«Todo lo que merece la pena cuesta esfuerzo»
—Pedro, que dicen que por ser joven eres pobre, víctima e idiota.
—Yo nunca me he sentido víctima de nada. He tratado siempre de jugar mis cartas lo mejor que he podido. Victimizar a un colectivo es generar un agravio que sólo redunda en más insatisfacción y nunca en soluciones.
—Vives peor que tus padres.
—Yo no vivo, ni mucho menos, peor que mis padres.
—Tu hijos vivirán peor que tú.
—Pues tampoco. Otra cosa es que desde un punto de vista moral, la España de los 80 me parecía un poco mejor.
—¿Por qué?
—Por un cierto coletazo católico. Ahora todo es relativismo y por lo tanto nadie cree en nada.
—Estudiaste Derecho en Sevilla.
—Estudié y trabajé. Mis padres se separaron y tuve que hacer algo.
—¿Para ayudar en casa?
—Por lo menos para no causar gasto. A mí me ha gustado siempre vivir bien, y cuando vas a buscar dinero y no lo hay, tienes que ganarlo por tu cuenta.
—Notario.
—Para ser notario tienes que sacar una oposición al Estado. Son 373 temas y cuatro exámenes. Dos orales, en que tienes que saber de memoria el temario, y dos escritos, en los que tienes que demostrar que sabes aplicarlos.
—¿También trabajó?
—No pude. No puedes hacer otra cosa que dedicarte a estudiar. Yo estudiaba diez horas al día y en época de exámenes, catorce. Fueron cinco años y ventiún días de mi vida.
—Ahora queremos grandes resultados sin ningún esfuerzo.
—Eso es imposible. Todo lo que merece la pena, cuesta esfuerzo. Si algo es gratis, desconfía. Fíjate que a los que les toca la lotería normalmente están arruinados al cabo de cinco años.
—¿Qué debe la sociedad al joven?
—Nada.
—Tú eres joven.
—La sociedad no me debe nada. Me lo debo yo a mí mismo. Primero tengo que cumplir con mis obligaciones, y luego con mi familia y con la sociedad.
—Tú eres de Sevilla pero eres notario en Figueras.
—Hoy muchos jóvenes se quejan de que no tienen trabajo y de que no hay trabajos de calidad.
—Es falso.
—El trabajo bueno existe, pero existe donde existe y para llegar a un puesto de relevancia tienes que ir a buscarlo allí donde está.
—¿Cómo acabó en Figueras?
—Cuando apruebas la oposición, el Estado te dice dónde hay plazas libres para ejercer. La de Figueras era muy buena y no me tendría que haber llegado, pero fue durante el proceso independentista, y algunos de mis compañeros renunciaron por ser Catañuña y yo la pude aprovechar.
—El notario es un funcionario.
—El notario es un funcionario público pero cotizamos como autónomos. Yo soy autónomo y las nóminas de mis trabajadores las pago yo.
—El Estado te habilita como notario.
—Y me indica dónde puedo ejercer.
—También se dice que los sueldos en España son miserables.
—Yo, como soy autónomo, gano en función de lo que entra.
—Tendría que ser siempre así.
—Sé las necesidades de mis clientes, me adapto a ellas y si tengo que trabajar un sábado o un domingo, no hay ningún problema.
—Los sueldos.
—Es verdad que hay bolsas de trabajo mal pagado, pero suelen ser trabajos sin valor añadido.
—Para ganar.
—Hay que tener conocimientos pero también experiencia para saber qué hacer con ellos. Uno que con 23 años sale de la carrera y se pone directamente ante un juez es un completo desastre.
—Hay que picar piedra.
—Y mucha. Y cuando adquieres oficio, mediante la experiencia, la dedicación, la capacidad de sacrificio y las ganas de aprender es cuando tu sueldo empieza a subir.
—El problema de fondo.
—Hay una hiperinflación de licenciados. Y cuando hay muchísimo de todo, el precio baja.
—¿Qué se puede hacer?
—Saber más que los demás, trabajar más duro, y si la gran oportunidad surge en Austria, no tener miedo a marcharte. Y eso te lo dice un sevillano, que cuando nos vamos de Sevilla es como si el mundo se terminara.
—¿Cómo te recibió Cataluña?
—Muy bien. Yo llegué en septiembre de 2018, cuando el ‘procés’ era ya como el hilo musical de un ascensor. Estaba por ahí, pero no me afectaba.
—Figueras no es Sevilla.
—No, cuesta más que clientes y amigos te tengan confianza de verdad, pero bueno, es que la euforia de Sevilla tampoco es normal.
—El proceso.
—Es un tiro en el pie incomprensible, innecesario.
—Habrás hecho amigos independentistas.
—Claro. Y desde el punto de vista emocional, yo les entiendo. El sentimiento es libre.
—Los argumentos.
—Cuando nos ponemos concretos, ellos manejan datos sabiendo que son falsos o bien te dicen que son sus sentimientos.
—Josep Pla.
–Decía que era muy difícil la independencia cuando el mercado de Cataluña es España. Hoy Cataluña exporta más a Aragón que a toda Francia.
—Indultos.
—El presidente está intentando meter a las cabras en el corral. Esta mesa de diálogo es un brindis al sol. Lo que el Gobierno puede ofrecer, los independentistas no pueden aceptarlo. No tengo claro que todo esto lleve a ninguna parte, salvo a que Pedro Sánchez haga la comedia de hacerse el dialogante frente a los que no quieren hablar, como le hace a Pablo Casado
—Lo volverán a hacer.
—No creo. Como dice Alfons López Tena, van a estar enfadados muchos años.
—Y luego está lo del fútbol femenino.
—No lo veo.
—Machista.
—Que hagan lo que quieran, yo no me meto en lo que hace la gente. Pero no me pueden obligar a verlo.
—Por no hablar de Rociíto.
—Esto es muy peligroso. El enfoque de la cadena es vomitivo. En el primer programa dijeron que la Justicia española no defiende a la mujer.
—Es mentira.
—Aunque sólo sea porque el 70% de las personas que aprueban la oposición a la judicatura son mujeres. Los juzgados de violencia doméstica funcionan pero no puedes meter a la gente en la cárcel sin pruebas.