Valls renuncia al acta de concejal de Barcelona y regresa a Francia
Vino para combatir el ‘procés’ y evitó que el independentismo gobernase Barcelona
Irrumpió como un cometa en el cielo político barcelonés, y aunque el fulgor inicial hizo pensar durante unas semanas que podría llegar a ser alcalde de la ciudad, su luz se fue apagando, incapaz de encajar en una escena que, ciertamente, le quedaba pequeña. Manuel Valls (Barcelona, 1959), catalán, francés, ex primer ministro del país vecino y desde las municipales de mayo de 2019 concejal en el Ayuntamiento de Barcelona, oficializó ayer su renuncia al acta. Valls regresa a Francia.
Tanto su grupo, Barcelona pel Canvi, como él mismo lo explicaron a través de las redes sociales. «Me siento honrado de haber podido servir a Barcelona durante estos dos años y orgulloso de haber frenado al independentismo (...). Seguiré defendiendo la BCN capital catalana, española y europea», apuntó Valls, que ya había anunciado su intención de dejar la política municipal, y por extensión su actividad en España, antes del verano. Instalado desde hace meses en París junto a su esposa Susana Gallardo, redirige sus prioridades hacia la política francesa, una vez se ha reconciliado, se especula, con el presidente Macron.
En su mensaje de despedida, Valls apuntó con certeza a la que fue su principal motivación para venir a España, combatir el ‘procés’. Y fueron sus votos en el pleno de investidura los que impidieron que el independentista Ernest Maragall (ERC) se hiciese con la alcaldía de Barcelona en 2019. Ha sido su gran contribución a la política en nuestro país.
Entre el secesionismo de Maragall y Ada Colau optó por esta segunda, una decisión difícil –ha sido crítico acérrimo tanto del nacionalismo como del populismo de izquierdas y derechas– que acabó popularizando la expresión ‘hacer un Valls’. Es decir, tomar una decisión en favor del colectivo, optar por el mal menor, incluso por delante de los intereses propios o partidistas, una visión a largo plazo que también le ha llevado de forma reiterada a pedir a PSOE y PP acuerdos de estado para orillar a los indepedentistas y a los extremos de Vox y Podemos. La decisión de aupar a Colau propició la ruptura de Valls con Cs, bajo cuyas siglas se presentó en 2019 sacando seis actas, muy por debajo de las expectativas.
«Salir del molde»
Las limitaciones de la política municipal, y los movimientos frustrados por proyectarse a la escena autonómica y estatal, han acabado por apagar la estela de un Valls cuya altura e instinto político no han conseguido encajar en España. «Es una pena que un personaje de su categoría acabe marchando. Barcelona, España en su conjunto, no han estado a la altura. Somos incapaces de dar cobijo a personas que se salen del molde de los partidos. Es lo que hay», lamenta a ABC alguien que estuvo precisamente implicado en los orígenes de su candidatura.