Afganistán... ¿Y ahora qué?

Jamás olvidaré a Paco, aquel sargento legionario en Qala i Naw: «Cuando llegues a España cuenta la verdad de esta guerra»

LA primera vez que viajé a Afganistán aterricé en un Hércules del Ejército del Aire en mitad de Qala i Naw, en una calle del pueblo habilitada como pista de aterrizaje. Los boinas verdes tomaron posiciones y, poco después, me contaron un episodio que refleja qué es una sociedad medieval en pleno siglo XXI.

Dos columnas de soldados de la Brilat descargaron un cargamento de material sanitario. Al terminar, el mulá ordenó deshacerse de la mitad de la carga. El barbudo ordenó devolver todas las cajas que pasaron por las manos de una mujer soldado española. Todo ese material era impuro porque lo había tocado ella.

Tras casi 20 años, nuestra parte del mundo ha puesto fin a la intervención en Afganistán y los talibanes no han tardado ni tres meses en ocupar casi todo el país. Ni británicos, rusos, Estados Unidos o la OTAN. Nadie en la historia ha asumido el coste de acabar con esos salvajes. ¿Y ahora qué?

Pues desde ya... regreso al medievo. A nadie importan los millones de mujeres recluidas bajo sus burkas, ni los niños secuestrados como suicidas. Nos conformamos con que no salgan de allí. Pero saldrán. Y entonces habrá que regresar y todo será peor.

Con Afganistán ocurrirá igual que con Irak o Siria. Tras abandonarlos a su suerte el lugar fue ocupado por Daesh. Y tocó derrotarlos años después, en mitad de un estado fallido, miles de muertos más tarde y cuando atentaron en el corazón de nuestras ciudades. Es cuestión de tiempo que los talibanes salgan, como Bin Laden, y haya que volver no para desalojar la Embajada sino para salvarnos.

Cabe recordar que por aquella guerra España ha dejado 102 muertos tras 1.400 misiones de desactivación de explosivos, 28.000 patrullas y tres millones de kilómetros.

PD▶ Jamás olvidaré aquella despedida de Paco en la base de Qala i Naw, ya ocupada por los talibanes. Tras entregarle una cafetera que le envió su hermana desde Madrid, aquel sargento legionario me dijo▶ «Por favor, cuando llegues a España, cuenta la verdad de lo que hacemos aquí. Esto es una guerra total».