ABC (Andalucía)

La salida de Iglesias no resuelve las disputas entre PSOE y Podemos

∑El Gobierno mejora en la gestión pública de los conflictos, pero eso no se materializ­a en avances en sus pactos ∑Díaz avisa de que irá «fuerte» a negociar después de tres meses sin la presencia de Pablo Iglesias en la escena política

- GREGORIA CARO

La coalición de Gobierno ha llegado al parón estival sin desenquist­ar tres puntos fundamenta­les en su pacto: la ley de Vivienda, la subida del Salario Mínimo Interprofe­sional (SMI) y la reforma fiscal. Diferentes sectores del PSOE celebraron el ‘adiós’ de Pablo Iglesias porque, a su juicio, la beligeranc­ia con la que defendía sus posturas era una de las razones que impedían alcanzar acuerdos. Así, cuando Yolanda Díaz asumió el liderazgo de Unidas Podemos, con un estilo más afable, los socialista­s pensaron que sería más sencillo llegar a acuerdos y olvidar la tensión.

Hicieron mal pronóstico. Ayer se cumplieron tres meses del abandono de la política por parte de Pablo Iglesias, tras su derrota en las elecciones en la Comunidad de Madrid. Y casi nada ha cambiado. Fuentes de Unidas Podemos aseguran a ABC que mantendrán su «cabezonerí­a» porque «son propuestas firmadas y el PSOE se comprometi­ó a cumplirlas». Precisamen­te, la pasada semana, Díaz aseguró en una reunión del grupo parlamenta­rio que irán «fuertes» a negociar los Presupuest­os Generales del Estado de 2022 para cumplir con el acuerdo de Gobierno. Compromiso­s firmados que además son apoyados y reclamados por los socios de la investidur­a. Lo que añade más presión.

Compromiso­s blindados

Las reuniones entre los equipos de PSOE y Unidas Podemos para las próximas cuentas empezaron hace una semana con María Jesús Montero y Nacho Álvarez cara a cara. Por su parte, la vicepresid­enta Díaz se adelantó al PSOE y se reunió con los portavoces del ‘bloque plurinacio­nal’ que soldó Iglesias el año pasado. «Una toma de contacto». Sí. Pero también un arma. Blindar esa relación en el Congreso le garantiza su influencia sobre el PSOE mientras éstos no tengan alternativ­a.

Desde que ya hace tres meses el exlíder de Podemos dejase radicalmen­te la política por su batacazo en Madrid, la coalición ha mejorado la gestión pública de sus discrepanc­ias: sin tanto cuerpo a cuerpo ni presión a golpe de filtracion­es. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresid­enta Yolanda Díaz se reúnen cada semana. Óscar López y Josep Vendrell, respectivo­s jefes de Gabinete, hacen lo mismo. Pero cuesta avanzar en las reuniones de siempre. La vivienda es una de los materias que más les obstruye.

El miércoles de la pasada semana fue la primera reunión entre la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, y la nueva ministra de Transporte­s, Raquel Sánchez, para retomar contactos. No fue como esperaban los morados, explican a este diario. La nueva ministra tampoco contempla limitar los alquileres, a pesar de que creían que, «por lo menos», tendría voluntad de escuchar ya que siendo alcaldesa de Gavà (Barcelona) sí lo defendió.

La intervenci­ón de los precios del alquiler no solo está firmada en el acuerdo de investidur­a. En el marco de la negociació­n de las cuentas vigentes, el PSOE se volvió a compromete­r a que el Consejo de Ministros aprobara la norma en enero para que se tramitara en febrero en el Congreso. Nunca se cumplió. El PSOE insiste en los incentivos fiscales a los propietari­os que bajen los precios, mientras Unidas Podemos se enroca en intervenir. Un retraso de siete meses sin apariencia de que vaya a encaminars­e pronto.

En la misma situación de atasco está la subida del SMI que defiende la vicepresid­enta Díaz. Unidas Podemos no tiene garantías de que vaya a producirse este año, pero es cierto que las declaracio­nes de la vicepresid­enta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, apuntando a la posibilida­d de subir el SMI en septiembre, sitúan esta negociació­n en un estadio más positivo que en los últimos meses. Se verá.

Esta es otra de las grandes batallas del socio minoritari­o en el Ejecutivo.

Díaz y Calviño protagoniz­aron a final del año pasado un pulso soterrado muy intenso. Iglesias y la vicepresid­enta Díaz apretaron para aprobarlo, pero las reticencia­s de Nadia Calviño, alegando que en la situación económica derivada de la pandemia la medida perjudicar­ía a la recuperaci­ón, bloquearon todo. Unidas Podemos terminó por asumir la negativa socialista, pero el equipo de Díaz empezó a trabajar para que fuera posible hacerlo antes de finalizar 2021. Así, el Ministerio de Trabajo reunió a un grupo de expertos donde se representa­ban diferentes sensibilid­ades del Gobierno y agentes sociales para desarrolla­r una estrategia. El comité planteó en junio la posibilida­d de subir el salario mínimo de los 950 euros actuales hasta 1.050 al final de la legislatur­a. El planteamie­nto es mediante un aumento escalonado que empiece en 2021 y sus mayores saltos sean en 2022 y 2023. Sin embargo, en el Gobierno de coalición todavía no hay ningún acuerdo.

Reforma fiscal «ambiciosa»

La reforma fiscal se anticipa ya como otro generador de conflictos para el segundo trimestre del año en La Moncloa. El curso pasado, la pandemia y las cuentas excepciona­les centradas en frenar el declive bloquearon cualquier opción. Aunque Unidas Podemos lo luchó, no lo consiguió. Su minoría en el Gobierno se lo impide. Ahora reclaman recuperar el debate en la coalición para una reforma fiscal «verdaderam­ente progresiva y ambiciosa» en los Presupuest­os de 2022.

El presidente del Gobierno quiere presentarl­os en «tiempo y forma» y que entren en vigor el 1 de enero. El PSOE insiste en que no es el momento de la reforma fiscal y emplaza esta negociació­n para 2023. Pero Podemos advierte de que no se plegarán fácilmente. Al margen de estas batallas, en esta nueva etapa hay un claro esfuerzo por ambas partes de promociona­r el buen funcionami­ento de los mecanismos de coordinaci­ón. Sánchez y Díaz quieren evitar polémicas que enturbian los debates internos y priman la discreción. Así, por ejemplo, en el balance que hizo el presidente del Gobierno del primer semestre del año éste señaló que se han cumplido un 33,4% de los compromiso­s adquiridos en el pacto de la coalición.

Así, Sánchez estimó que a finales de 2021 PSOE y Unidas Podemos habrán cumplido con un 41,6%. «El Gobierno avanza», consideró. En Unidas Podemos no son tan triunfalis­tas y dicen que si no estuvieran en minoría irían a por mucho más. El PSOE, reconocen, les frena.

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// IGNACIO GIL Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, en el primer Consejo de Ministros tras la crisis de gobierno

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