«Madrid es la pera y cada vez más. Madrid es un todo»

—David, que dicen que por ser joven eres pobre, víctima e idiota.

—Bueno, yo creo que nunca se es lo suficientemente rico, como decía Cocó Chanel.

—También dicen que sois la primera generación que vais a vivir peor que vuestros padres.

—En mi caso, no. Mi vida es más cómoda aunque también es verdad que es más estresante.

—Mi abuela decía que el estrés es la enfermedad de la gente que no quiere trabajar.

—Antes, cuando mi padre llegaba a casa, llegaba a casa. Ayer yo me acosté a la una de la madrugada contestando correos y estando pendiente de mis clientes. Yo no puedo dejar de hacer algo que depende de mí.

—Depender de ti no tiene horarios, ni más límite que tú mismo. Pero esto ya lo sabías antes de empezar.

—Sí, ésta fue la primera decisión de mi vida. Trabajar para otros es menos arriesgado, pero más lento. Yo quería y podía permitirme el riesgo.

—No tenías ataduras.

—No tenía hipotecas, ni hijos. Tenía 23 años y recién terminada la carrera de arquitectura.

—Miles de cartas.

—Escribí una carta presentándome e imprimí miles de copias en la impresora de mi casa. Y las ensobré, claro.

—¿Qué ofrecías?

—Entonces las empresas de gestión inmobiliaria no estaban del todo profesionalizadas y yo tenía ideas.

—Tu valor añadido.

—Es que era arquitecto y me interesaba mucho el interiorismo y el arte, y podía asesorar con más criterio en la compra venta de inmuebles de lujo.

—Mayo en Madrid.

—De 2012. Hizo mucho calor y empezaba a repartir mis cartas a las 9 de la noche. Iba por Puerta del Hierro, La Florida y demás barrios y urbanizaciones de alto nivel; e iba dejando mi carta en los buzones.

—La ronda duraba hasta las 5:00 am.

—Los porteros de las fincas alucinaban viéndome a aquellas horas.

—Empezó a funcionar.

—Sí, algunos me llamaron. Me reuní con ellos. Es un mercado lento. Una operación tarda en concretarse.

—Espíritu, ganas.

—Y lo más importante▶ la perseverancia, trabajar duro, no dejarlo caer.

—Y la pasión.

—Te tiene que gustar, claro, pero no hay más estrategia que la constancia. Y no sólo en el trabajo▶ en todas las facetas de la vida.

—También en el amor.

—Por supuesto.

—¿Por qué te especializaste en el lujo?

—Porque es más agradable comprar y vender cosas bonitas.

—No siempre es lo más rentable.

—Gana más dinero McDonald’s que Etxebarri. Pero la pasión es importante, y mi pasión es la arquitectura, el interiorismo, el arte, la belleza.

—Madrid.

—Madrid es la pera y cada vez mejor. Madrid es un todo.

—¿Qué ha provocado esta eclosión?

—El Madrid de ahora no tiene nada que ver con el de hace diez años. Antes era muy castizo, ahora es muy diverso, muy cosmopolita. Han llegado los argentinos, los mexicanos, los venezolanos, y últimamente muchos europeos. Y los hemos recibido muy bien, porque en Madrid casi nadie es de Madrid y no importa de dónde vengas.

—El Instituto de Empresa.

—No conozco a Diego del Alcázar, su presidente, pero me encantaría, porque posicionó su máster como uno de los mejores del mundo. Hoy, muchos de los que hacen las cosas más interesantes, estudiaron en el IE.

—Aprendieron y lo pasaron genial.

—Y con el tiempo han regresado para invertir en Madrid sus conocimientos y su talento. Crean negocios, abren restaurantes, traen ideas.

—Que los madrileños hayan votado correctamente ha ayudado a la emergencia de la ciudad y la comunidad.

—Son los ciudadanos los que tienen que apoquinar para salir adelante, sin depender tanto de la política.

—Pero, y es un gran pero.

—Es cierto que la inversión extranjera está más tranquila cuando una sociedad tiende al conservadurismo.

—El negocio post Covid.

—Estuvimos tres meses parados, pero para sorpresa de todos, enseguida que nos soltaron empezamos a trabajar muy bien con casas de jardín y piscina en Somosaguas, La Florida, Moraleja y Puerta del Hierro.

—El 14 de marzo de 2020.

—Pensé que sería la hecatombe de la que nunca más saldríamos, con las pésimas noticias y oscuros augurios, y el desplome de las bolsas, pero acabó hasta subiendo el precio de mercado.

—Ahora.

—En los últimos meses se compran muchos activos en el centro de la capital. En lo realmente bueno, hay más demanda que oferta.

—Si tengo un millón de euros, ¿qué hago por mi hija? ¿Le compro un piso como inversión o la llevo a viajar por los mejores restaurantes y hoteles del mundo para que aprenda?

—Compra un piso y con lo que saques de alquiler, la llevas donde quieras.

—Si hubieras sido rico de entrada, ¿habrías trabajado tanto?

—Supongo que no tanto. Y desde luego no a hasta las 5 de la mañana.

—El patrimonio debilita.

—Lo digo al revés▶ la necesidad te fuerza. Pero conozco gente con mucho dinero que son unas fieras insaciables.

—Alquilar, comprar.

—Desde el punto de vista financiero, tiene más sentido alquilar.

—¿Por qué?

—Vivimos vidas cambiantes▶ nos casamos, tenemos hijos, nos divorciamos, nos volvemos a casar. Todo esto suele ir aparejado a un cambio de vivienda. Y la fiscalidad es terrible cuando compras y vendes.

—Es mejor invertir el dinero en un fondo de inversión y usar las rentas para alquilar.

—El inconveniente es que no es tu casa, y que cada tantos años te pueden echar. Por eso la gente compra, porque de alguna manera les da más sensación de seguridad, o de comodidad.

—La mejor zona de Madrid en la actualidad.

—La más cara, Recoletos. Es donde hay más demanda y donde más se paga.

—¿La zona más emergente?

—Justicia. Ha experimentado una subida brutal en los últimos años. Está de precio casi como Recoletos.

—¿Qué ha pasado?

—Los Capriles, venezolanos, compraron unos edificios durante la crisis financiera. Esa compra, la rehabilitación y el mercado de La Marca convertido en un centro comercial de tiendas de ropa ‘cool’ y de restaurantes de comida sana, han disparado la euforia.