Choque de Ankara con la Casa Blanca por los refugiados
Además del imparable ascenso de los talibanes, la Casa Blanca ve ahora cómo se le complican sus planes para evacuar a 4.000 afganos que colaboraron con las fuerzas aliadas y son víctimas de amenazas por parte de la insurgencia. Mientras se repliega, EE.UU. busca una vía para acelerar la evacuación de los afganos a los que ha dado trabajo en los 20 años de invasión, que ahora temen por su vida. El viernes pasado llegaron unos 200 a una base militar cerca de Washington. En total son 700 los afganos que tienen luz verde para vivir y trabajar en Norteamérica. Quedan otros 14.000 que han pedido la evacuación, pero de momento la Casa Blanca sólo considera válidos los casos de los 4.000. El lunes, el departamento de Estado dijo que esos 4.000 podrían esperar que EE.UU. tramite sus visados en un tercer país. «El Gobierno de EE.UU. está trabajando para brindar a ciertos afganos, incluidos los que trabajaron con EE.UU., la oportunidad de ser reasentados como refugiados», dijo en un comunicado. Después, la diplomacia estadounidense filtró que esos trámites durarían entre 12 y 14 meses y que podrían hacerse desde Pakistán o Turquía. Turquía, sin embargo, se niega. El Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país ha calificado a EE.UU. de irresponsable por esas sugerencias y dice que no cooperará, ya que tiene una notable carga migratoria debido a la crisis en Siria. «Turquía no asumirá las responsabilidades internacionales de terceros países», portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Turquía, Tanju Bilgic, según Ap.