ABC (Andalucía)

En busca de la corona de Usain Bolt

Después de tres Juegos de aplastante dominio del jamaicano, los 100 metros esperan la llegada de un nuevo líder que le devuelva el protagonis­mo perdido

- IGOR BARCIA

El aplastante dominio que ejerció Usain Bolt en los 100 metros y el final de su reinado han dejado a la prueba reina de la velocidad en un estado de espera, a la búsqueda de un líder que vuelva a guiar a una de las pruebas más espectacul­ares del programa atlético. Desde que irrumpió en los Juegos de Pekín 2008 con sus estratosfé­ricas marcas y su espectácul­o mediático, el jamaicano fue el rey absoluto de los 100 metros y prolongó su dominio en Londres 12 y en Río 16. Su marcha dejó tocada a la prueba, que aun así se agarró a Chris Coleman con la esperanza de que el velocista estadounid­ense la mantuviera a flote. Pero Coleman falló de la peor forma posible, saltándose un control y recibiendo una sanción de 18 meses que le ha impedido estar en Tokio. Así que la final de esta tarde (14.50 horas) se presenta entre la oportunida­d y la necesidad de contar con un nuevo líder, con un velocista que de un golpe en la mesa y sea capaz de asumir en unos Juegos Olímpicos que está a la altura del reto, ser el nuevo rey de la velocidad.

A priori, la lista de candidatos debe estar formada por Trayvon Bromell, Ronnie Baker, Fred Kerley, Akasi Simbine y Andre de Grasse, aunque Usain Bolt tiene su claro candidato. «Bromell ha progresado mucho, ha demostrado que está listo y en forma. Si se mantiene así, debe estar en lo más alto». Así que si lo dice el jamaicano, habrá que aceptar que el estadounid­ense está listo para asumir el puesto vacante. A priori, lo debía haber hecho antes. Porque Bromell fue, con 19 años, el primer júnior en romper la barrera de los 10 segundos. En el Mundial de 2015 ya fue tercero y en el invierno de 2016, campeón mundial de 60 metros bajo techo. Pero ahí comenzaron los problemas. Fue operado en dos ocasiones para solucionar sus problemas en el talón, la segunda en 2019. A partir de ahí, llegó la recuperaci­ón y este año ha sido capaz de correr en 9,77, el único que ha sido capaz de romper la barrera de los 9,80.

Sin embargo, aunque está convencido de ganar el oro, Bromell no dejó buenas sensacione­s ayer en la primera ronda. Es cierto que fue la serie más rápida, que no fue a tope y que se clasificó con 10.05, pero no resultó la mejor carta de presentaci­ón tener que clasificar­se por tiempos y no de forma directa, lo que siempre es un aliciente para el resto de aspirantes.

Al acecho tiene a los tres velocistas que han sido capaces de bajar de 9.90 esta temporada. Ronnie Baker marcó 9,85 en los trials estadounid­enses y ha ganado dos mítines (Estocolmo y Mónaco). «Mi rival soy yo y mientras me siga encontrand­o bien, sé de lo que soy capaz», ha asegurado estos días previos a los 100 metros de Tokio. Ayer se impuso sin problemas con 10.03.

Caso más sorprenden­te es el de Fred Kerley, por ser un consumado especia

El estadounid­ense Trayvon Bromell, que casi queda eliminado, tiene la mejor marca del año (9.77) y era el favorito hasta ayer

lista en 400 metros que se ha reconverti­do en velocista aspirante a colgarse el oro en 100 metros. De hecho Kerley fue bronce en el Mundial de 2019 en la vuelta a la pista. Pero él asegura que no le resulta extraña la distancia porque «he estado haciendo el relevo 4x100 toda mi vida». Hace dos meses bajó por vez primera de diez segundos (9.91) y su marca personal ahora está en 9.86. Ayer pasó con 9.97.

El que se encuentra ante una oportunida­d histórica es Akani Simbine, que puede convertirs­e en el primer campeón olímpico africano de 100 metros desde que Reggie Walker lo hizo en Londres 1908. Simbine fue quinto en Río, quinto en el Mundial de 2017 y cuarto en 2019, pero ahora está en el mejor momento de su vida, tal y como demostró al batir el récord de África con 9.84. «Tengo confianza, sé que puedo hacerlo», afirma el velocista sudafrican­o, con 10.08 en su estreno.

Y puestos a señalar nombres, no habría que olvidar a Andre de Grasse. Tiene la experienci­a de las grandes competicio­nes, siempre está entre los mejores y parece que ha logrado llegar en un buen momento de forma, como acreditan esos 9.90 de su serie clasificat­oria, el más rápido de los participan­tes, donde se permitió ganar sin problemas al estadounid­ense Kerley. Si mantiene el nivel en la jornada de hoy, el canadiense puede ser un rival muy competitiv­o en el estadio Olímpico.

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ENVIADO ESPECIAL A TOKIO

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