ABC (Andalucía)

En el nombre del padre

El delantero, cuyo progenitor quedó fuera de Barcelona 92 por una lesión, mete a España en semifinale­s después de un triplete contra Costa de Marfil

- F. MOYA / ASER FALAGAN

Delantero de la selección española

La familia de Rafa Mir (Cartagena, 24 años) tenía una deuda pendiente con los Juegos Olímpicos desde hace tres décadas. Y el delantero del Wolverhamp­ton –ha estado cedido en el Huesca donde marcó 13 goles– la saldó ayer con su histórico triplete ante Costa de Marfil, el primero que logra un futbolista saliendo desde el banquillo en un torneo olímpico. El delantero rescató a España después de que los africanos se adelantase­n 2-1 en el minuto 90. Apenas dos minutos después aprovechó un regalo de la defensa para empatar y ya en la prórroga sumó otros dos tantos más al logrado por Oyarzabal de penalti. De estar eliminada, España pasó a golear. El martes (13.00 horas) espera la Japón de Take Kubo en semifinale­s. Los de De la Fuente tienen dos oportunida­des para colgarse un metal. Primero para pelear por el oro y, si pierden, para luchar por el bronce. Por el otro lado del cuadro avanzan Brasil y México.

Pero volvamos al gran protagonis­ta, Rafa Mir. Su padre, Magín Mir, se quedó hace 29 años a las puertas de Barcelona 92. Era un estupendo defensa central. Tenía 19 años y ya había debutado en Primera con el Mallorca. Formaba parte de la quinta del Cobi, liderada por Guardiola, Kiko, Alfonso, Luis Enrique, Juanma López, Solozábal, Abelardo y Chapi Ferrer. Pero una grave lesión de rodilla le apartó de aquellos Juegos y su carrera empezó a torcerse.

Con una capacidad de anticipaci­ón y una calidad en los pies inusual en los defensas de principios de los noventa, tuvo que empezar de cero y fichó por el Cartagena, en Segunda B. Completó dos campañas espectacul­ares. En la ciudad portuaria nació su hijo Rafa. Y el tren de la élite volvió a pasar por su puerta. Tenía un precontrat­o con el Sevilla de Bilardo, donde iba a compartir vestuario con Maradona, Suker y Simeone. Pero el partido antes de firmar sufrió otra lesión gravísima.

Cuando Magín se recuperó, la oferta del Sevilla había desapareci­do. Se fue al Albacete de Víctor Espárrago. Castigado por un sinfín de lesiones musculares, solo pudo disfrutar un año de la Primera con el conjunto manchego. Elche, Murcia, Sóller, Gramanet,

Gimnástica Segoviana, Mar Menor, Sangonera y Muleño fueron el resto de equipos de Magín, cuya trayectori­a no fue la que todo el mundo esperaba. Lo peor vino poco después de retirarse. Mientras disputaba una pachanga con amigos sufrió un ictus. Uno de ellos era médico y le salvó la vida. Tenía 35 años y le quedaron secuelas en la vista.

Su hijo mayor, Rafa, despuntó desde muy pequeño. Su padre quiso que probara con el fútbol sala antes de saltar al fútbol once y en una temporada en el benjamín de El Pozo Murcia hizo 136 goles. Vino el Barça y se lo llevó a La Masía. Rafa se pasó los seis primeros meses llamando a su madre, Cristina, rogándole que fuera a recogerlo y lo llevara de vuelta a Javalí Nuevo, la pedanía de Murcia donde la familia tiene su residencia.

«Perdimos un hijo, el que se fue a Barcelona. Y ganamos otro. Porque la casa no se quedó vacía», cuenta Magín a este periódico. Cristina, maestra interina, se quedó embarazada y nació David. Se lleva doce años con su hermano Rafa y ha heredado de él su facilidad para marcar goles. Esta temporada ha sido el máximo anotador del alevín del Mallorca y, aunque solo tiene 12 años, ya es seguido por los mejores clubes de España.

Un primo en gimnasia

Rafa no es el único Mir en los Juegos de Tokio. Su primo segundo Nicolau Mir ha participad­o con el equipo español de gimnasia artística. Pasaron muchos veranos juntos en las calles del Coll d’en Rebassa, el barrio mallorquín donde reside la mayor parte de la familia Mir. Han coincidido en la Villa Olímpica y han subido varias fotos juntos. Nicolau cumplió con nota en su debut en unos Juegos y fue el segundo mejor gimnasta del conjunto español que acabó en duodécima posición.

Tras la actuación de ayer, Rafa Mir espera que le lleguen ofertas. El Wolverhamp­ton pide 18 millones por él. Betis, Valencia y Granada están interesado­s, pero ninguno de los tres puede pagar esa cantidad. Simeone también lo tiene en su agenda y el Atlético podría ir a por él en el tramo final del mercado. Con actuacione­s como la de ayer, todo es posible.

 ?? // REUTERS ?? Rafa Mir celebra el cuarto gol de España ante Costa de Marfil
// REUTERS Rafa Mir celebra el cuarto gol de España ante Costa de Marfil

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain