«Hay que aprender de este partido porque París está cerca»
La selección se conforma con la plata al volver a chocar contra Estados Unidos
El tsunami de Estados Unidos ahogó ayer a España en la final de waterpolo femenino de Tokio. Tras perder la de Londres 2012, había ganas de revancha en la selección española. Pero fueron solo eso, ganas, porque las americanas fueron, otra vez, muy superiores a las españolas en la piscina del Centro Acuático Tatsumi.
Por un abultado 14-5, Estados Unidos volvió a llevarse el gato al agua. En esta ocasión, su tercera medalla olímpica de oro consecutiva. Desde que el waterpolo femenino fue admitido en Sídney 2000, EE.UU. no se ha bajado del podio. Como en Londres, España tuvo que conformarse con la plata. «Es una medalla muy importante, pero el partido no refleja el equipo que somos ni el trabajo que hemos estado haciendo hasta ahora. Hay que asumirlo y aprender de este partido para seguir adelante porque París está muy cerca», declaraba a su término Bea Ortiz, incluida en el equipo ideal del torneo junto a Anni Espar.
A pesar de su brillante actuación desde el inicio de los Juegos, no pudieron frenar a las estadounidenses. «No nos ha fallado la concentración ni nos ha podido la presión, ni mucho menos.
Pero ellas han estado un paso por encima y no las hemos podido alcanzar», analizaba el encuentro. Además de elogiar que sus rivales «han estado espectaculares», reconoció. «Nosotras no hemos estado muy acertadas. En defensa nos ha faltado un buen posicionamiento y eso ha hecho que ellas marcaran los goles con relativa facilidad», añadió. Pero, una vez superada la decepción de la derrota, Ortiz promete seguir peleando por el título olímpico. «Somos un equipo que lucha hasta el final y no estamos satisfechas con nada. Queremos más y ahora trabajaremos duro estos años que quedan porque París está cerca».
Espíritu positivo
Coincidía con ella Marta Bach. «Se ha demostrado que han sido superiores, pero esperábamos otro tipo de final. Aun así, debemos estar orgullosas de esta plata porque hay mucho trabajo detrás. Aunque cueste decirlo, estamos contentas», declaraba con espíritu positivo. Veterana de la final de Londres, tenía muy clara la diferencia de sensaciones y, sobre todo, el mérito de haber llegado tan lejos. «En Londres yo tenía 19 años y ahora 28. Con esa experiencia, esta final la he vivido mucho más. Con 19 años estaba flipada porque era una niña y no le daba el valor que realmente tenía. Me di cuenta cuando caímos en cuartos en Río. Ahora, al volver a la final olímpica, le he dado la importancia que se merece», razonaba Bach.
Saliendo con ímpetu, Estados Unidos empezó marcando justo en el primer minuto. Desde entonces, y con una defensa muy bien situada y un ataque mortal, ahogó a España, que naufragó contra el muro americano de su portera, Ashleigh Johnson. Aunque España pareció salir a flote al final del primer cuarto, que terminó con un parcial de 4-1 para las americanas, volvió a perder el rumbo y acabó a remolque. Su reacción del segundo cuarto, en el que anotó dos tantos seguidos y que acabó 7-4, se quedó solo en un espejismo que se evaporó pronto de las aguas del Tatsumi. Mientras sus ofensivas no conseguían superar la barrera de las estadounidenses, a estas les entraba prácticamente todo. Al final del tercer cuarto, la batalla estaba decidida.
Conscientes de su derrota, algunas de las jugadoras españolas lloraban en el banquillo la oportunidad perdida. Frente a la final de Londres 2012, que supo a oro porque suponía la primera participación del waterpolo femenino en unos Juegos, España ha tragado agua en esta. A pesar de la amargura de esta derrota (5-14), la selección ha protagonizado un torneo tan brillante que le ha permitido soñar con el oro. Se llevan una plata que tampoco se oxidará en su recuerdo porque supone otro gran éxito del waterpolo femenino.
Marta Bach
«Aun así, debemos estar orgullosas de esta plata porque hay mucho trabajo detrás. Aunque cueste decirlo, estamos contentas»
Bea Ortiz
«No nos ha fallado la concentración ni nos ha podido la presión, pero ellas han estado un paso por encima»