Las dos Españas
Negar la luz de la actual generación de jóvenes es la última bajeza de esta izquierda
ENTREVISTO este agosto en la contraportada a algunos de nuestros jóvenes más extraordinarios. Coronan la que sin duda es la mejor generación que ha dado España, la más brillante, la más generosa y la que cuenta con más reconocimiento internacional por la poderosa proyección global de su talento. Todos son diferentes en su genialidad pero por lo menos dos hilos les cosen▶ ninguno se queja ni pide nada, y todos se desviven para que cualquiera se pueda beneficiar de su conocimiento y su trabajo.
Está la España negra, tercermundista, Puerto Hurraco, tóxica, que es la que difunde ‘El País’ dando pábulo a las quejas más irracionales y egoístas, a la pereza convertida en propaganda antisistema, y al pesimismo y el resentimiento que una cierta intelectualidad necesita propagar para sentirse como en casa. Y luego está la España ABC, valiente, joven, culta, científica, tecnológica, agradecida con sus mayores, abundante en conocimiento y saber, que ha interiorizado que sólo crecemos en lo que mejoramos y en lo que somos capaces de ofrecer a los demás.
Las dos Españas ya no son la azul y la roja sino la que está dispuesta a hacerlo todo para darlo todo y la que no se siente en la necesidad de hacer nada pues considera que todo se le debe. Los entrevistados de este agosto son en gran mayoría de familias humildes que han hecho del esfuerzo y el sacrificio el motor de sus vidas. Sus empresas, hallazgos o startups acaban siempre contribuyendo al bienestar de todos. El compromiso con la sociedad es el centro de su empeño. Lo que hasta hace poco creíamos imposible, ellos lo realizan y lo convierten en logros compartidos gracias a su talento, su inteligencia y la convicción de que la ternura es la metáfora de la solución universal.
Su enemigo no ha sido la dificultad, porque lo que es difícil nunca les ha asustado. Tampoco ha sido la competencia, porque han sabido aprender de ella para hacerlo mejor. El mercado nunca ha sido su amenaza, sino su reto, y ser jóvenes lo viven como una oportunidad para trabajar con más fuerza y con más tiempo para equivocarse y volverse a levantar▶ y jamás como una excusa para justificar su fracaso sin haberlo intentado. Su mayor enemigo es la España Mordor, la que quiere enquistar sus problemas a golpe de burocracia y extracción fiscal; la España sin fe ni esperanza, que no tiene ningún deseo de mundo mejor ni ninguna intuición de que esta mejoría dependa de lo que ella pueda aportar. Una España que usa a las mentalidades más débiles como munición contra el mérito y pretende igualar en la miseria para asegurarse de que podrá continuar enriqueciéndose vendiendo su veneno de amargura, revanchismo y odio.
Si mis entrevistados han conseguido hacer del mundo un lugar mejor, por qué tú permaneces en el rincón con tu cara de idiota▶ esto es lo que quisiera yo saber. Negar la luz de la actual generación de jóvenes es la última bajeza de esta izquierda española que se regocija en la desgracia y la calamidad porque la libertad y el amor aún no les han sido revelados. Dais lástima.