Santiago Pedraz, el magistrado ‘bon vivant’ por el que no pasan los años
► El juez de la Audiencia Nacional, nacido hace 63 primaveras, tiene una amistad especial con Esther Doña
Fumador empedernido, asiduo al Toni 2 –al menos, hasta antes de la pandemia– y con muy buen carácter. «Es tranquilo en los interrogatorios, no es el típico juez que se pone borde o atosiga. Se lleva bien con todo el mundo», así describen en su entorno más cercano al juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz. Estos días ha saltado a la palestra informativa no por algún juicio mediático, sino por su estrecha amistad con Esther Doña, la viuda del marqués de Griñón, de 42 años. La revista ‘¡Hola!’ publicó ayer sus primeras imágenes juntos paseando por Madrid. El rostro de Pedraz no resulta desconocido en las páginas del ‘cuore’. «No se pierde una fiesta, es habitual verle en las de ‘Vanity Fair’, por ejemplo. Le gusta el cachondeo, tradicionalmente se ha movido en ambientes ‘top’. Pero no le vas a ver chupando cámara en su vida profesional», añade otra fuente cercana, quien además destaca que tiene muchísima conversación. «Es imposible aburrirse con él», puntualiza.
Novia secreta
ABC ha podido saber que hasta hace apenas unos meses mantenía una relación sentimental con una abogada penalista que también desempeña en la Audiencia Nacional. A Esther Doña la conoce desde hace varios años y de hecho, era frecuente la presencia del juez en las fiestas que el marqués de Griñón organizaba en el Palacio de El Rincón. Santiago Pedraz nació en Salamanca en 1958. Un vistazo rápido a sus fotos de las últimas décadas evidencia que ha firmado un pacto con el diablo. Pocos adivinarían que el pasado junio sopló 63 velas. Su cabellera frondosa se mantiene impecable.
Santiago vivió una temporada en Costa Rica, por los compromisos profesionales de su padre, el periodista Santiago Pedraz. En la judicatura pasó por varios destinos. A los 26 años, tomó posesión de su plaza como juez en Villacarrillo (Jaén), donde coincidió con el juez Baltasar Garzón, uno de sus grandes amigos a día de hoy. También recaló en el País Vasco, donde tejió una importante red de contactos. Fue Decano de los Juzgados de San Sebastián. «En San Sebastián se empezó a relacionar para ir a la Yeguada Militar de Lore Toki, que es donde estaba refugiada la alta administración de San Sebastián. Ahí empezó a hacer muy buenos contactos», aseguran. En 1992, se trasladó a Madrid como letrado jefe del área de formación del Consejo General del Poder Judicial.
Actualmente es el titular del Juzgado Central de Instrucción número cinco, anteriormente estaba en el uno. «Se mudó al central cinco voluntariamente y ese sí que está saturado. Vaya, que es pasar de una vida más o menos tranquila all ‘rock and roll’». A lo largo de su carrera, ha participado en procesos muy mediáticos como la muerte del periodista José Couso, la operación Fénix, por la que Mario Conde y su familia fueron detenidos, el juicio a la familia Pujol o el más reciente, el caso de la caja B del Partido Popular.
En lo que atañe a su vida sentimental, estuvo casado durante casi dos décadas con Paula Arenas y fruto de su matrimonio nació su primer hijo. Tras romper con ella, salió con la joven abogada Sylvia Córdoba. «Va de novia en novia, está poco tiempo soltero», apuntan.