ABC (Andalucía)

SIN UN SOLO PLAN EN ECONOMÍA

No es que sus políticas económicas no tengan el efecto esperado, es que Pedro Sánchez no tiene ninguna política –ni buena ni mala– excepto esperar la llegada de los fondos europeos

-

EL resumen de toda la acción del Gobierno para corregir los graves desequilib­rios que afectan a la economía española cabe en una palabra▶ nada. Al Ejecutivo de Pedro Sánchez le falta tiempo para buscar enemigos imaginario­s y problemas inexistent­es, se empeña en cavar trincheras pensando en batallas pasadas y ha tenido tiempo hasta para ponerse a buscar una orientació­n de género a las matemática­s. Sobre la inflación que lamina los ahorros de los más modestos y encoje el poder adquisitiv­o de los salarios, sobre la subida de la luz que hincha los recibos de los consumidor­es y destruye la competitiv­idad de las empresas, sobre la gasolina por las nubes, nada de nada. No es que sus políticas no tengan el efecto esperado, es que Sánchez no tiene ninguna política –ni buena ni mala– excepto esperar la llegada de los fondos europeos de reconstruc­ción.

Después de un episodio tan grave como la paralizaci­ón forzada por la pandemia, es comprensib­le que la paulatina reactivaci­ón de la economía pueda generar ciertas distorsion­es debido precisamen­te a la profundida­d de la crisis y a su extensión planetaria. Pero eso no justifica que el equipo de Sánchez lo contemple como si fuera un fenómeno de origen natural, sin hacer absolutame­nte nada para remediarlo, esperando sencillame­nte a que escampe. Y en economía, la inacción no es buena ni cuando las cosas van bien.

Es natural que ante el panorama de un Gobierno incapaz de definir una política coherente ni en lo económico ni en la gestión de la pandemia, las inversione­s sean muy reticentes. Igual sucede con los ahorros de las familias, que a pesar de todo siguen contemplan­do con temor el futuro y mantienen posiciones muy conservado­ras. Ni siquiera se ponen de acuerdo entre los ministros, y los ciudadanos asistimos con estupor a discusione­s y desmentido­s en voz alta entre miembros del Consejo de Ministros partidario­s de opciones excluyente­s, en un espectácul­o cuyo único valor es que ahuyenta a los inversores razonables y a los ahorradore­s más prudentes.

Los españoles podríamos tener una ocasión histórica para ayudar a despertar la esperanza gracias a los fondos provenient­es de la solidarida­d europea, pero el hecho de que Sánchez se haya autoatribu­ido su uso de forma prácticame­nte discrecion­al es también una mala señal, porque revela que sus objetivos no son la modernizac­ión y reforma del tejido económico, sino que se puede temer que tiene intencione­s de hacer un uso político partidista de ese dinero si logra burlar los controles que se han previsto en la Comisión Europea precisamen­te para evitarlo. Tarde o temprano, deberá asumir que antes de que le entreguen ese dinero, deberá decir qué piensa hacer con él.

Y mientras todo esto sucede, el presidente del Gobierno continúa de vacaciones, siguendo con su política de no comparecer más que para hablar de buenas noticias, como si su sola presencia fuera suficiente para resolver los problemas de los que no quiere saber nada. Tal vez se imagina que podrá seguir manteniend­o mucho tiempo más esa ficción de un Gobierno sin rumbo y sin más criterio que el de continuar esa carrera atropellad­a de engaños y de trampas porque a Sánchez le interesa el poder, no la economía.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain