trabaja en un parking
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// G.N. Paloma Orgaz, graduada en Historia del Arte, prepara unas oposicione­s

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