ABC (Andalucía)

Triplete de Benzema y liderato blanco en una noche de vértigo

Vinicius festejó su gol con la grada y se expone a una sanción por saltarse la norma

- TOMÁS GONZÁLEZ-MARTÍN

Zidane y su esposa Veronique presenciar­on desde un palco la exhibición anotadora de Benzema, la espectacul­ar actuación de Vinicius –celebró el gol con la grada y se expone a una sanción por saltarse el protocolo–, el estreno goleador de Camavinga y los cánticos en honor a Modric en una remontada de vértigo, con dos ventajas del Celta que pusieron al Bernabéu en vilo y delataron esos errores en la defensa local que Ancelotti ha advertido en tres ocasiones. Todas estas vibracione­s se vivieron en un estadio que hace cinco días era un galimatías de grúas, operarios, toneladas de cemento y tornillos gigantesco­s, pero que en el regreso a las gradas del público, 560 días después, ofreció la imagen de unas tribunas idénticas a las que vimos el 1 de marzo del año pasado, la última vez que hubo público en el coliseo madridista. Solo el primer anfiteatro, tapado por lonas menos en un sector del fondo norte, y las cerchas imponentes que volaban sobre nuestras cabezas para sujetar la futura cúpula metálica, nos decían que allí se ejecuta una obra descomunal que hoy continuará con los mil empleados que trabajan en ese objetivo. El Real Madrid invitó a los trabajador­es a presenciar el primer partido del equipo en casa después de año y medio de ausencia.

Los casi 20.000 aficionado­s comenzaron a ocupar los asientos hora y media antes del encuentro, mientras el sol desaparecí­a entre la enorme estructura metálica que hará crecer al Bernabéu diez metros. Los espectador­es penetraron en los graderíos de forma escalonada. El club aplicó de forma estricta la normativa sanitaria y fueron colocados con un asiento libre, vacío, entre persona y persona, aunque el fragor del regreso al fútbol en Chamartín hizo que muchos violaran la norma para vivir juntos esta noche histórica. Esos 81.044 asientos serán cambiados por otros más amplios y cómodos el próximo año, cuando la remodelaci­ón se acerque a su final. Incluso crecerá levemente el aforo.

Emocionant­es homenajes

Los primeros aplausos en 560 días sonaron en el estadio cuando Courtois salió a calentar cuarenta y cinco minutos antes del partido. Al saltar todo el equipo, con Marcelo y Benzema al frente, las palmas se multiplica­ron desde las cuatro esquinitas del teatro madridista. La ovación fue atronadora cuando se anunció que el Real Madrid había ganado al Barcelona la Supercopa de España de baloncesto. Sí, el fútbol, el deporte en general, volvía a vivir cierta normalidad.

Antes del encuentro se rindió un bonito homenaje a Lorenzo Sanz, fallecido por Covid, y a todos los socios y madridista­s que nos han dejado víctimas de la pandemia. Una imagen gigante del expresiden­te en el centro del campo arrancó los aplausos del público. Mijatovic, Sanchís, Míchel Salgado, Casillas, Fernando Sanz, Morientes, Hierro, Guti, Chendo, Amavisca, Arlauckas, Antúnez, Lorenzo Sanz Durán y Angulo saltaron al césped con todos los trofeos conquistad­os en su etapa presidenci­al, mientras la esposa y todos los familiares de Lorenzo Sanz eran aclamados por los 20.000 espectador­es presentes. Se recordó también a Veloso, Luis del Sol, Ico Aguilar, Goyo Benito, Radomir Antic y otros muchos directivos y profesiona­les del club que ya no están entre nosotros.

Fue una atractiva noche de gala, con siete goles. Parece mentira que este campo volverá a convertirs­e hoy en una invasión de grúas y operarios.

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