Cuatro días en albornoz en el paraíso del bienestar de Alicante
∑Viajamos al Sha, la exclusiva clínica donde las celebrities ponen a punto cuerpo y mente con tratamientos de belleza y nutrición saludable
EL ALBIR (ALICANTE)
Cuando le comenté a un amigo que me alojaría durante cuatro días en el Sha Wellness Clinic, en El Albir (Alicante), muy sincero, me respondió▶ «No te veo desayunando sopa de miso, la verdad», gran sabedor de que yo soy más de tostadas con tomate o churros el fin de semana. Mi jefa me aconsejó, entre risas, que escondiera bajo mi vestido un sobre de jamón al vacío. Y un familiar me preguntó si una vez hecho el check-in,
puedes salir al exterior. Existen muchos mitos acerca de cómo funcionan los exclusivos complejos adonde el huésped acude a bajar de peso, hacer tratamientos détox, relajarse y encontrarse consigo mismo. Pero no, nadie registra el equipaje en busca de comida, ni te requisan el teléfono ni prohiben salir. Antes de viajar le pregunté al director de comunicación Stavros Georgakarakos qué debía meter en la maleta▶ «No te preocupes, pasarás el día en albornoz».
¿Qué es el Sha? ¿Spa, clínica, ‘resort’ de lujo? «Ninguna de estas definiciones describe completamente nuestro concepto; es todas ellas y mucho más. Es una clínica de bienestar y medicina preventiva cuya misión es crear un cambio en la salud y el bienestar. Respecto al nombre, Sha en japonés significa luminosidad y se pronuncia igual en todos los idiomas», me explica Stavros.
Pérdida de peso
Se basan en un plan 360 grados que aúna avances de la medicina científica junto con terapias naturales, dando especial relevancia a una nutrición sana, basada en gastronomía mediterránea y asiática. Ofrece diversos programas de salud dependiendo del objetivo del cliente que puede ser desde la pérdida de peso a la desintoxicación del organismo a la gestión del estrés o los trastornos del sueño.
A mi llegada, paso por un reconocimiento médico, me pesan y no me asignan ninguna dieta especifica porque no ven la necesidad de que pierda kilos. Realizo el programa Rebalance, para aprender nuevos hábitos saludables y alcanzar un estado idóneo de relajación. Se recomienda alojarse al menos una semana para notar los resultados, pero yo opto por un plan de cuatro días.
Al elegir un programa se crea una agenda personalizada en la ‘app’ del móvil con las consultas médicas y los tratamientos. La mía incluye una consulta de valoración neurocognitiva, una sesión de medicina tradicional china con acupuntura o una sesión de antienvejecimiento. También una clase de yoga privada, presoterapia, clase de repostería saludable o una sesión de watsu (water, agua, y shiatsu, masaje japonés). Una palabra que ni sabía que existía. Me espera una piscina a oscuras con el agua a 34 grados y música relajante, en la que un instructor te masajea mientras flotas, durante 50 minutos.
En cuanto a la nutrición, en su restaurante Shamadi se puede elegir entre tres menús; Kushi, el más restrictivo, Biolight y Sha o gastrónomico, por el que yo me decanto. En todos ellos rige una misma pauta▶ se eliminan los lácteos, los hue
vos, la carne, las harinas refinadas y los azúcares. Se desaconseja ingerir líquidos durante la comida y la cena. Ni agua. Antes del primer plato sirven un chupito de vinagre de manzana para que el estómago segregue más jugos gástricos y la digestión sea más liviana.
Sopa de miso
Quizá el desayuno es lo que más choca. El día arranca con un cuenco de sopa de miso. Cuando la probé en Tokio hace unos años, no me entusiasmó. «Nos ayuda a fortalecer nuestro sistema inmunológico, tan esencial en estos días. Es fundamental tomarlo a primera hora de la mañana porque prepara el organismo para el resto de ingesta de alimentos. Además, es alcalinizante y una fuente natural de probióticos. Nos proporcionará una gran cantidad de proteínas, vitaminas, minerales y enzimas. Es una forma maravillosa de limpiar el cuerpo», me explica la experta en nutrición de Sha, María Romeralo. Posteriormente sirven un zumo de verduras. El sólido del desayuno se basa en porridge, humus o guacamole con verduras crudas y un pequeño capricho que varía; un poco de salmón ahumado, una focaccia de olivas o un brownie de algarroba. Hablamos siempre, en mi caso, del menú Sha, el más generoso en calorías. El café está vetado y ofrecen té. No solo en el desayuno, sino al finalizar las comidas o en la merienda.
Para el almuerzo el primer día tomo raviolis de remolacha, lubina sepultada en verduras y de postre, un aire de coco. Todo servido en platos pequeños. Miro a mi alrededor, soy la más suertuda, muchos tomarán únicamente una crema de pepino y verduras estilo nikkei. En todos los casos, la presentación es impecable, entra por los ojos, hay mucho color. Sorprende que con tantas restricciones el sabor sea delicioso. Veo pasar montañas de sandía en platos hondos. La nutricionista me comenta que a veces pautan días de ayuno en los que el huésped solo ingiere sandía o caldos.
En varias ocasiones avisan de que durante los primeros días puede experimentarse sensación de bajón o dolor de cabeza. En mi caso, solo el tercer día, después de teletrabajar unas horas noto ese malestar. Esa noche, en la cena el metre me trae escondida en la servilleta una onza de chocolate.
Los huéspedes son principalmente extranjeros; ingleses, rusos, chinos o árabes y un 30% de españoles. Hay pocas familias, predominan las parejas o los que se alojan solos. La mayoría se concentra entre los 30 y 50 años. Abundan directivos de grandes empresas y también muchos rostros conocidos, aunque yo no coincido con ninguno. O al menos, eso creo, porque las instalaciones además de 93 suites, disponen de 11 residencias privadas para no dejarse ver. Hace unas semanas se hospedaron Penélope Cruz y Javier Bardem. En su libro de visitas figuran también Naomi Campbell, Kylie Minogue oIsabel Preysler.
La ubicación es extraordinaria en una ladera con vistas al Mediterráneo y al parque de Sierra Helada. Cuenta con un microclima que favorece la oxigenación y la liberación de toxinas. Los días pasan rápido. Al llegar a casa, compruebo que he perdido un kilo. Es lo de menos. El mayor regalo ha sido el aprendizaje. Hábitos saludables para intentar incorporar al día a día.
Algunos huéspedes hacen días de ayuno a base de sandía o caldos, pautados por un nutricionista
Penélope Cruz, Naomi Campbell o Kylie Minogue son algunas de sus clientes habituales