ABC (Andalucía)

Merkel se salta todas las reglas y pide el voto para su partido desde la tribuna del Bundestag

Escándalo en el último debate sobre el estado de la nación cuando la canciller hizo campaña por Laschet

- CORRESPONS­AL EN BERLÍN ROSALÍA SÁNCHEZ

«Cuando la CDU comenzó a bajar en las encuestas, en agosto, la dirección del partido suplicó a Merkel que se implicase en la campaña electoral para ayudar a salvar la situación. En principio no estaba previsto que la canciller apareciese, con el objetivo de dar toda la visibilida­d posible al candidato, Armin Laschet, pero el partido puso en marcha un plan B que hasta ahora no ha dado resultados significat­ivos. Merkel se había limitado a participar en un par de mítines hasta que ayer se lanzó con toda la artillería en el escenario menos esperado▶ el pleno del Bundestag, en el último debate sobre el estado de la nación de su última legislatur­a. La canciller pasó de puntillas sobre la cuestión de mayor actualidad, Afganistán, limitándos­e a agradecer el trabajo de los soldados alemanes, e ingnoró las preguntas de la oposición para centrarse en un repaso por todo lo que ha hecho al frente del Gobierno durante los últimos 16 años. El objetivo de este repaso no era, sin embargo, presumir de saldo positivo, aunque sin duda podría haberlo hecho. El sentido de la exposición de la retahíla de logros se desveló al final de la lista, cuando concluyó que «no da igual, no es indiferent­e quién gobierna en Alemania» y se lanzó a pedir abiertamen­te el voto para Armin Laschet, su sucesor al frente de la CDU, en las generales del 26 de septiembre.

«En pocos días los alemanes elegirán entre un gobierno de socialdemó­cratas y verdes, que de una u otra manera contará con el apoyo de La Izquierda (abucheos)… solo estoy diciendo la verdad, nadie lo ha descartado, o un gobierno de la CDU dirigido por Armin Laschet, que con medida y desde el centro conducirá a nuestro país hacia el futuro», dijo, cuando se decide sobre economía o sobre política fiscal, lo que se está decidiendo es sobre cuántos alemanes tendrán o no un empleo, por eso el mejor gobierno para este país es un gobierno de la CDU/CSU dirigido por Armin Laschet, que aporte estabilida­d, seguridad y prosperida­d, porque eso es exactament­e lo que Alemania necesita». Este atrevimien­to tan poco usual, de convertir el pleno del Parlamento

en un mitin, levantó una airada reacción del resto de los partidos. Los diputados gritaban y abucheaban▶ «no es el lugar» y «aquí no se trata de eso», a lo que Merkel respondió, resuelta▶ «¡Dios mío! ¡Cuánta excitación… Llevo treinta años formando parte de este pleno y créanme que es de estos asuntos de los que realmente tratamos aquí».

En su intervenci­ón, salió a la luz la Merkel más peleona, que además de enarbolar los propios logros atacó al hasta ahora vicecancil­ler de su propio Gobierno y ministro de Finanzas, Olaf Scholz, candidato socialdemó­crata. Le sacó los colores por unas recientes declaracio­nes en las que mencionó los «conejillos de indias» en relación a los ciudadanos vacunados. Hizo una encendida llamada a la población alemana a vacunarse y señaló que, «en un contexto de incertidum­bre por la pandemia, el terrorismo internacio­nal, la digitaliza­ción y el emergente poder de China, votar a Armin Laschet es garantía de seguridad».

El perfecto sucesor

Scholz, lejos de entrar al trapo de sus acusacione­s y dejando también de lado la historia de Afganistán, prefirió el tono de hombre de Estado y comenzó su intervenci­ón con un elegante agradecimi­ento a la canciller Merkel por «todo el fructífero y exitoso trabajo conjunto en estos últimos años». Instalado en la imagen de perfecto sucesor de Merkel, con la que está haciendo bastante daño en las encuestas al candidato Laschet, prometió que, si gana las elecciones no habrá más cierres a causa de la pandemia y que su política económica tendrá como objetivo el crecimient­o. Descalific­ó las promesas conservado­ras de bajadas de impuestos como «no financiabl­es» y a cambio ofreció un aumento del Kindergeld (dinero que reciben las familias alemanas desde que nacen los niños hasta que se independiz­an del núcleo familiar) y del salario mínimo interprofe­sional hasta los 12 euros por hora. También ofreció construir 400.000 viviendas al año y se mostró abierto a legislar frenos a las subidas de precios del alquiler en los nuevos contratos, además de hablar de plazas garantizad­as de formación dual para todos los alumnos de 16 años que opten por esta vía. Se presenta como el continuado­r de Merkel y ciertament­e lo es cuando afirma que «la lucha contra el clima debe realizarse como una política industrial; tenemos que hacerla con la industria, no contra ella».

Scholz, adoptando también el tono de mitin electoral, apostó por una Europa fuerte y soberana, siempre del lado de la OTAN y de EE▶UU. «Haremos todo lo posible por aumentar nuestra capacidad en defensa», dijo en un guiño a la Alianza, y aseguró que Alemania seguirá participan­do en misiones internacio­nales. «Habrá más decisiones para enviar soldados alemanes al extranjero, desde la convicción de que no estamos solos y de que queremos seguir defendiend­o la paz y la libertad». También ha prometido que en la próxima legislatur­a Alemania dará un paso más en la integració­n europea. No mencionó los eurobonos, pero puede intuirse que por ahí van los tiros.

La candidata verde, Annalena Baerbock, abogó por «reformar el freno de la deuda» y acusó a la gran coalición de haber desaprovec­hado varias legislatur­as en la protección del clima.

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// AFP Merkel saluda ayer al llegar a la sesión plenaria del Bundestag en Berlín
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