Adiós a Jordi Rebellón, mucho más que el doctor Vilches
El actor conocido por su papel en ‘Hospital Central’ falleció a los 64 años víctima de un derrame cerebral tras sufrir un ictus, apenas seis meses después de la muerte de su madre
Asu vuelta a las tablas, esta vez convertido en cabeza de cartel de ‘Mentiras, incienso y mirra’, una comedia amarga que escribimos para él (y para todo el reparto) Juan Luis Iborra y un servidor, Jordi Rebellón comenzaba cada función con un saludo al público «Buenas noches. Me llamo Ramón». Y en muchas ocasiones, una voz brotaba espontánea entre la platea para corregirle «No. Te llamas Jordi». O, incluso, «Te llamas Vilches». Jordi llevaba a sus espaldas años de teatro de variedades en compañías de todo pelaje y kilómetros de giras, pero la fama brutal que le había procurado su personaje del doctor Rodolfo Vilches en la serie ‘Hospital Central’ (256 episodios, emitidos entre 2000 y 2012) le lanzó a un estrellato que, en lo medular, apenas le hizo cambiar su forma de ser.
Hasta los 30 años, Jordi trabajó en un banco. El hastío que le procuraba la monotonía de su trabajo, su añoranza por el teatro amateur y el recuerdo de la felicidad que su padre encontraba en sus aficiones artísticas le llevaron a tomar una decisión que cambió su destino. Dejó un trabajo seguro y buscó cobijo entre los artistas para dar rienda suelta a su verdadera vocación, aprendiendo de distintos palos, delante y detrás de las cámaras, sobre los escenarios o entre cajas. Jordi bailaba muy bien. Y le gustaba cantar podía ser el hombre más feliz del mundo interpretando ‘Soy minero’. Incluso se atrevió con la novela, ‘Yo quise ser Supermán’, en la que fantaseaba con los deseos que cada uno de nosotros tendría en caso de tener un superpoder. El suyo era el de convertirse en el mejor amigo de sus amigos.
Tímido y socarrón
Como muchos otros intérpretes, Jordi era un hombre tímido que prefería moverse libre en la intimidad. Y entonces lo hacía abriéndose en canal. Con su socarronería, disfrutaba confundiendo al personal, en ocasiones incapaz de distinguir si hablaba en serio o en broma. Con la víctima en su trampa, a Jordi le brillaban los ojos y se le escapaba una sonrisa. Su mirada cristalina era su mejor arma para seducir aunque se confesaba algo torpe, era más bien de los que mataba callando «De amor voy mal, no me quieren las mujeres», bromeaba recientemente en un estreno. Una de las lecciones que Jordi aprendió de la fama y el dinero es que, en esta profesión, ambos vienen y van. Llegan a raudales y se marchan de golpe, como comprobó en 2019 al perder un recurso contra Hacienda que le impuso una multa de 1,34 millones de euros. Pero Jordi también era un hombre entregado a las causas que consideraba importantes, como bien recordará el exalcalde de Águilas, el pueblo costero de Murcia en el que el actor encontró un rincón que defendió a capa y espada de la especulación.
Teatro y televisión
Jordi hizo de todo antes de ser Vilches, el personaje por el que será recordado, y quiso hacer de todo para demostrar que era mucho más que un actor de un solo personaje. Comenzó en ‘Barrio Sésamo’ (1995) y llegó a ‘Mercado Central’ (2021), dejando por el camino series como ‘Amar es para siempre’ o ‘Cuéntame como pasó’. Y junto a Concha Velasco protagonizó ‘El funeral’, una de las funciones más taquilleras de 2018.
La repentina muerte del actor, apenas seis meses después del fallecimiento de su madre, Paquita, ha provocado una oleada de emotivas despedidas «Echaré de menos volver a encontrarte en algún teatro y recordar los momentos tan felices que vivimos en ‘Hospital Central’», lamentó Mar Regueras. «Te has ido en silencio, hombre de pocas palabras y grande de sentimiento», ha recordado Lolita, su compañera en el ‘Don Juan Tenorio’. También Silvia Marsó, con quien hizo ‘Aquí no paga nadie’ «Te recordaré siempre como un compañero excepcional, adorable, generoso y humano».