«Hay que ilegalizar la venta a pérdidas al consumidor»
El representante de las industrias lácteas lamenta que el sector es ineficiente en las crisis de costes
La conversación con Luis Calabozo, director general de la Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil), se da en un contexto complejo: a las protestas de los ganaderos contra las remuneraciones que reciben por la leche, y que consideran bajas, se suma el fuerte incremento de costes, especialmente de los piensos y la electricidad.
—Los ganaderos protestan contra el incremento de costes y unos precios en origen que ven insuficientes, ¿qué falla en la formación de los precios?
—Una vez más se ha demostrado que este sector es ineficiente para gestionar las crisis de costes a lo largo del mercado. Esto es una inflación de costes, que si no se traslada en inflación de precios se destruye tejido productor, transformador, o ambos. Un hecho diferencial español es la utilización de la leche, sobre todo, pero también empiezan con los yogures, como producto de atracción de consumidores. Fundamentalmente es trasladar una guerra de precios, que se centra en la leche, al tráfico de consumidores.
—Un reciente informe del Ministerio de Agricultura constató que entre 2018 y 2020, las remuneraciones recibidas por los ganaderos fueron inferiores a los costes de producción...
—Lo que muestra este informe es que el 56% de la leche se vende entre 55 y 60 céntimos el litro. A ese precio, según ese estudio, la distribución tiene un margen negativo de 7 céntimos el litro. ¿Cómo financia este margen? Pues marginando otras categorías. Luchamos por que la ley de la Cadena Alimentaria primero cubra los costes de producción. Estamos todos de acuerdo en que se ilegalice la venta a pérdidas al consumidor, no solamente que llegue a la distribución. De tal forma que se genere un valor que el consumidor reconozca en el precio. Es decir, que sea eficiente la formación de precios. En el mercado laboral lo tenemos como ejemplo: si suben los salarios, y no logras que suba el precio, se produce desempleo.
—¿No están impulsando algún tipo de diálogo o solución desde la interprofesional del sector InLac?
—Llevamos trabajando muchos años y, sobre todo, con los retos que tenemos ahora de sostenibilidad ambiental, de circularidad de los envases. En cualquier caso, el sector lácteo es muy inelástico, desde el punto de vista del precio, y eso es lo que no entendemos. A no ser que sea para favorecer el tráfico del consumidor hacia otras categorías. Sin embargo, aquí el que forma el precio es el comportamiento del mercado doméstico, bien en leche líquida bien en quesos vía la importación, y este es otro tema que tiene que ver con los excedentes europeos creados artificialmente. Esta importación, de quesos sobre todo, también contribuye a la banalización del precio de la leche. Hay soluciones, pero siempre respetando el libre mercado y dentro de unos márgenes que respeten la eficiencia de cada agente. El diálogo es muy importante.
—Otro fenómeno preocupante es la desaparición de explotaciones ganaderas. Según las organizaciones agrarias, 2.270 entre 2018 y 2020...
—Es verdad que es un problema muy serio, tanto para las industrias que necesitan diversificación de la producción de la leche, como para el territorio. No estamos de acuerdo en que este fenómeno no tenga un límite, pero es verdad que hay que permitir que el empresario busque su tamaño óptimo y descubra su potencial productivo igual que la industria y la transformación, en condiciones competitivas. Lo cual no quiere decir que las crisis aceleren este proceso más allá de lo necesario, por eso los ciclos hay que tratar de matizarlos bien con legislación, bien con acuerdos.
—¿Qué espera de la nueva PAC?
—Que no perjudique la competitividad del sector en España con respecto al resto de Estados miembros. Cosa que España desde la entrada en la UE ha competido con esta distribución asimétrica. Esto es lo que nos preocupa: la armonización de las políticas, de los criterios y la no utilización como barrera de unos países dentro del mercado europeo respecto a otros.
«Esperamos que la nueva PAC no perjudique la competitividad del sector en España con respecto al resto»