La canasta nacional se va de Tokio sin trofeo
Caen también las chicas ante Francia, en el último partido de Laia Palau con la selección española
Tenía que ser un verano feliz para la canasta nacional. El último de Laia Palau. El que debía dejarle un buen sabor de boca. Había primero un Europeo en casa, sinónimo de alegría para la selección, y aparecía después una cita olímpica ilusionante, pero ambas se tornaron en pesadilla para un grupo que no ha digerido bien el adiós de algunas de sus referentes y que deberá seguir adelante sin el mayor de todos ellos.
Se va Palau como se fueron también los Gasol en estos Juegos Olímpicos malditos para el baloncesto español. Lo deja la jugadora que más medallas y más partidos ha disputado con la selección. Adiós oficioso que comunicará en los próximos días. Quién sabe si definitivo, pues aunque firmó un año más con el Uni Girona, sus palabras después de caer ante Francia sonaban a despedida total de las canchas. «Es un día triste para nosotras. En realidad, ha sido un verano cruel. Hemos perdido dos cuartos de final y a lo mejor no ha sido el verano maravilloso que esperábamos, pero auguro un buen futuro para este equipo. Anunciaré lo que tenga que anunciar en otro momento, porque no quiero llorar más hoy. Han sido demasiadas emociones y me va a explotar la cabeza», señalaba la catalana.
Con todo, fue importante ayer Palau en el partido, en el que España comenzó bien antes de asustarse. Le entraron los miedos a la selección, timorata como nunca antes. Ávida de nuevos referentes y dependiente de los dos que quedan sobre la cancha. Fueron Torrens y Ndour el único sustento durante mucho tiempo, lo que permitió crecer a Francia hasta lograr una diferencia de catorce puntos (19-33, min.24).
Se levantó España hasta culminar su remontada, espoleada por la capitana y con destellos de Cazorla que alumbran el futuro. Se puso tres arriba la selección, que no supo entonces cerrar el partido, fallando canastas fáciles que le entregaron la victoria a su rival. Al igual que le pasó en el Europeo contra Serbia, cedió en los instantes finales, en los que fue mejor su rival (64-67). «Duele, porque sabemos que no ha sido nuestro mejor partido. No hemos estado bien en muchas facetas. Ha sido un verano duro por muchas cosas y después de este partido, más. Ahora mismo duele mucho», apuntó Torrens, que sí confirmó su deseo de continuar vistiendo la camiseta nacional.
Alivio para un equipo que se queda sin referentes y que necesita líderes aunque tenga que esperar ahora dos años para volver a competir tras haberse quedado también sin plaza en el Mundial. Otra de las consecuencias de este verano tan complicado. El más triste para Laia Palau, que se marcha lejos del podio. Estaba triste la catalana, que se despidió de sus compañeras. Abrazos emotivos y corrillo junto a Garbajosa a pie de pista. Han sido dos décadas, más de 300 partidos y trece medallas. Un mito que deja ahora paso a las jóvenes. Relevo necesario para revitalizar al equipo pensando ya en París 2024.