Barcelona se conjura para unas fiestas de la Mercè sin botellones
Una Mercè de civismo y con garantías sanitarias. Barcelona se prepara, de nuevo, para unas fiestas patronales atípicas por la situación derivada del Covid-19, una circunstancia que el Ayuntamiento de Barcelona tratará de sortear con medidas especiales. «No son las fiestas que nos gustarían», reconoció ayer la alcaldesa Ada Colau. El objetivo, que no decaiga el ambiente propio de una festividad que este año cumple 150 años y tendrá lugar los días 23, 24, 25 y 26 de septiembre.
En esta edición será imprescindible reservar plaza en todas las actividades debido a las limitaciones de aforo a raíz de la pandemia. Estas reservas deberán hacerse a través de internet.
En la misma línea, un dispositivo especial se desplegará a fin de velar por el cumplimiento de la normativa y evitar aglomeraciones. El aforo máximo en los espacios será de 3.000 asientos. Los espectáculos acabarán como muy tarde a las 0.30 horas.
La intención, según se destaca desde el consistorio, ha sido idear unas fiestas con dos pilares esenciales: seguridad y descentralización. Una Mercè que se celebrará en 23 espacios a fin de extender la fiesta «a toda la ciudadanía», en palabras de Colau. Por ello, espacios como el parque del Turó de la Peira (Nou Barris) o el campo de fútbol de La Vall d’Hebron (Horta-Guinardó) se incorporan a la lista de escenarios. Más de 500 actividades conforman la programación. También, y a fin de evitar concentraciones de público, el Piromusical se repartirá en cuatro puntos, aún no revelados, y se retransmitirá por radio y televisión.
El pregón, que tendrá lugar el 23 de septiembre, irá a cargo de Custodia Moreno Rivero, activista y líder vecinal que fue Medalla de Honor de la Ciudad en 2009, mientras que la ilustradora parisina Malika Favre es la autora del cartel de esta edición. La Habana, por su parte, será la ciudad invitada. Preguntada por las medidas que se llevarán a cabo para evitar los botellones que se produjeron en las fiestas de Sants y Gràcia, Colau pidió responsabilidad a los ciudadanos y apuntó que quizá sería «positivo» reabrir el ocio nocturno antes de la Mercè para diversificar un poco las opciones si los datos se mantienen como ahora. La Generalitat lo descarta.