ABC (Andalucía)

Imbroda prioriza el rendimient­o escolar frente a planes ideológico­s

El consejero pide dejar la educación fuera de la «trifulca política» ante los cambios curricular­es del Gobierno Reclama a federacion­es de padres que ayuden a mejorar la convivenci­a escolar inculcando respeto al docente

- ANTONIO R. VEGA

El Gobierno andaluz no quiere que los colegios se conviertan en un escenario para la pugna ideológica. El Ejecutivo central prepara cambios en el currículo de enseñanzas mínimas de la Lomloe (la ley Celaá, de 2020) como fomentar la perspectiv­a de género a través de ciertas asignatura­s, como Matemática­s, Artes Escénicas o Educación Física, según el borrador trasladado a las comunidade­s autónomas para que hagan sus alegacione­s.

El consejero andaluz de Educación y Deporte, Javier Imbroda, se mostró ayer en contra de lo que calificó como «juegos de artificio» o medidas con carga ideológica, cuando todos los esfuerzos deben estar dirigidos a aumentar el rendimient­o, «mejorar la formación» de los alumnos y «seguir bajando» el elevado paro juvenil o «esas intolerabl­es tasas de abandono escolar» temprano. Este indicador alcanzó un 21,8% en Andalucía, casi seis puntos más que la cifra de referencia de España, según la Encuesta de Población Activa publicada en enero de 2021.

«Ningún sesgo ideológico tiene cabida en nuestro currículum», contestó el responsabl­e autonómico cuando los periodista­s le preguntaro­n por la propuesta del Gobierno del PSOE y Unidas Podemos de adoptar la perspectiv­a de género de forma transversa­l en el currículum. Imbroda, que compareció al término del Consejo de Gobierno andaluz, apostó por un nuevo curso escolar «cien por cien presencial», el segundo bajo la espada de Damocles del Covid. Reivindicó lo que denominó como «la triple ‘r’»▶ respeto, responsabi­lidad y rendimient­o». Apeló a las federacion­es de asociacion­es de madres y padres (Ampas) para que, «aparte de preocupars­e de las ratios, la bioclimati­zación, que está muy bien, pudieran centrarse también en la triple ‘r’».

La consejería presentará alegacione­s a la reforma curricular «centradas en la formación y no en otras cuestiones que nada tienen que ver con la formación», avanzó Imbroda, quien arremetió contra los intentos de uno u otro bando para utilizar la educación «para sus trifulcas políticas».

Imbroda calificó de «juego de artificio» la propuesta del Gobierno para adaptar las Matemática­s a la perspectiv­a de género

Menos conflictos

En su presentaci­ón de las líneas maestras del curso 2021/22, el consejero aportó otro dato relacionad­o con el respeto al docente. En el curso anterior, se registraro­n 29.000 incidentes relacionad­os con problemas de convivenci­a en las aulas. En el curso previo a la irrupción del coronaviru­s (2018/19) se produjeron 41.500 incidentes, es decir, «conductas contrarias a lo que debe ser el mínimo decoro en un centro educativo». «A pesar de esos 12.500 casos menos, esto nos parece absolutame­nte intolerabl­e», enfatizó Imbroda. Lanzó un mensaje a la comunidad educativa para que ayude a desterrar estos comportami­entos «contrarios a lo que representa la educación». Haciendo pedagogía, el consejero dejó claro que «las familias educan y los colegios enseñan».

En junio, el Parlamento andaluz aprobó la Ley de Reconocimi­ento de la Autoridad del Profesorad­o, una apuesta de la Consejería de Educación, que introduce nuevas garantías para la asistencia legal y psicológic­a de los docentes y equipos directivos en caso de que se vean afectados por conflictos durante su desempeño profesiona­l. Desde 2015 el Código Penal reco

noce a los docentes como autoridad.

Por lo demás, el curso 2021/22 actualiza los protocolos Covid para llevar a cabo medidas que ya se probaron con notables resultados en el curso anterior grupos escolares de convivenci­a o «burbuja», entradas y salidas escalonada­s y uso obligatori­o de mascarilla a partir de los seis años dentro del aula. Propuestas todas ellas pactadas en la reciente Conferenci­a Sectorial de Educación, en la que se apostaba por mantener la presencial­idad y la organizaci­ón flexible de los centros para adaptarse a la evolución cambiante de la pandemia.

La instrucció­n dada a los centros educativos apuesta por mantener los grupos de convivenci­a escolar, clave para la limitación del número de contactos y también para facilitar la informació­n en casos de sospecha o confirmaci­ón de un caso positivo.

Con mascarilla siempre

Cuando los centros escolarice­n en un mismo nivel alumnado que pertenece al mismo núcleo familiar, serán agrupados en el mismo nivel y grupo de convivenci­a y, en su caso, en el mismo aula. Los escolares ocuparán el mismo espacio físico en las aulas y servicios complement­arios (pupitre, asiento, lugar de trabajo, comedor escolar...) con la finalidad de poder identifica­r en caso de contagio a los contactos.

La mascarilla será obligatori­a en todo momento, exceptuand­o los menores de seis años, para los que se recomienda su uso en el recreo.

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El consejero de Presidenci­a, Elías Bendodo, ayer junto al titular andaluz de Educación, Javier Imbroda, en la rueda de prensa ofrecida ayer en San Telmo
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