La quinta ola deja a España sin el ansiado ‘boom’ del consumo
La quinta ola de la pandemia y la incertidumbre laboral provocarán que los 68.000 millones de euros ahorrados por los españoles en la crisis no se liberen de golpe.
Los locos años 20 del siglo XXI tendrán que esperar en lo que a explosión del gasto se refiere. Aunque el desembolso en actividades relacionadas con el turismo y el ocio comienza a repuntar tras la mayor crisis sufrida desde la Guerra Civil, España se quedará sin un ‘boom’ desmedido del consumo nacional en los próximos meses debido a la quinta ola de la pandemia y por la incertidumbre laboral que aún persiste en el horizonte. De este modo, la bolsa de 68.000 millones de ahorro adicionales que en BBVA Research calculan que tienen los españoles guardados se liberará poco a poco y de forma sostenida por la incertidumbre laboral y el repunte de los contagios.
Una parte del ahorro acumulado ya se ha empezado a utilizar tras el fin del estado de alarma y las vacaciones de verano. Las compras con tarjeta en julio superaron en un 28% a las realizadas en el mismo mes de 2019 y, además, el avance del gasto con tarjetas españolas, tanto presencial como online, compensó el descenso de las transacciones con las extranjeras, según datos del servicio de estudios BBVA.
Sin embargo, este crecimiento se ve ahora amenazado por la quinta ola de contagios y un nuevo descenso de la confianza del consumidor registrado el pasado julio. En esta línea, se dan varios argumentos que sostienen que este ahorro solo se trasladará al consumo de forma limitado, como que las familias que más han ahorrado son las de rentas altas, que cuentan con una menor propensión a consumir. También hay otras razones, como que los españoles pueden interpretar que el aumento de la deuda pública desembocará en mayores impuestos futuros y la incertidumbre que aún planea sobre el mercado laboral con 3.416.498 parados a cierre de julio más los 331.486 trabajadores que siguen incluidos en un ERTE y los casi 220.000 autónomos acogidos al cese de actividad.
Mayor desconfianza
La quinta ola y el hecho de no vislumbrar el final definitivo de la pandemia está mermando la confianza y es un impedimento para el ansiado ‘boom’ del consumo. El dato de la confianza del consumidor en julio dejó entrever el primer retroceso desde el pasado enero. La confianza de los españoles en la economía bajó ligeramente por la peor valoración de la situación actual y de las expectativas. Así, el ICC difundido por el CIS se situó en julio en 91,9 puntos, por debajo de los 97,5 de junio, con lo que se alejó de los 100 puntos que marcan el umbral entre la percepción positiva y negativa.
En este escenario, los expertos consultados señalan que la precaución, junto con un repunte moderado del consumo, serán las notas predominantes durante el verano y los próximos meses. Massimo Cermelli, profesor de Economía de Deusto Business School, cree que el consumo va a crecer, pero no será tan elevado como para liquidar del todo la bolsa de ahorro acumulado. «No va haber una explosión del consumo muy fuerte porque hay gente que ha perdido el trabajo y no ha podido ahorrar. Además, cuando hablamos de ahorro nos referimos sobre todo a las rentas más altas, que tienen una propensión marginal a consumir más baja», explica Cermelli. «Es cierto que repuntará el consumo y se reactivarán las inversiones, pero no tanto como para hablar de fiesta y de consumo desmadrado», añade el profesor de Deusto.
Por su parte, Juan Carlos Higueras, analista económico y profesor de EAE Business School, destaca el repunte del consumo producido tras el estado de alarma. «En la medida en la que avanza el proceso de vacunación, muchas familias que tenían miedo al contagio ya comienzan a salir y consumir servicios para recuperar la anterior normalidad. Se está liberando poco a poco esa gran bolsa de ahorro forzoso de muchas familias», indica. No obstante, Higueras advierte de la presencia de nubarrones que pueden oscurecer el horizonte. «El consumo seguirá repuntando en lo que queda de verano y también durante el otoño, si bien dependerá de factores inciertos que se ciernen sobre nuestra economía como son la inflación, la subida del salario mínimo y, sobre todo, la evolución del paro a partir del mes de octubre, pues si aumenta por finalización de los contratos de verano, muchas familias evitarán consumir por motivos de precaución», explica.
«El consumo debería aumentar gradualmente hasta que el exceso de ahorro acumulado desaparezca, siempre y cuando no cambien las previsiones macro, porque las incertidumbres acerca del empleo (ERTE incluidos) pueden desacelerar el consumo de aque
llas familias más humildes. Es decir, que veremos una tasa de crecimiento del consumo mayor durante el verano y una menor, por la desaceleración y la incertidumbre, en otoño», concluye el profesor de EAE Business School.
El repunte del gasto irá así de la mano de la evolución de la pandemia, pero también de la economía. «El incremento del gasto puede ser temporal. La gente que ha podido ahorrar y se está gastando ese dinero lo quiere emplear en lo que no ha podido hacer hasta ahora, como irse de vacaciones. No obstante, con más de cinco millones de españoles vacunados y una situación epidemiológica que va mejorando, durante los próximos meses y a medida que la población vacunada siga creciendo, creo que la intención de gasto aumentará conforme a la mejora de la economía», opina, por su parte, Jesús Madurga, CEO de la agencia de marketing digital NeoAttack.
Los sectores que se verán más favorecidos por el crecimiento moderado del consumo serán aquellos que se vieron más afectados durante los confinamientos y restricciones del año pasado y del invierno, como los vinculados al ocio, la hostelería o el turismo nacional, pero también el de la vivienda y el de las reformas en el hogar. Con la llegada del verano observamos un importante crecimiento de la intención de consumo de productos y actividades de ocio y turismo. Más adelante, es muy probable que gastemos el ahorro embolsado en lo que dejamos de consumir hace un año▶ gasto en servicios, fundamentalmente alojamientos, bares y restaurantes, ocio y entretenimiento», predice Madurga.