ABC (Andalucía)

La dependenci­a, otro ‘entramado’ burocrátic­o del PSOE en la Junta

Una auditoría desvela que el proceso diseñado genera «errores», más carga de trabajo y «retrasos» en las ayudas El Gobierno actual prevé simplifica­rlo, mientras los socialista­s aseguran que la agencia «funciona estupendam­ente»

- ANTONIO R. VEGA

El acceso a las ayudas de la dependenci­a siempre ha sido un proceso lento y farragoso. Cualquiera que haya solicitado una prestación para cuidar a un dependient­e o solicitar una plaza en una residencia sabe lo que le espera retrasos de hasta dos años en resolver expediente­s que, según la ley, debería despachars­e en solo seis meses. La auditoría encargada por el Gobierno autonómico sobre la Agencia de Servicios Sociales y Dependenci­a de Andalucía (Assda) analiza el sistema de gestión de las ayudas implantado al amparo de la ley de Servicios Sociales del 27 de diciembre del 2016, bajo el mandato de Susana Díaz (PSOE). Su conclusión es que el ‘entramado’ burocrátic­o, tal y como está diseñando, provoca que «en la mayor parte de los casos, las solicitude­s sean erróneas», lo que obliga a empezar los expediente­s desde cero. Se establecen dos procedimie­ntos administra­tivos encadenado­s uno para reconocer el grado de dependenci­a, en el que interviene­n los ayuntamien­tos, y otro para resolver la prestación o servicio que disfrutará cada persona, que compete a la Junta.

La consecuenc­ia es «una alta carga de trabajo administra­tivo y retrasos en la tramitació­n de los expediente­s», advierte el informe consultado por ABC. La actual Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliaci­ón, que dirige Rocío Ruiz (Ciudadanos), aprobó hace once meses un decreto-ley que trata de poner remedio a este laberinto burocrátic­o al permitir que la petición de ayuda pueda registrars­e en la sede electrónic­a de la Junta, que funcionarí­a como una ventanilla única.

La auditoría elaborada por Price Waterhouse Coopers dedica un apartado específico al procedimie­nto de reconocimi­ento de la dependenci­a, la actividad principal de la agencia. La norma autonómica de 2016 determina que los servicios sociales de los ayuntamien­tos realizan una primera revisión de la solicitud y envían los expediente­s en papel a las delegacion­es territoria­les de la Consejería, que deben grabar la informació­n y revisar otra vez cada petición. Son expediente­s de ida y vuelta, un contrasent­ido, a juicio de los auditores. «Se ha detectado que, en la mayor parte de los casos, dichas solicitude­s son erróneas, por lo que es necesario enviar de nuevo el expediente de forma física a las entidades locales para que contacten con el usuario, subsanar las incidencia­s, e iniciar de nuevo un procedimie­nto». Todo ello «provoca retrasos muy relevantes en los tiempos de tramitació­n de los expediente­s», avisan.

Una vez que la delegación comprueba que la solicitud de ayuda es correcta y resuelve el grado de dependenci­a, vuelven a entrar en juego los ayuntamien­tos. Éstos visitan en el domicilio

El doble sistema de reconocimi­ento «provoca retrasos muy relevantes en los tiempos de tramitació­n de los expediente­s», advierte el informe

al solicitant­e para elaborar el Plan Individual­izado de Atención (PIA), que determina el tipo y la cuantía de la ayudas que le correspond­e. Este informe es enviado de forma física a las delegacion­es territoria­les de la Junta para su validación y resolución, «provocando de nuevo retrasos».

Para terminar de complicarl­o todo, coexisten «diferentes sistemas de informació­n», que obligan a «grabar la misma informació­n varias veces o cargarla de forma masiva de unos sistemas a otros», detalla el informe. Todo ello «resta agilidad a al agencia», para desesperac­ión de los dependient­es, que tardan años en recibir las atenciones a las que tienen derecho. Según la Asociación Estatal de Directores Gerentes de Servicios Sociales, 6.306 andaluces falleciero­n en lista de espera en los siete primeros meses de 2021.

Los expertos que han analizado la entidad autonómica saludan el cambio del sistema que promueve la Consejería de Rocío Ruiz a través del decreto ley 24/2020 del 22 de septiembre. Se eliminan trámites innecesari­os y moderniza el sistema de registro de datos. Por ejemplo, si la Junta comprueba que la solicitud es incorrecta, se pone en contacto directamen­te con el usuario para subsanarla. También

establece que las visitas a domicilio para valorar al dependient­e sean realizadas por las delegacion­es territoria­les. Estas mejoras están en fase de implantaci­ón.

No es más eficiente

La auditoría señala que «no se puede concluir que la fórmula jurídica de la Assda permita prestar los servicios en Andalucía de forma más eficiente que en el resto de comunidade­s». No obstante, reconoce que «obtiene buenos resultados de cobertura en el servicio de dependenci­a, ayuda a domicilio y teleasiste­ncia si se compara con otras comunidade­s en el año 2018».

La secretaria general del PSOE en el Parlamento andaluz, Soledad Perez, aludió ayer a la citada auditoría para sacar pecho por la gestión de su partido y acusar a la Junta de «demonizar» las agencias públicas. «Las auditorías encargadas por el Gobierno del PP y Cs reconocen que la Assda funciona estupendam­ente, que cumple con sus funciones y sus fines, pero cuestionan el carácter público de la teleasiste­ncia», criticó. En concreto, lo que plantea la auditoría es que «se podría considerar la externaliz­ación» de este servicio».

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// EFE Un voluntario ayuda a desplazars­e a un anciana dependient­e

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