ABC (Andalucía)

«Hemos sido la familia más feliz del mundo»

Maru Cardenete y Pepe Luna han acogido en casi dos décadas a 23 niños en su domicilio de El Puerto de Santa María dentro del programa de acogimient­o de menores de edad

- ADRIÁN VERANO

«Nunca he tenido miedo de que la familia del menor fuera conflictiv­a. Siempre he sabido de dónde provenían», indica Maru

María Rita Cardenete y José Daniel Luna son un matrimonio de El Puerto de Santa María con 23 hijos postizos. Son el número de menores que han acogido en los últimos casi 20 años dentro del programa de acogimient­o familiar de la Fundación Márgenes y Vínculos de Cádiz. Ahora que se retiran por la edad, un homenaje ha querido agradecerl­es todo lo que han hecho por los niños gaditanos que han pasado por su casa, una segunda oportunida­d para muchos de ellos. Maru y Pepe, como prefieren que les llamen, llegaron a este programa de acogida casi por casualidad: «Es una experienci­a que nunca te imaginas que va a ser así», comenta ella aunque puntualiza que «es muy difícil explicar todo lo que se siente al ser familia de acogida».

Ambos sienten con pena el dejar el programa, pero ya tocaba ‘jubilarse’.

De hecho, explican que si no fuese por eso, no lo dejarían. «Si tuviera 15 años menos, sin lugar a dudas, seguiría. Esto me ha dado la vida y me la ha cambiado», indica Maru. Su marido, con 72 años, añade que gracias a la experienci­a de acoger menores dejó de llevar «vida de una persona mayor; la convertí en una de una joven».

A pesar de que han sido 23 los menores que han pasado por su hogar, explican con emoción que siguen manteniend­o contacto con casi todos: «Tenemos un trato muy cercano. Hemos sido su familia durante un tiempo».

Sin embargo, lamentan que «cuando han llegado de muy pequeños a su casa, luego no se acuerdan. Pero los más mayores sí, se acuerdan de nosotros y tenemos una relación distinta». «Su familia está encantada, nos tratan con mucho cariño, están muy agradecido­s por lo que hemos hecho», explican, aunque también comentan con precaución que «de otros, sin embargo, no hemos vuelto a saber nada. Es una decisión que, por encima de todo, hay que respetar y la entendemos».

Este matrimonio subraya que a los niños que han acogido, tengan o no contacto ahora, los han querido siempre «desde el momento en el que entran en casa». «Los dejaré de querer cuando se me vayan de la memoria, mientras, no», añade Maru.

Uno de los momentos que más tristement­e recuerda esta gaditana de los más de 15 años como familia de acogida «es cuando los niños se tienen que marchar». «Sabes que, al final, se van a marchar, aunque sigue siendo muy triste», relata con melancolía, pues son 23 las veces que ha tenido que decir adiós o hasta luego a los menores que han pasado por su casa.

«Nunca he tenido miedo de que la familia del menor fuera conflictiv­a. Siempre he sabido de dónde provenían, lo suficiente, dado que no nos interesaba saber mucho más de lo que ya sabíamos», explica cuando se le pregunta acerca del origen y de las circunstan­cias personales de los niños que han pasado por su casa.

Los menores, añade, no suelen ser de la misma zona de donde son acogidos. Se intenta evitar así situacione­s tensas si salen al parque u otro lugar público y familia biológica y de acogida se encuentra. «Muy pocas veces coincide que son de un lugar cercano a tu residencia», indica Maru.

Con «muchos problemas»

Aunque no es una tónica habitual, lo cierto es que «estos niños a veces vienen con muchos problemas de salud porque, en algunos casos, son prematuros y durante el tiempo que están contigo tienes que cuidarlos con mucho cariño y llevarlos a muchos especialis­tas para que salgan adelante», explican.

«Nunca nos han importado estas circunstan­cias, estos niños han sido un miembro más de la familia, un hijo más», detalla Maru notablemen­te emocionada. Este matrimonio indica que el acogimient­o no es una puerta de entrada a la adopción▶ «Si los hubiéramos querido adoptar tendríamos que haber recurrido a otras vías, no es tan fácil como la gente se piensa».

A Maru y a Pepe no les ha importado nada la situación personal de estos 23 menores de acogida, ya que «con ellos haces lo mismo que haces con tu hijo, los llevas a los mismos lados. Es como un hijo más, igual». «Lo que no vas a hacer es llevártelo­s a Punta Cana, por ejemplo, porque tampoco te llevas a los tuyos», bromea la gaditana.

Gracias a su experienci­a tan positiva acogiendo menores, este matrimonio anima a todo el que pueda a que se sume a la iniciativa de la Fundación Márgenes y Vínculos. «Si tienen dudas que pregunten y decidan después de consultarl­as todas. Que nadie deje de hacerlo por miedo», aconseja Maru.

«Estoy muy contenta por haberlo hecho y agradezco los reconocimi­entos, aunque no es para tanto», vuelve a repetir haciendo gala de la generosida­d que tanto ella como su marido han derrochado en estos más de 15 años. «Hemos sido la familia más feliz del mundo», señala este matrimonio de El Puerto de Santa María.

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// ABC María Rita Cardenete y José Daniel Luna, familia de acogida de 23 menores en El Puerto de Santa María

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