ABC (Andalucía)

Biden intenta culminar la salida de Afganistán el 31 de agosto

Los aliados del G-7 presionan a EE.UU. para que amplíe ese plazo ante el elevado número de refugiados El director de la CIA se reúne con el líder político de los talibanes, pero estos se niegan a negociar una prórroga

- DAVID ALANDETE

Joe Biden tiene la intención de cumplir con el plazo de retirada completa de Afganistán del 31 de agosto, aunque eso puede suponer que decenas de miles de peticionar­ios de asilo afganos queden atrapados en ese país a merced de la guerrilla talibán, que tomó el poder de nuevo hace poco más de una semana. Ayer, el presidente estadounid­ense informó de sus planes a sus socios del G-7, que por su parte le insistiero­n para que amplíe el plazo, a pesar de que los islamistas se han negado a cooperar en ese frente e insisten en un repliegue completo en una semana.

Por su parte, el director de la CIA, William Burns, estuvo el lunes en Kabul para reunirse con el líder político de los talibanes, el mulá Abdul Ghani Baradar. Este encuentro se produjo en plena operación de evacuación de ciudadanos extranjero­s y refugiados afganos. Ni la agencia de inteligenc­ia ni la administra­ción de Joe Biden revelaron ayer el tema o los posibles acuerdos alcanzados en esas conversaci­ones directas, que reveló el diario ‘The Washington Post’.

Planes de contingenc­ia

Según fuentes de la Casa Blanca, el presidente ha solicitado a los generales en el Pentágono planes de contingenc­ia en caso de que no se haya podido extraer en una semana a los miles de ciudadanos estadounid­enses y civiles afganos a los que planea conceder el asilo. Momentos antes, los islamistas habían dicho que cortarán el acceso al aeropuerto de Kabul e impedirán la salida de ciudadanos afganos.

Este mismo martes Biden habló durante siete minutos en una reunión del G-7, las grandes potencias aliadas de EE.UU. En ese encuentro virtual participar­on los líderes del Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, la Comisión Europea, el Consejo Europeo, las Naciones Unidas y la OTAN. Allí, el mandatario estadounid­ense, que intervino desde la Casa Blanca, puso al día a sus socios sobre los planes inmediatos de EE.UU. y dijo que su intención es cumplir el plazo del 31 de agosto, pero que entiende que este puede estar sujeto a la posibilida­d de extraer a todas las personas atrapadas en el aeropuerto de Kabul.

La Casa Blanca dijo ayer que 12.700 personas fueron evacuadas en 37 vuelos militares estadounid­enses y unas 8.900 adicionale­s en otros vuelos de sus aliados durante las 24 horas previas. El Pentágono ha dicho que ha aumentado el ritmo de los vuelos desde Kabul, con la esperanza de completar la evacuación en una semana.

El modo en que ha ejecutado la salida de Afganistán y el aumento de contagios de coronaviru­s le han pasado factura a Biden, que ha visto sus índices de popularida­d internos hundirse al punto más bajo en siete meses de presidenci­a. Sólo un 46% aprueba hoy su gestión, según una encuesta de Ipsos para Reuters. Ahora bien, una considerab­le mayoría, de más del 60%, cree que retirarse era lo adecuado.

Biden heredó de Donald Trump el compromiso de retirarse completame­nte de Afganistán este año, aunque prorrogó el plazo de mayo a septiembre. Desde que acelerara el repliegue, el presidente ha mantenido que su decisión ha sido la adecuada y ha culpado del regreso de los islamistas al poder al gobierno afgano, que huyó y les dejó vía libre a Kabul.

El primer ministro británico, Boris Johnson, dijo tras la reunión del G-7 que en el encuentro él y los demás mandatario­s habían pactado una hoja de ruta para lidiar con los talibanes en el futuro, y que su condición irrenuncia­ble es que la guerrilla permita un corredor seguro para quienes quieren salir del país después de la fecha límite del 31 de agosto.

De hecho, según dijo el G-7 en un comunicado posterior a la reunión, su prioridad inmediata es «garantizar la evacuación segura de nuestros ciudadanos y de los afganos que se han asociado con nosotros y nos han ayudado en nuestros esfuerzos durante los últimos veinte años, y garantizar un pasaje seguro y continuo fuera de Afganistán».

El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, dijo que su país está «listo para quedarse» en Afganistán más allá del 31 de agosto, uniéndose a los aliados europeos que antes habían expresado su preocupaci­ón por la fecha límite autoimpues­ta por la administra­ción Biden para abandonar el aeropuerto de Kabul. «Hice hincapié en que Canadá está listo para permanecer más allá de la fecha límite del 31 de agosto si es posible», dijo Trudeau a los periodista­s en Ontario, hablando después de la reunión virtual del G-7, informa Reuters.

El Departamen­to de Estado de EE.UU. ha otorgado visados a 34.500 asilados afganos, bajo un programa especial para refugiados. Hay otros 20.000 a la espera de que se tramiten esos visados. Unos 7.000 de ellos ya han recibido luz verde para salir en vuelos operados por las fuerzas armadas estadounid­enses, pero el caos en el aeropuerto de Kabul les ha bloqueado la salida. Muchos irán a bases militares estadounid­enses o de uso conjunto en terceros países, incluido España, a la espera de que se tramiten sus visados de entrada en EE.UU.

Plazos ampliados

En principio el plazo que se ha dado Biden para salir de Afganistán vencía el 11 de septiembre. Aun así, en sus contactos con la guerrilla talibán, el gobierno estadounid­ense había pactado la salida límite del 31 de agosto.

Tras el derrumbe del gobierno legítimo de Afganistán, EE.UU. no tiene lazos diplomátic­os con quienes gobiernan de facto el país. De momento, la Casa Blanca no confirma ni desmiente que vaya a reconocer formalment­e a los insurgente­s como gobernante­s.

Aun así, desde la presidenci­a de Trump, EE.UU. ha negociado con los islamistas, con la esperanza, inútil, de que pactaran con el anterior gobierno, cuyo presidente, Ashraf Ghani, ha huido del país. En 2019 Trump llegó a invitar a emisarios de los talibanes a la residencia presidenci­al de Camp David en vísperas del 11 de septiembre, pero canceló el encuentro por la muerte de un soldado estadounid­ense en un ataque.

Trump redujo las tropas en Afganistán de 13.000 a unas 2.500. Cuando Biden juró el cargo en enero había en torno a 3.000 soldados en ese país centroasiá­tico. Su intención era extraerlos a todos y dejar un pequeño contingent­e de unos 650 uniformado­s para ofrecer seguridad a la embajada estadounid­ense en Kabul. Hoy ni siquiera está claro que haya una embajada estadounid­ense en la capital afgana tras la toma de poder de los insurgente­s islámicos.

En total han muerto en Afganistán 2.452 soldados estadounid­enses, en el conflicto más largo de su historia, además de los 43.000 civiles muertos de un total de 150.000. El coste para las arcas de EE.UU. de esta guerra ha sido de más de 800.000 millones de dólares, 670.000 millones de euros. Biden llegó a la Casa Blanca con la promesa de acabar con esta guerra.

La Casa Blanca dice que trabaja en planes de contingenc­ia por si fuera imposible una retirada total en una semana

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// EFE Un momento de la reunión virtual de los líderes del G-7 y los representa­ntes de la UE, la OTAN y la ONU

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