Vacunar aunque los niños no sean los más beneficiados
Los menores de 12 años serán decisivos si se quiere alcanzar un 90% de inmunizados
La vacunación será este curso la mejor herramienta para garantizar la buena marcha del curso escolar con la hipercontagiosa variante Delta circulando por Europa. Las comunidades autónomas confían en tener protegidos a los adolescentes antes del comienzo del curso escolar. El 55,7% del grupo de entre 12 y 19 años ya ha recibido, al menos, una dosis y el 12,7% la pauta completa, según el último informe de vacunación del Ministerio de Sanidad. Pero no se sabe aún qué ocurrirá con los menores de 12 años, para los que aún no se ha autorizado ninguno de los fármacos comercializados.
Los pediatras instan a los padres a vacunar a sus hijos en cuanto se sepa si el fármaco es seguro y eficaz, una vez que finalicen los ensayos clínicos. Su vacunación se ve como un seguro para sus familias, la tranquilidad de un curso y también como la fórmula para conseguir la deseada da inmunidad de rebaño.
Inmunidad de grupo
La aparición de la supercontagiosa Delta ha cambiado nuestros planes. Tener al 70% de la población vacunada ya no es suficiente para que el virus deje de circular y transmitirse. Ahora el objetivo es alcanzar el 85 o el 90% de los vacunados. Y para lograrlo, o se convence a todos los adultos que han decidido rechazar la vacuna de que deben vacunarse o sin la inmunización de los niños no se conseguirá.
Estamos ante un debate no solo sanitario, sino ético, advierte Federico Montalvo, presidente del Comité de Bioética de España. Si se decidide la inmunización de los pequeños, se les vacunaría no solo para satisfacer su interés individual y proteger su salud, sino como un mero medio de protección de la salud colectiva. «¿Es ético permitir la insolidaridad de determinados individuos?, ¿podemos cosificar a los niños para respetar la autonomía de los que se niegan a recibir la vacuna?». se pregunta.
Faltan estudios
La recomendación de vacunar a los menores de 12 años no será fácil. Faltan estudios, decidir si realmente aún es un objetivo la inmunidad de grupo y, sobre todo, conocer la evolución de las variantes del virus.
Los pediatras sí creen que sería útil proteger a los niños. La vacuna es eficaz para reducir la mortalidad y aunque se producen pocas muertes asociadas directamente al virus, sí han fallecido niños con enfermedades crónicas que se han agravado por culpa del virus.
El fármaco también puede facilitar la normalidad educativa y la tranquilidad de las familias. No solo porque los niños no enfermarán sino por que reducirá la posibilidad de que enfermen los mayores, aunque ellos estén también protegidos. O algunos familiares y profesores inmunocomprometidos en los que la protección de la vacuna puede descender.