ABC (Andalucía)

Una bodega de vino ‘fantasma’ pagada con dinero público

El PSOE creó una instalació­n vitiviníco­la en Montilla a costa de la Junta, con todas las herramient­as necesarias para producir y embotellar caldos, pero nunca llegó a utilizarse de forma continuada

- M. MOGUER

La Junta podría haber sacado al mercado su propio vino. Botellas de tinto y blanco etiquetada­s en el Palacio de San Telmo para agasajar a las visitas o regalar. Es lo que han destapado las auditorías sobre la ‘administra­ción paralela’ en los años en que el PSOE aún gobernaba la Junta de Andalucía.

Porque, según el documento que analiza la actividad de la Agencia de Gestión Agraria y Pesquera de Andalucía (Agapa), esta entidad construyó una bodega con todos los aparejos propios de estas instalacio­nes. El edificio, ubicado en Montilla, cuenta con una sacristía de cerca de cien metros cuadrados, lagar de 150, bodega de vino blanco de algo más de cien metros cuadrados y otra de vino tinto de la misma extensión.

Pero ni la Agapa ni la Consejería de Agricultur­a —de quien depende la agencia— ni la Junta vendió nunca vino. La ‘Estación Enológica’ de Montilla, que así se llaman estas instalacio­nes pagadas con dinero público, nunca se ha usado de forma recurrente, indican los auditores.

De hecho, añade el informe al que ha tenido acceso ABC, la bodega solo se ha utilizado «de forma puntual y aislada en el pasado». Cuesta trabajo seguir el rastro de la actividad de estas instalacio­nes en las que la Junta invirtió solo en el año 2011 unos 1,2 millones de euros. Hay que remontarse a 2017, cuando el entonces consejero de Agricultur­a anunció un convenio con el Ayuntamien­to de Montilla, la Universida­d de Córdoba (UCO) y el Consejo Regulador de la Denominaci­ón de Origen Protegida Montilla-Moriles para su explotació­n.

Nunca se supo más de esta inicitativ­a hasta este año, cuando el Boletín Oficial de la Junta recoge otro acuerdo —esta vez ya con el PP y Cs en el Gobierno andaluz— por el que se ceden las instalacio­nes a la UCO para «tareas docentes y trabajos de experiment­ación». Pero, ¿no se habían ya cedido a dicho centro, al Ayuntamien­to de Montilla y a los bodegueros? Sea como fuere, «a pesar de ser una fuente clara de ingresos potenciale­s» y aunque tiene «material y maquinaria para la producción, maduración y embotellad­o de vino», se ha pasado años y años sin uso real, denuncia la auditoría.

Lo mismo ocurre con las placas solares que Agapa instaló tanto en esta bodega fantasma como en otros centros de su titularida­d. Indica el documento de los auditores que ninguna está operativa ni aporta «ningún tipo de retorno a la Entidad».

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EFE Imagen de archivo de una bodega de vino//

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