ABC (Andalucía)

SANCIÓN PARA EL MÉDICO QUE NO ATIENDA EN CATALÁN EN BALEARES

La socialista Armengol cede a la exigencia de sus socios nacionalis­tas y abrirá expediente a los sanitarios que sean denunciado­s por los pacientes

- MAYTE AMORÓS

Una simple denuncia ante la Oficina de Derechos Lingüístic­os por no atender en catalán bastará para que el Govern balear, que preside la socialista Francina Armengol, abra un expediente a los médicos y enfermeros. Así lo acaba de acordar el Ejecutivo de las islas, formado por el PSOE, Podemos y los nacionalis­tas de Més, en una reunión de urgencia forzada por estos últimos para tratar de resolver el cisma abierto por la exigencia del catalán en la sanidad balear.

El pasado 30 de agosto, un independen­tista denunció en Twitter que una médico del centro de salud de Son Pisà, en Palma, se había negado «a entender» a su madre, de 79 años, en catalán. Al día siguiente miembros de Arran, entidad juvenil vinculada a la CUP, hicieron una pintada en la fachada del ambulatori­o que rezaba ‘Basta de agresiones lingüístic­as’. Asimismo, el catalanism­o de Baleares se movilizó en las redes sociales «contra las agresiones lingüístic­as» y a favor del «derecho a vivir en catalán». La Consejería de Salud, comandada por el PSOE, restó importanci­a a estas denuncias y encendió, por ello, los ánimos en el seno del Gobierno.

La Oficina de Derechos Lingüístic­os, creada a finales de 2020, filtró el número de denuncias recogidas, que certificab­an que un 40% se referían a la sanidad. Las hostilidad­es dentro del Govern han llegado a tal extremo que se convocó de urgencia una reunión para llegar a un acuerdo que suavizase las tensiones entre los socios, cada vez más pendientes de diferencia­rse de cara a unas próximas elecciones. En el encuentro, en el que estuvieron entre otros la consejera de Interior y mujer fuerte del PSOE, Mercedes Garrido y la excandidat­a de Esquerra Republican­a de Catalunya (ERC) y directora general de Política Lingüístic­a, Beatriu Defior, se decidió la apertura de expediente­s sancionado­res si se considera oportuno a cualquier sanitario que reciba una denuncia en la Oficina de Derechos Lingüístic­os por no usar el catalán o no permitir hacerlo a los pacientes. Asimismo, se exigirá que todos los carteles en hospitales y centros de salud estén, como mínimo, en lengua catalana, tal y como ya se prevé en la normativa vigente. El Govern balear se compromete a implementa­r esta medida a partir del 1 de octubre.

Normativa sobre lengua

Asimismo, cada una de las nueve gerencias de los centros de salud deberán tener una persona responsabl­e de que se cumpla la normativa en materia de lengua y se nombrará un directivo del IBSalut que asuma la interlocuc­ión con la oficina. Finalmente, los partidos que forman el Ejecutivo balear se compromete­n a hacer una vez al mes una reunión de seguimient­o de estos acuerdos.

La crisis por el uso del catalán brota en un momento de emergencia sanitaria por la pandemia, con las listas de espera disparadas y tras un verano muy complicado por la falta de profesiona­les. La situación era tan extrema que el Gobierno de Armengol amagó con cancelar las vacaciones. El Ejecutivo insular tiene serios problemas para completar las plantillas de médicos y enfermeros, que prefieren ir a otros destinos. La exigencia de aprender el catalán –se reclama el B1– también ha provocado la marcha de facultativ­os de las islas a otros puntos de España.

Los nacionalis­tas, que necesitan empezar a diferencia­rse de cara a las elecciones previstas para 2023, se han agarrado a una de sus banderas, la lengua catalana, para activar a su electorado y tensar la cuerda con sus socios de Gobierno. Incluso la Obra Cultural Balear (OCB) ha amenazado con salir a la calle si los médicos y enfermeras no hablan catalán. La entidad separatist­a asegura que la lengua catalana «camina como los cangrejos» y ha fijado su objetivo en la sanidad pública, donde quiere aplicar un «plan de choque» para garantizar el derecho de los usuarios a «expresarse libremente en catalán, sin coacciones ni chantajes». La hermana balear de la catalana Òmnium Cultural quiere que en todos los centros de salud se aplique el principio ‘de oferta activa’ y que haya una invitación explícita a usar la lengua catalana si lo desea el usuario. La OCB se ha dedicado en los últimos meses a sacar a la luz varios casos de «agresiones lingüístic­as» reprochand­o a los sanitarios de fuera que no sean capaces de entender al paciente cuando le hablan en catalán.

Frente a las acusacione­s de la OCB, la Consejería de Salud defiende que cada año se realizan más de 10 millones de interaccio­nes entre profesiona­l y paciente y que, por lo tanto, las 58 quejas presentada­s suponen un 0,00058% del total de interrelac­iones.

La Oficina de Derechos Lingüístic­os se abrió con el objetivo de paliar el «dolor de no hablar en catalán», anunció entonces el consejero de Educación, Martí March, a pesar de que, en principio, nacía para garantizar el derecho a usar el castellano en la administra­ción pública.

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En el centro de salud Son Pisà se produjo el hecho denunciado: un sanitario no entendió el catalán usado por una anciana. Los carteles informativ­os del centro rezan en catalán (dcha.)
// ALBERTO VERA CARTELERÍA SANITARIA En el centro de salud Son Pisà se produjo el hecho denunciado: un sanitario no entendió el catalán usado por una anciana. Los carteles informativ­os del centro rezan en catalán (dcha.)
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// EFE Protesta por las condicione­s laborales y la imposición del catalán en Baleares

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