Biden intenta culminar la salida de Afganistán el 31 de agosto
Los aliados del G-7 presionan a EE.UU. para que amplíe ese plazo ante el elevado número de refugiados El director de la CIA se reúne con el líder político de los talibanes, pero estos se niegan a negociar una prórroga
Joe Biden tiene la intención de cumplir con el plazo de retirada completa de Afganistán del 31 de agosto, aunque eso puede suponer que decenas de miles de peticionarios de asilo afganos queden atrapados en ese país a merced de la guerrilla talibán, que tomó el poder de nuevo hace poco más de una semana. Ayer, el presidente estadounidense informó de sus planes a sus socios del G-7, que por su parte le insistieron para que amplíe el plazo, a pesar de que los islamistas se han negado a cooperar en ese frente e insisten en un repliegue completo en una semana.
Por su parte, el director de la CIA, William Burns, estuvo el lunes en Kabul para reunirse con el líder político de los talibanes, el mulá Abdul Ghani Baradar. Este encuentro se produjo en plena operación de evacuación de ciudadanos extranjeros y refugiados afganos. Ni la agencia de inteligencia ni la administración de Joe Biden revelaron ayer el tema o los posibles acuerdos alcanzados en esas conversaciones directas, que reveló el diario ‘The Washington Post’.
Planes de contingencia
Según fuentes de la Casa Blanca, el presidente ha solicitado a los generales en el Pentágono planes de contingencia en caso de que no se haya podido extraer en una semana a los miles de ciudadanos estadounidenses y civiles afganos a los que planea conceder el asilo. Momentos antes, los islamistas habían dicho que cortarán el acceso al aeropuerto de Kabul e impedirán la salida de ciudadanos afganos.
Este mismo martes Biden habló durante siete minutos en una reunión del G-7, las grandes potencias aliadas de EE.UU. En ese encuentro virtual participaron los líderes del Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, la Comisión Europea, el Consejo Europeo, las Naciones Unidas y la OTAN. Allí, el mandatario estadounidense, que intervino desde la Casa Blanca, puso al día a sus socios sobre los planes inmediatos de EE.UU. y dijo que su intención es cumplir el plazo del 31 de agosto, pero que entiende que este puede estar sujeto a la posibilidad de extraer a todas las personas atrapadas en el aeropuerto de Kabul.
La Casa Blanca dijo ayer que 12.700 personas fueron evacuadas en 37 vuelos militares estadounidenses y unas 8.900 adicionales en otros vuelos de sus aliados durante las 24 horas previas. El Pentágono ha dicho que ha aumentado el ritmo de los vuelos desde Kabul, con la esperanza de completar la evacuación en una semana.
El modo en que ha ejecutado la salida de Afganistán y el aumento de contagios de coronavirus le han pasado factura a Biden, que ha visto sus índices de popularidad internos hundirse al punto más bajo en siete meses de presidencia. Sólo un 46% aprueba hoy su gestión, según una encuesta de Ipsos para Reuters. Ahora bien, una considerable mayoría, de más del 60%, cree que retirarse era lo adecuado.
Biden heredó de Donald Trump el compromiso de retirarse completamente de Afganistán este año, aunque prorrogó el plazo de mayo a septiembre. Desde que acelerara el repliegue, el presidente ha mantenido que su decisión ha sido la adecuada y ha culpado del regreso de los islamistas al poder al gobierno afgano, que huyó y les dejó vía libre a Kabul.
El primer ministro británico, Boris Johnson, dijo tras la reunión del G-7 que en el encuentro él y los demás mandatarios habían pactado una hoja de ruta para lidiar con los talibanes en el futuro, y que su condición irrenunciable es que la guerrilla permita un corredor seguro para quienes quieren salir del país después de la fecha límite del 31 de agosto.
De hecho, según dijo el G-7 en un comunicado posterior a la reunión, su prioridad inmediata es «garantizar la evacuación segura de nuestros ciudadanos y de los afganos que se han asociado con nosotros y nos han ayudado en nuestros esfuerzos durante los últimos veinte años, y garantizar un pasaje seguro y continuo fuera de Afganistán».
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, dijo que su país está «listo para quedarse» en Afganistán más allá del 31 de agosto, uniéndose a los aliados europeos que antes habían expresado su preocupación por la fecha límite autoimpuesta por la administración Biden para abandonar el aeropuerto de Kabul. «Hice hincapié en que Canadá está listo para permanecer más allá de la fecha límite del 31 de agosto si es posible», dijo Trudeau a los periodistas en Ontario, hablando después de la reunión virtual del G-7, informa Reuters.
El Departamento de Estado de EE.UU. ha otorgado visados a 34.500 asilados afganos, bajo un programa especial para refugiados. Hay otros 20.000 a la espera de que se tramiten esos visados. Unos 7.000 de ellos ya han recibido luz verde para salir en vuelos operados por las fuerzas armadas estadounidenses, pero el caos en el aeropuerto de Kabul les ha bloqueado la salida. Muchos irán a bases militares estadounidenses o de uso conjunto en terceros países, incluido España, a la espera de que se tramiten sus visados de entrada en EE.UU.
Plazos ampliados
En principio el plazo que se ha dado Biden para salir de Afganistán vencía el 11 de septiembre. Aun así, en sus contactos con la guerrilla talibán, el gobierno estadounidense había pactado la salida límite del 31 de agosto.
Tras el derrumbe del gobierno legítimo de Afganistán, EE.UU. no tiene lazos diplomáticos con quienes gobiernan de facto el país. De momento, la Casa Blanca no confirma ni desmiente que vaya a reconocer formalmente a los insurgentes como gobernantes.
Aun así, desde la presidencia de Trump, EE.UU. ha negociado con los islamistas, con la esperanza, inútil, de que pactaran con el anterior gobierno, cuyo presidente, Ashraf Ghani, ha huido del país. En 2019 Trump llegó a invitar a emisarios de los talibanes a la residencia presidencial de Camp David en vísperas del 11 de septiembre, pero canceló el encuentro por la muerte de un soldado estadounidense en un ataque.
Trump redujo las tropas en Afganistán de 13.000 a unas 2.500. Cuando Biden juró el cargo en enero había en torno a 3.000 soldados en ese país centroasiático. Su intención era extraerlos a todos y dejar un pequeño contingente de unos 650 uniformados para ofrecer seguridad a la embajada estadounidense en Kabul. Hoy ni siquiera está claro que haya una embajada estadounidense en la capital afgana tras la toma de poder de los insurgentes islámicos.
En total han muerto en Afganistán 2.452 soldados estadounidenses, en el conflicto más largo de su historia, además de los 43.000 civiles muertos de un total de 150.000. El coste para las arcas de EE.UU. de esta guerra ha sido de más de 800.000 millones de dólares, 670.000 millones de euros. Biden llegó a la Casa Blanca con la promesa de acabar con esta guerra.
La Casa Blanca dice que trabaja en planes de contingencia por si fuera imposible una retirada total en una semana