Masculinizar
China y España, dos políticas opuestas
CHINA prohibirá la aparición de hombres afeminados en televisión. Desde hace tiempo, sus autoridades lamentan la «feminización» del hombre chino por dos causas fundamentales: la crianza materna y de las abuelas y la influencia de las celebridades del cine y el pop. Consideran que a la larga esto pondrá en peligro la nación china y que el yin (lo femenino) perderá el complemento del yang (lo masculino). China, piensan los jerarcas comunistas, se convertirá en otra cosa.
Así que han tomado medidas masculinizadoras: más educación física en la escuela y censura en la televisión. El modelo masculino desde Mao, el soldado del Ejército Popular de Liberación, viene siendo sustituido por un hombre melindroso, suavizado y problemático: el cantante pop.
Estas medidas de vigorización de la juventud no llegan solas, y China prohibirá que sus menores jueguen online más de tres horas a la semana, nunca en día de colegio.
Nos concierne esto. Es curioso que el Partido Comunista Chino no reciba crítica alguna en España, donde llamaban homófobo a Trump que posaba con el arco iris, pero más interesante es ver las dificultades chinas con una apertura liberal que no es política, sino provocada por cambios culturales del capitalismo, cosas como la influencia del pop surcoreano.
La injerencia del Gobierno chino se dirá totalitaria, pero no está tan lejos de la nuestra. Allí evitan la presencia de personas afeminadas en la tele, aquí se fomenta. Hay, en ambos casos, una política de la masculinidad. En España aspiramos a la ‘nueva’ y en China buscan retornar al buen revolucionario, en realidad un hombre bastante tradicional.
Vaya donde vaya la China de Xi Jinping, España va en la dirección contraria. Somos líderes en derechos LGTBI, y el país de Europa con más ‘no heterosexuales’. También somos potencia en juego online. Los nuevos ídolos de la juventud, gente como Ibai Llanos, influyen desde el mundo ‘gamer’.
Si frente al régimen talibán se alza, enemigo, el feminismo español (¡temblad!), España es también antimodelo de la juventud china, y viceversa. Somos, probablemente, el país de mayor virtud liberal del mundo. Faro, polo, modelo... o lo contrario.