«Ni soy negacionista ni antivacunas, pero si me toca morir por el Covid lo asumiré»
Cuando le llegó el turno para vacunarse contra el coronavirus, C. L. tenía claro que no iba a hacerlo. Esta médico, con 25 años de carrera profesional en urgencias, quirófano, trauma y Atención Primaria, ha sido siempre el modelo a seguir en su familia, a quien recurrían sus numerosos hermanos para conocer su opinión en temas médicos. Ahora se siente incomprendida, sabe que no la entienden. Ella sí recomendó a sus padres, ambos mayores, inmunizarse. Pero, en su caso, «por coherencia», tomó la decisión de esperar, hasta que el tiempo demuestre la efectividad de estas fórmulas.
«Ni soy negacionista ni antivacunas. Me he vacunado de la gripe todos los años. Mis hijos tienen la cartilla vacunal al completo», cuenta a ABC. «Yo estoy a favor de salvar vidas, para eso soy médico y estudié Medicina, pero nadie me está garantizando que esto me salve la vida si no se conocen los efectos secundarios que no han salido a la luz y tardarán unos años en hacerlo», expone. En su caso, dice que solo entendería que se impusiera la vacunación obligatoria «si eso protegiera a los que tienes enfrente, pero eso no es cierto porque no protegen de la enfermedad, puedes seguir contagiando».
El suyo, cuenta C.L., que prefiere no revelar su identidad, es «un acto de coherencia conmigo misma, pues hoy me da más miedo la vacuna que el Covid, porque ya he estado en el epicentro de la pandemia. Si me toca morirme por coronavirus lo asumiré, pero no me voy a pinchar voluntariamente una cosa que sé que me va a producir efectos secundarios graves».
Su hijo, enfermero, sí que se vacunó cuando le correspondía, pero pese a la presión familiar e incluso profesional –la Organización Médica Colegial pidió «encarecidamente» a los sanitarios que se vacunaran–, a C. L. no se le han dejado de acercar personas ni ha notado reticencias en su entorno. «Quien me conoce sabe que no estoy loca, pero no hablamos sobre la vacunación porque, si se fían de mí, les asalta el miedo porque se han vacunado». Al igual que ella, otros médicos con los que ha coincidido también han rechazado la vacuna, aunque reconoce que si se impusiera, mucha gente se la pondría por miedo a perder su puesto de trabajo. «Por supuesto que me veo vacunándome contra el Covid19, pero tendrá que pasar el tiempo suficiente, con los estudios suficientes como cualquier otro medicamento, y la vacuna tendrá que dar una seguridad que ahora no da», expone.
Aunque esta doctora se informa a través de publicaciones científicas, considera que la desinformación es la norma de la sociedad actual. «Cada uno debe valorar el riesgo y el beneficio y decidir qué hacer», cuenta. Hace unos meses dejó el ambulatorio en el que trabajaba porque, reconoce, «no podía aconsejar a mis pacientes que se vacunaran porque no estoy de acuerdo. Y si me preguntaban exponía mis motivos».