Apasionado de Jesús
OBITUARIO Vicent Antoni Catalá (1950-2021) Durante sus 50 años en la Compañía de Jesús destacó por su forma de captar el Evangelio
El jesuita valenciano Vicent Antoni Catalá Carpintero, conocido como Toni Catalá, falleció el pasado domingo a los 71 años, después de pasar más de la mitad de su vida contagiando su pasión por Jesús y ayudando a la ciudadanía a vivir de la espiritualidad ignaciana. Catalá nació en la localidad valenciana de Manises y, con solo 20 años decidió ingresar en la Compañía de Jesús. Desde ese momento, el valenciano ha contagiado su pasión por Jesús y por el Reino, hablando de la implicación compasiva y trasladando la importancia de la espiritualidad de San Ignacio de Loyola. Posteriormente, en 1979, se ordenó en Alicante, ciudad en la que también hizo los últimos votos en el año 1989. Tras varios años en Madrid, donde fue responsable de comunidad, en 1981 Catalá regresó a la Comunidad Valenciana para ser tutor en el Colegio Menor y profesor de Religión en el Colegio la Inmaculada hasta 1987.
Después de una breve estancia en Manresa, el jesuita volvió a Alicante durante dos años como coordinador del Centro de Vida y del Centro de Día, antes de hacer otro viaje a la capital de España, donde fue profesor de Teología y vicesuperior de Naranjo y San Leopoldo. A sus 44 años, Toni Catalá pudo tener su primera estancia en Valencia como jesuita, donde había permanecido desde entonces con diferentes cargos. Entre ellos, destacan el de coordinador del Departamento de Espiritualidad del Centro Arrupe, espacio en el que también ha trabajado durante doce años (desde 1998 hasta 2021) con menores en situación de exclusión social. Además, también en Valencia, del año 2004 a 2010 fue coordinador provincial de Espiritualidad Ignaciana, e impartió Teología en diversas universidades.
Entre sus publicaciones más relevantes, destacan ‘Discernimiento y vida cotidiana’ (1997), ‘Considerar como la divinidad se esconde. Tercera semana’ (2002) o ‘La buena noticia de Jesús’ (2005), además de ‘Vida Religiosa «a la apostólica»’ (2004).
Con 71 años, Catalá sufrió un infarto que le provocó la muerte el pasado 8 de agosto, tras llevar a sus espaldas 42 años de sacerdocio y 50 en la Compañía de Jesús.
Los Jesuitas han lamentado el fallecimiento de Catalá y han pedido una oración especial por él. Además, todos los adscritos a la Provincia de España y los aplicados a esta ofrecerán al teólogo una eucaristía por su eterno descanso.
La defunción de Catalá ha despertado una oleada de reacciones de afecto y cariño hacia el jesuita, de quien han destacado «su forma de captar el Evangelio, que hacía que pudiéramos conocer a Jesús de un modo que a él le era familiar: el Jesús que alivia y quita cargas, que pacifica la vida».
Su funeral será en Valencia, pero todavía queda por confirmar el día y la hora.