ABC (Andalucía)

La liberación de Lemar

El francés, más suelto este curso alejado de la banda, lidera y rubrica en el minuto 99 la remontada del Atlético

- JORGE ABIZANDA

No esperó Simeone y Antoine Griezmann apareció en el once que presentó en Cornellá, un estadio que se le había atragantad­o al técnico en sus tres últimas visitas y en el que al Atlético de Madrid, tras una primera parte para el olvido, le tocó sufrir también ayer para celebrar la victoria con un gol que llegó en el último suspiro y que tuvo acento francés. La solución no nació en el exdelanter­o del Barcelona, intrascend­ente durante la hora en la que estuvo sobre la hierba, sí desde la pólvora de su compatriot­a Thomas Lemar, el jugador que cambió la cara del equipo rojiblanco. Incisivo e incansable, entró tras el descanso y 45 minutos le bastaron para convertirs­e en el mejor de un partido que Raúl de Tomás puso de cara para el Espanyol con un cabezazo en el primer acto. La entrega de Yannick Carrasco para morder el balón en el tanto del empate y la fe de Lemar hasta el último segundo acabaron provocando la remontada en el minuto 99.

Lemar se incorporó al Atlético en el verano de 2018 después de que Antoine Griezmann recomendar­a su nombre a la dirección deportiva del club, pero el fútbol da muchas vueltas y el regreso de su compañero también en la selección provocó que Simeone le sentara ayer en el banquillo a pesar de que en la anterior jornada firmó una primera parte excepciona­l ante el Villarreal. El técnico rectificó tras el paso por los vestuarios y, con Lemar asumiendo ya el papel de líder en Cornellá, el Atlético se transformó en un equipo diferente. El delantero asumió galones y remató la tarde en el último de los diez minutos de añadido concedidos por Munuera Montero. Si algo ha demostrado el galo desde que está en el Atlético es que nunca deja de creer y ayer volvió a hacerlo.

Porque Lemar nunca lo ha tenido fácil desde su llegada al Atlético, criticado por la grada en sus dos primeras temporadas por la sensación de indolencia que trasladaba un fichaje de 80 millones de euros. Nada que ver con el cambio de actitud que comenzó a experiment­ar el pasado curso y que está refrendand­o en el inicio de esta Liga. Pese a los pitos dirigidos al francés por una parte de la afición en partidos del pasado, Simeone nunca perdió la fe en él y el atacante, cuando más competenci­a tiene, parece por fin haberse liberado y empieza a recordar a aquel jugador que llamaba la atención en el Mónaco. Ante el Espanyol celebró el premio gordo después de que el árbitro, con 1-0, le hubiera anulado un tanto por fuera de juego de Suárez al intentar conectar antes que él con el balón.

«Está en un momento muy bueno. Con la selección tuvo un problema digestivo, bajó 3-4 kilos. Por eso tuve dudas y pensé en reservarlo para el miércoles. Es el jugador que fuimos a buscar al Mónaco, el que el equipo necesita. Tiene verticalid­ad, golpeo de derecha, de izquierda, trabaja... Es una pieza importantí­sima que ya la temporada pasada creció mucho aunque le faltaron goles, esperemos que esta temporada le acompañen los goles como hoy», destacó ayer Simeone sobre un jugador que la pasada Liga acabó con un solo tanto en las estadístic­as.

Lemar se ha quitado el corsé que le ataba cuando Simeone le obligaba a jugar por la banda y con libertad de movimiento­s demuestra tener una velocidad más que sus compañeros en el frente de ataque. En su nueva versión como interior aumenta su área de influencia y es capaz de aparecer por todos los frentes del ataque rojiblanco. El francés sorprendió ayer por la izquierda para sentenciar en el último minuto del día de la reaparició­n como rojiblanco de Griezmann.

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// REUTERS Lemar corre para celebrar el gol del triunfo en Cornellá ante la tristeza de los jugadores del Espanyol

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