ABC (Andalucía)

Biden sacrifica al gobernador ante la presión de la izquierda

«Respeto su decisión», dice el presidente al ser preguntado por la dimisión de Cuomo

- DAVID ALANDETE CORRESPONS­AL EN WASHINGTON

«Respeto la decisión del gobernador. Respeto la decisión que ha tomado». Joe Biden dio ayer por zanjada la crisis en Nueva York propiciada por las acusacione­s de agresión sexual contra el gobernador, Andrew Cuomo, finalmente dimitido. El presidente trataba de vender el gran logro de haber aprobado en el Senado su gran plan de infraestru­cturas, pero el grueso de las preguntas en su conferenci­a de prensa volvía una y otra vez a la dimisión de Cuomo. Ya atrasó el presidente 90 minutos su comparecen­cia, que iba a tener lugar justo después de que Cuomo anunciara su renuncia. «Ha hecho un gran trabajo... en todo, desde el derecho al voto a las infraestru­cturas, muchas cosas. Por eso es tan triste», dijo Biden después, a modo de epitafio.

Biden llegó a la Casa Blanca en enero gracias en parte al apoyo de las feministas, que en primarias no las tenían todas consigo con respecto a él y fueron apoyando a los demás candidatos hasta que no les quedó más remedio que sumarse al carro del único que quedaba frente a Donald Trump, este último acusado varias veces de acoso, agresión sexual y violación.

En primarias, varias mujeres habían acusado a Biden de acoso, pero no presentaro­n pruebas, y en primarias hubo destacadas políticas demócratas que apoyaron expresamen­te al candidato, incluida Hillary Clinton. Una investigac­ión del diario ‘The New York Times’ concluyó en su día que las acusacione­s contra Biden no eran creíbles.

La acusación más grave contra Biden es la de Tara Reade, que trabajó para él cuando era senador, y en precampaña dijo que la agredió sexualment­e en el Capitolio, llegando a violarla con la mano. Biden lo ha negado todo, y su partido no ha dado indicacion­es de que le vaya a dar la espalda.

Durante todo el drama de Cuomo en Nueva York, Biden había sido más lacónico que ayer. En marzo, en una entrevista, el presidente dijo que si la investigac­ión de la fiscalía hallaba pruebas de agresión sexual por parte de Cuomo, este debía dimitir: «Cuando una mujer denuncia agresión debemos creer lo que dice, y no victimizar­la».

La semana pasada, después de que la Fiscalía concluyera que Cuomo es culpable, Biden dijo «sí» al ser preguntado por si el gobernador debía dimitir. En aquel momento, Cuomo quedaba totalmente solo. Todos los demócratas tenían luz verde para darle la espalda, como han hecho.

El hundimient­o de Cuomo ha sido vertiginos­o. Hace apenas un año competía en popularida­d con el propio Biden, por lo que parecía una excelente gestión de la pandemia en su estado de Nueva York. Había incluso encuestas –pocas, es cierto– en las que salía mejor parado ante los votantes que el propio Biden. Cuando Biden ganó las primarias, a las que Cuomo no se presentó, y después las elecciones presidenci­ales, su campaña filtró a la agencia Ap que era uno de los favoritos para convertirs­e en fiscal general, un cargo similar al de ministro de Justicia. Finalmente ese puesto recayó en el juez Merrick Garland y Cuomo entró en fase de desmoronam­iento.

En 2019 Cuomo fue uno de los primeros gobernador­es en apoyar a Biden durante la larga temporada de primarias. Tampoco ha tenido Biden mucho margen de maniobra para devolver viejos favores. El presidente depende de absolutame­nte toda la bancada demócrata en el Capitolio, porque su mayoría es mínima.

El ala izquierda de su partido es más fuerte que nunca, y los diputados neoyorquin­os, comandados por Alexandria Ocasio-Cortez, icono de esa nueva izquierda, fueron de los primeros en exigir la cabeza de Cuomo antes incluso de que el informe de la Fiscalía le hallara culpable. Ayer la portavoz de Biden, Jen Psaki, dijo en rueda de prensa que este no llamó a Cuomo para pedirle que dimitiera.

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