Nueva York también vibra con la revolución de la jovencísima Emma Raducanu
Después de tantísimo tiempo reclamando a los jóvenes que dieran un paso al frente, este divertido US Open quedará marcado por la revolución de una serie de tenistas adolescentes que encendieron más si cabe al apasionado público de Nueva York. Carlos Alcaraz, con 18 años y tres meses, ha puesto patas arriba el cuadro masculino, tan inédito que ha llegado a un terreno desconocido para alguien tan joven (disputaba de madrugada su duelo de cuartos contra Felix Auger-Aliassime, otro chico de solo 21 años). De los cuartofinalistas varones, solo Djokovic está por encima de la treintena (34), aire fresco en el circuito. Berrettini, Van de Zandschulp y Medvedev tienen 25 y uno menos cuentan Zverev y Lloyd Harris.
Y en el cuadro femenino, dos muchachas tienen enloquecido al personal. Leylah Fernández, de 19 años, se enfrentaba ayer a Elina Svitolina, muy interesante la progresión de esta zurda nacida en Montreal, de padre ecuatoriano y madre filipina (presume de las tres banderas en su perfil de Twitter, si bien defiende a Canadá). La otra es Emma Raducanu, 18 años y un US Open para sacarse el sombrero. Ya sorprendió en Wimbledon (llegó a octavos desde la previa y abandonó misteriosamente por problemas respiratorios) y en Estados Unidos ha alcanzado la antepenúltima ronda también desde la previa y sin perder un solo set. Nacida en Canadá, de padre rumano y madre china, aunque con bandera británica, la 150 del mundo tiene una dura prueba ante Belinda Bencic, aunque no parece que le asuste nada ni nadie.