El paro y la subida del SMI
La intervención política de los mercados siempre lleva a la ruina económica. El mercado libre sostiene su dinámica por el principio de la oferta y la demanda. Nunca la voluntad de los políticos ha sido capaz de regular dicho principio. Al revés. Habría, pues, que preguntar al Gobierno por qué es justa para la economía, y para los trabajadores, una subida de quince o veinte euros en el salario mínimo interprofesional y no otras de cincuenta, quinientos o mil euros. ¿Dónde empieza y acaba lo justo según el criterio gubernamental?
El paro juvenil en España sobrepasa el 50 por ciento. Es el más alto de Europa. Al parecer, esto nada importa a los sindicalistas. ¿No se dan cuenta de que la imposición de salarios solo beneficia a una minoría de trabajadores con mejor situación en el mercado, más cualificados, frente a una mayoría menos cualificada o en paro? Si las subidas de sueldos se hacen al margen del libre mercado, con una gran inflación añadida, muchos empresarios se verán obligados a disminuir la oferta y, con ello, a reducir plantillas o cerrar fábricas. ¿Es así como quiere la izquierda que el mercado laboral absorba a tantos jóvenes en paro?
Anteponer la propaganda política al interés de los trabajadores, de la economía en general, es de una inmoralidad cruel. ¿Cómo es posible que en un país libre se permita la coacción en las empresas, sin que ello apenas sea punible? MIGUEL HIGUERAS PÉREZ GRANADA